Diario de un confinamiento, día 4: Aplauso a los quiosqueros desde mi salón
Diario de un confinamiento. Día 4 ·
Los vendedores de prensa son decisivos para garantizar un derecho fundamental como el del acceso a la informaciónDiario de un confinamiento. Día 4 ·
Los vendedores de prensa son decisivos para garantizar un derecho fundamental como el del acceso a la informaciónEncerrado en mi casa, todo me da igual. Ya no necesito a nadie, no saldré jamás». ('Autosuficiencia', Parálisis Permanente, 1981). Un visionario aquel Eduardo Benavente, muerto prematuramente en 1983 a los 21 años en un accidente de tráfico tras un concierto en León. Claro que también está ese 'Tendré que salir algún día', de Golpes Bajos (1983), cuya intensísima letra dice «Como alma en pena encerrado en el cuarto de los huéspedes, creando aureolas de fantasía, donde hago oídos sordos a las súplicas diarias...», o incluso, con más coincidencias con la situación, el 'Perdido en mi habitación', de Mecano (1982), en la que el protagonista no sabe qué hacer y se le pasa el tiempo. Enciende el televisor, se pone a fumar, bebe una cerveza para merendar...
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Diario de un confinamiento y algo más
Sonia Andrino
Pero como para además de describir un estado de ánimo, la música sirve también para elevar este, el ánimo, los españoles han escogido el 'Resistiré' del Dúo Dinámico (1988) como himno del esfuerzo colectivo para superar con éxito una situación tan nueva, tan dura, tan contraria a todo lo que nos define como sociedad, al igual que los italianos han optado por 'Ma il cielo è sempre più blu' –«quien echa de menos su casa, quien vive solo, quien gana muy poco, quien juega con fuego (…) pero el cielo es cada vez más azul»–, de Rino Gaetano para eso mismo, lo que viene a demostrar que ellos y nosotros no somos muy distintos y escogemos canciones de 'subidón' para darnos ánimos y para reconocer cada día mediante aplausos asomados a la ventana el esfuerzo y sacrificio del personal sanitario. (Algo hay que hacer para reafirmar nuestra condición de pueblo mediterráneo con vocación de echarse a la calle y confraternizar, porque estas mismas medidas impuestas ahora en Italia o España, de aplicase en Finlandia en invierno contar sus consecuencias para el modo de vida de las personas dan como mucho para un breve, que decimos en el periódico). Claro que también alguien tan poco mediterráneo como el Duque Blanco, Bowie, compuso una canción en 1969 de la que no me despego desde el fin de semana, 'Space Oddity', con el Major Tom, que pierde la comunicación con la Tierra.
Confinados en casa (con dos niños)
Berta Muñoz Castro
BERTA MUÑOZ CASTRO
BERTA MUÑOZ CASTRO
BERTA MUÑOZ CASTRO
Por cierto, yo con mi bajo cubierta y mis ventanas de tejado, no puedo sumarme a los aplausos diarios a médicos, enfermeros y resto del personal sanitario que exponen su salud en jornadas interminables para cuidarnos a todos. Es frustrante, en esos minutos a partir de las ocho de la tarde de cada día (el sábado, el primer día, fue a las diez) me siento como Edmundo Dantés en el Castillo de If y le pido a K. que aplauda por mí y vaya si lo hace, aplaude, saluda a los del bloque de enfrente y ya les ha pedido que el día 28 que es su cumple y lo va a celebrar sola porque su familia está en León, le canten el 'Cumpleaños feliz'. Y se lo cantarán, menuda es ella y menudas ganas que tiene la gente de querer y sentirse querida.
A propósito del homenaje diario desde los balcones –cómo ha cambiado el mundo también en esto. Antes el que salía al balcón era al que daban el homenaje, ahora el que homenajea está arriba asomado. Con un poco de suerte, con esta reasignación de papeles nos ahorramos a la tuna de por vida–, quiero tener un reconocimiento para quienes hacen posible que el esfuerzo diario de El Norte por acudir al encuentro con sus lectores no sea en vano y estos no son otros que distribuidores y, sobre todo, vosotros, quiosqueros, oficio duro ya de por sí, sin necesidad de restricciones a la movilidad, y que ahí estáis cada día desde muy temprano, jugando el papel de garantizar un derecho fundamental como el del acceso a la información. Si pienso en los que tengo cerca de casa, una zona con oficinas vacías, sin gente de paso, sin turistas, con pocos vecinos, vuestra dedicación me parece heroica y más cuando en estos días muchos trabajáis a pérdidas. Ánimo a todos y ya si eso, podéis abrir el primer ejemplar del montón de El Norte por esta página, que se vea bien, pero por vosotros, no por mí, total ya a mis años.
Ah y otro recuerdo para mis compañeros de Fotografía, con su jefe Ramón al frente, a los que ni el teleobjetivo más potente les permitiría practicar el teletrabajo y salen cada día a la calle a retratar Valladolid, Palencia, Segovia y Salamanca en su modo más distópico, vacías, como puros decorados sin alma. Y ojo, que en crisis como esta uno siempre quiere contar entre sus filas con el aplomo y la confianza en sí mismo de alguien como Ramón Gómez. Si cuando acabe todo esto la empresa decide reconocernos el esfuerzo regalándonos un crucero, y no lo descartéis, quiero a Ramón en el camarote contiguo. Si hay un naufragio, tengo por seguro que nos ahogaremos todos, pero con Ramón al lado será sin nervios ni histerias, sin perder la calma. «Que no sea nada». El viejo Ramón, que nadie le quite nunca la cámara. Pero por el amor de Dios, no le dejen a mano un micrófono. Cuidaos.
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