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Son 308 peldaños en una escalera de caracol adosada a una esquina exterior de la torre, pero la escalada merece la pena. Aunque exigente, lo que espera arriba recompensa el esfuerzo realizado. Para empezar, la subida guarda una cierta armonía, pues se hace en cuatro tramos, con paradas que permiten descansar y saborear el entorno. «Las visitas solo están permitidas hasta el campanario, por razones de seguridad. Los turistas no pueden continuar hasta las llamadas Ocho Bolas», dice Antonio Vázquez, el guía que nos acompaña. En el campanario, al que se accede después de haber dejado atrás 190 escalones, pueden contemplarse vistas inmejorables, pero la belleza que ofrece el punto más alto de la torre, 118 peldaños más arriba, es indescriptible.
Desde las Ocho Bolas, a unos 80 metros sobre el suelo, el punto más elevado de la ciudad, se despliega una impresionante panorámica de 360 grados que abraza Segovia y sus alrededores en una estampa sobrecogedora. Al norte, el Alcázar y la Casa de la Química dominan la vista, seguidos del barrio de la Judería, la iglesia de San Andrés y, al fondo, la Vera Cruz y las casitas de Zamarramala. En la cara este, pueden verse la mole del monasterio del Parral, el campanario bizantino de San Esteban, los tejados del Palacio Episcopal, el convento de Santo Domingo el Real, con su hermoso Torreón de Hércules, y las torres de las iglesias de San Quirce y la Santísima Trinidad, con las lomas de La Lastrilla en lontananza.
Así se ve Segovia desde la torre de la Catedral
La Lastrilla
Casa Museo de Antonio Machado
Iglesia de San Esteban
Palacio episcopal
Iglesia de San Quirce
Torreón de Hércules
Iglesia de la Santísima Trinidad
Casa Consistorial
Teatro Juan Bravo
Plaza Mayor
Iglesia de San Miguel
Iglesia de San Martín
Acueducto
Paseo del Saón
Iglesia de San Millán
Las Lastras
Hospital General
Colegio Maristas
Residencia asistida
Centro penitenciario
Polígono de Valverde
Plaza de la Merced
Iglesia de San Andrés
Iglesia
Vera Cruz
Monasterio del Parral
Peñalara
La Mujer Muerta
Museo de Segovia
Judería
Alcázar
Zamarramala
Destacados, los edificios emblemáticos de la ciudad que pueden verse desde lo más alto de la seo
Punto de la torre desde el que está hecha la fotografía.
Punto de la torre desde el que está hecha la fotografía.
Punto de la torre desde el que está hecha la fotografía.
Punto de la torre desde el que está hecha la fotografía.
Marqués del Arco
Marqués del Arco
Castelo
Castelo
Cuesta de los Hoyos
Pinarillo-Cementerio judío
San Geroteo
San Geroteo
San Frutos
La vista es un regalo para los sentidos, pero también una puerta al pasado de Segovia: durante la Guerra de la Independencia y después de la Guerra Civil, la torre hizo las funciones de puesto de vigilancia. Los grafitis labrados en la piedra de la barandilla del cuerpo octogonal (entre el campanario y las Ocho Bolas) lo atestiguan: «Cuerpo Antiaéreo. 1936. Nueva España», reza uno de ellos. Al sur, se extiende la imponente sierra de Guadarrama, con el pico de Peñalara y las cumbres de la Mujer Muerta, y en primer plano, los antiguos arrabales de El Salvador, Santa Eulalia y San Millán. El Acueducto, el Torreón de Lozoya y las iglesias de El Salvador, San Martín y San Millán salpican el paisaje urbano. A poniente, el verdor del Pinarillo, antiguo cementerio judío, corona el adarve de la muralla, la Puerta de San Andrés y el espolón de la Casa del Sol (Museo de Segovia).
La torre de la Catedral es símbolo indiscutible de la ciudad. Su esbeltez e historia la convierten en un referente arquitectónico que define el horizonte segoviano, paisaje en el que el templo mayor parece flotar entre el cielo y la tierra, rodeado por las torres de otras muchas iglesias, la mayoría románicas. En sus orígenes, la torre alcanzaba los 108 metros de altura, la más alta de España. Coronada por un chapitel piramidal de madera de caoba procedente de América, su silueta, majestuosa, sufrió una mella importante el 18 de septiembre de 1614, cuando el incendio ocasionado por un rayo redujo a cenizas el remate, explica Antonio. El suceso marcó un punto de inflexión: el Cabildo encargó a Pedro de Brizuela y Juan de Mugaguren diseñar un nuevo chapitel. El resultado fue una estructura octogonal de piedra en estilo herreriano, con una media naranja y un cupulín, que rebajó la altura a los 88 metros actuales. Los cuatro botareles góticos se conservaron. El nuevo remate guarda un gran parecido con el del crucero de la Catedral, de construcción posterior.
Desde el 3 de octubre de 2014, la torre está abierta al público. La Catedral ofrece así una experiencia que combina historia, arquitectura y vistas privilegiadas. Las visitas guiadas, disponibles todo el año, permiten una inmersión en el legado de la Catedral y de la propia Segovia, Ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1985. De octubre a abril, las visitas son a las 10:30, a las 12:00, a las 13:30, a las 15:00 y a las 16:30 horas; de abril a septiembre, se amplían a las 18:00, a las 19:30 y a las 21:30 horas (esta última, viernes, sábados y domingos). Un guía oficial acompaña a los visitantes en el recorrido, aunque también tienen la posibilidad de contar con una audioguía gratuita en seis idiomas: inglés, francés, alemán, portugués, chino y coreano.
El peculiar viaje a las alturas comienza en la sala del audiovisual, donde un videomapping en 3D narra la construcción de la Catedral y su torre. Tapices del siglo XVII, tejidos en Bruselas y dedicados a Pompeyo Magno, decoran las paredes. Es una introducción inmersiva que prepara al visitante para lo que todavía no ha visto.
La siguiente parada es en la Casa del Campanero, espacio que despierta gran curiosidad. Ubicada en el segundo cuerpo de la torre, estuvo habitada hasta bien entrado el siglo XX por varias generaciones de campaneros. Consta de cocina, sala de estar y dos alcobas. El guía narra cómo era la vida en este espacio elevado y la labor, esencial, que los campaneros desempeñaban en la ciudad.
Por la Casa del Campanero se accede a la llamada Sala del Reloj, núcleo de trabajo del campanero. En ella hay un reloj de 1882 fabricado en Estrasburgo similar al de la Puerta del Sol. Un sistema de cuerdas conectaba esta sala con el campanario, de manera que se podían tocar las campanas sin necesidad de subir. La bóvedas y otros pormenores constructivos revelan la ingeniosidad del diseño.
Después de subir 190 escalones se llega al campanario, punto culminante de las visitas guiadas. Desde sus cuatro balcones, se divisan unas panorámicas espectaculares que cambian con las estaciones del año. A la generosidad del Cabildo debemos el acceso a las Ocho Bolas, en la misma cúpula de la torre. Es el mirador más alto de la ciudad, un lugar donde el tiempo parece detenerse.
Más información
Desde mayo de 2019, la Catedral ofrece visitas guiadas nocturnas, experiencia que transforma la percepción de Segovia. Disponibles de abril a septiembre los viernes, los sábados y los domingos a las 21:30 horas, siguen idéntico itinerario que las diurnas, aunque culminan con un recorrido exclusivo por el interior de la Catedral, iluminada solo para los asistentes. La luz tenue subraya las bóvedas góticas y los vitrales, mientras la ciudad, desde el campanario, brilla bajo un manto de estrellas. En 2024, la torre de la Catedral recibió a 50.035 visitantes, cifra récord desde su apertura al público.
Las torres de las catedrales de Segovia y Salamanca son símbolos de sus ciudades. Parecen iguales, pero sus historias, estilos y personalidades las distinguen. Ambas son hijas del gótico tardío y comparten la ambición de tocar el cielo, aunque sus caminos divergen en diseño, altura y legado.
La de la Catedral Nueva de Salamanca, concluida en el siglo XVIII, alcanza los 110 metros. Supera, pues, a la segoviana en 22. Su construcción, iniciada en 1513, se prolongó durante siglos y su diseño gótico original se vio coronado por un campanario barroco tras el terremoto de Lisboa de 1755, que dejó serias grietas en la estructura. Este añadido, con su cúpula y sus pináculos, le da un carácter ecléctico, visible desde toda la ciudad. Su robustez y altura la convierten en un faro que emerge sobre el bullicioso entorno universitario salmantino.
En contraste, la torre de la Catedral de Segovia, de 88 metros de altura, es más esbelta y homogénea, a pesar de que tuvo que ser reconstruida tras la destrucción del chapitel y adoptó en su lugar un remate herreriano de piedra con una cúpula similar a la que corona el crucero del templo, como ya se ha indicado. Sus cuatro botareles góticos sostienen una elegante silueta que define el actual 'skyline' de Segovia.
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