Pedro Herrero | Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Valladolid
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Pedro Herrero | Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Valladolid
«El soterramiento es inasumible, con o sin Óscar Puente ministro»Figuraba como número 3, aunque su papel era el de mano derecha áspera, un orador de lija para limar al rival político, esté en la oposición o en el Gobierno. Mientras Óscar Puente desembarcaba en el Congreso, Pedro Herrero (Aranda de Duero, 1975) ejercía como ... oposición dura desde el primer minuto de la Alcaldía de Jesús Julio Carnero. Ahora, este edil acostumbrado a jugar a la sombra del número 1 se enfrenta al foco y a una hipótesis que aún queda lejana, la de ser el cartel electoral en mayo de 2027.
-¿Es ya el número 1 del grupo municipal socialista?
-Soy el número 3 y soy el portavoz, esta es la realidad. En la lista llevaba el número 3, los números 1 y 2 ahora son ministros y como portavoz me corresponde llevar la voz cantante y tirar un poco del grupo, aunque tenemos un equipo estupendo. Todos han tenido responsabilidades de gobierno y de gestión y es un equipo sólido y solvente.
-Puente dijo tras perder la Alcaldía que aspiraba a regresar en cuatro años. Con el paso por Madrid ese pensamiento igual ya no lo tiene. ¿Cómo están asumiendo eso?
-Falta mucho tiempo. Tres años y medio es una eternidad en política. Basta con echar el reloj para atrás tres años y medio: empezábamos el anterior mandato, había estabilidad, no se atisbaban elecciones ni en Castilla y León… Cuando llegue el momento, el PSOE tomará una decisión en función del contexto y serán los militantes quienes decidan.
-¿Se ve usted como cartel electoral en 2027?
-Tenemos la obligación, todos los que estamos en política, de ponernos en la situación de que nos puede tocar. Obviamente este no era el plan establecido. Tampoco preveíamos estar en la oposición. Tienes que trabajar con la hipótesis. Y lo haré con la hipótesis de que eso puede suceder, pero con la certeza de que será el partido quien tome la decisión, cuando llegue el momento, en función de cómo estén las cosas.
-Estas salidas implican una reorganización. Varias. La primera, la del grupo municipal.
-Tiene que haberla porque han salido dos personas y entran dos nuevas, y eso en un equipo de once es un porcentaje de renovación importante. Se van dos personas con mucha experiencia y con mucho peso político y entran dos personas que, en uno de los casos, Celia García Asenjo, es completamente nueva y otro, Antonio Otero, que ya conoce la casa. Pero hay que reasignar papeles. No obstante, el rumbo es el mismo y la metodología de trabajo es la misma. Y lo que nos da fuerzas es el modelo de ciudad, que es inalterable y muy claro: la calidad de vida, los servicios públicos y la salud.
-Dentro de esa reorganización, ¿temen que Puente o Redondo llamen a alguien más para acompañarles en su aventura ministerial?
-Eso podría suceder. Hablamos de responsabilidades importantes en el Gobierno de España y no deja de ser una tentación servir a tu país a ese nivel. Y si eso ocurre nos adaptaremos, correrá la lista… El PSOE lleva en el Ayuntamiento desde 1911. Nos reharíamos. Pero a corto plazo no lo atisbo.
-¿No ha habido llamadas? ¿Algún toque?
-Puedo hablar por mí y he tenido esa oportunidad. A nadie se le oculta que he trabajado con Óscar muchos años, hacemos un tándem muy bueno y el hecho de que cada uno estemos en una institución no evita que sigamos trabajando y colaborando en la distancia. Y eso para mí, emocionalmente, me resulta duro y es una tentación acompañarle. He tenido la posibilidad de hacerlo, pero creo que no es el momento. Él ha sido alcalde, ha cubierto una etapa y yo estoy a otro nivel. Hay que tirar del carro del grupo y soy portavoz desde hace ocho años, conozco la casa, he sido concejal de Planificación y Recursos, teniente de alcalde, y tengo un conocimiento del Ayuntamiento que el grupo no debe desperdiciar. El grupo pierde el liderazgo, pero no puede descapitalizarse.
-Y en la organización provincial, el hecho de ser ministro y no estar aquí puede acabar siendo incompatible.
-El cargo orgánico es completamente diferente. No es incompatible ocupar la secretaría general con las labores a nivel institucional o administrativo. Él puede y debe seguir siendo secretario provincial porque tiene una gran experiencia y una visión del partido que es muy importante para la organización.
-Ya se ha visto cuál va ser el papel que adopte su rival político: los ministros van a proyectar una sombra constante sobre el Ayuntamiento durante todo el mandato.
-Voy a ser muy contundente: me parece una vergüenza. En la primera Junta de Portavoces de este mandato, el alcalde Jesús Julio Carnero nos preguntó qué criterio debía adoptar respecto a las mociones de carácter nacional y le dijimos que tradicionalmente se intentan evitar. Hay que diferenciar entre los que son problemas de ciudad aunque no sean de competencia municipal, como la estación de autobuses, que es competencia de la Junta, y los asuntos que son debates nacionales, como la ley de amnistía, del solo sí es sí… Debates que deben producirse en las cámaras nacionales. Pero lo que está haciendo el señor Carnero es traernos el Senado al Pleno del Ayuntamiento de Valladolid. Es un fraude al ciudadano. Somos concejales. En los cinco plenos que llevamos solo ha habido una moción del PP sobre un asunto de Valladolid, para cobrar en efectivo en los autobuses. En cinco meses. Todo lo demás, asuntos nacionales.
-Pero la política nacional se va a colar, principalmente con una palabra: soterramiento. Ustedes tendrán que tomar partido, y así argumente el ministro, así tendrán que actuar.
-El soterramiento hay que superarlo de una vez. Murió el 26 de enero de 2011. Y todavía se sigue intentando explotar ese fantasma, esa vieja ilusión, ese sueño, como si fuera realizable. Y es mentira. No existe ningún proyecto de soterramiento en Valladolid, hay un convenio de integración ferroviaria que firmó el PP en el Ministerio y en la Junta, con el PSOE y VTLP en el Ayuntamiento. ¿Pueden ustedes cumplir lo que han firmado? ¿Tan difícil es? Porque el convenio de 2003 se incumplió y se hundió por la deuda de los 400 millones. Deuda que se asumió para hacer un nuevo convenio de integración. No es cuestión de que Puente ponga el pie en el Ministerio y entonces ya hay dinero y antes no. O ahora hay voluntad política y antes no. No es cuestión de voluntad política. Es cuestión de dinero, es cuestión de que no hay ninguna ciudad de España que tenga las circunstancias de Valladolid. Es un nudo ferroviario de primer orden y lo va a ser más todavía. Se van a invertir 30 millones en las vías en superficie con una intervención que es incompatible con un soterramiento. Hay un convenio, tiene dinero, se está ejecutando… Mejoremos ese convenio, en todo caso. Pero el soterramiento, para una ciudad como Valladolid, con su deuda, es inasumible. Y esto ocurría antes de que Puente fuera ministro y después de que lo sea.
-Pero el plan de Jesús Julio Carnero es que sea una obra pública pagada íntegramente por el Estado. Y se puede pensar: ahora el ministro decide cuáles son las prioridades.
-No estoy de acuerdo. El señor Carnero hizo una promesa por su cuenta y riesgo y dijo 'si no soterro, sobro'. Él se atribuyó la capacidad de soterrar. No vale ahora decir que soterre Puente y si no lo hace, la culpa es suya. Carnero hizo creer a los ciudadanos que por el mero hecho de ser alcalde y con voluntad política se podía soterrar. Y eso no es así.
-Ana Redondo estará también en el ojo del huracán. La primera moción ya está aquí, en el Pleno de este lunes.
-El PP se equivoca. Puedes nacionalizar el debate uno o dos plenos. Pero no puedes estar tres años y medio nacionalizando los debates. Porque sería un escándalo. Y no lo vamos a permitir políticamente. Pero lo van a intentar. Han hecho unas promesas y van a intentar que su incumplimiento se deba a otros factores. El reto de Ana Redondo, particularmente, es el de devolver la causa de la igualdad a su justo punto. Esto es, a evitar el histrionismo. Se han llevado las cosas al extremo y eso impide que la sociedad haga la digestión de conceptos y sensibilidades que requieren mucha energía.
-La amnistía escuece mucho y no se entiende del Ebro hacia abajo. Y vemos al que ha sido máximo representante de Valladolid defender a nivel nacional que se condonen 15.000 millones de deuda a Cataluña.
-Vamos a dar tiempo a explicar las cosas. Hay dos planos, el emocional, inmediato, y el racional. La amnistía, desde el punto de vista emocional, suena rara. Pero desde el punto de vista racional, veamos el planteamiento. Leamos los documentos, analicemos y veamos cuáles son las reglas del juego. Y veremos que eso se va a dirimir en un ámbito político y luego, jurídico. Dentro de un Estado de derecho. El tema de la condonación de la deuda pública es para todas las comunidades autónomas con deuda con el Estado y hoy mismo he leído que Andalucía será la comunidad más beneficiada. Podremos debatir a la luz de las consecuencias reales de esas medidas, no a priori.
-La que no será más beneficiada será Castilla y León, que apenas tiene deuda con el Estado.
-Esto me hace gracia porque quita el foco del verdadero problema. ¿Por qué la Junta ha multiplicado la deuda pública en 20 años por 12? Porque el Gobierno de Castilla y León no ha cambiado de signo. ¿Cómo ha generado esa deuda? Porque hay administraciones que tienen más y otras menos. Se critica que el Ayuntamiento de Valladolid tiene una deuda de 500 euros por habitante. La de la Junta es de 5.000.
-¿Han hecho autocrítica por la derrota? ¿En qué pudieron fallar, al margen de la tendencia nacional?
-Si comparamos con lo ocurrido a nivel nacional, incluso con ciudades como Vigo, donde el PSOE tiene un apoyo mayoritario… Si lo que ocurrió en Valladolid no hubiera ocurrido en otros sitios, puedes pensar en algún factor local. Pero no fue el caso. Aquí ganamos las elecciones, fuimos la lista más votada y no pudimos sumar para forma Gobierno. Valladolid aguantó el tipo. Nuestros socios perdieron un concejal y la clave del análisis puede ir más por ahí. Fue más sorprendente y más chocante ese resultado. Y hay que asumir que hay una parte que no depende de ti porque formamos parte de partidos nacionales y hay votantes que no discriminan.
-Se sabe cuál ha sido el estilo de Óscar Puente, alcalde tuitero, y cuál ha sido el de Pedro Herrero, papel de Alfonso Guerra con Felipe González. ¿Y cuál va a ser ahora?
-Óscar y yo somos complementarios pero muy diferentes. Y eso no es malo. Lo que garantizo es que en el grupo seguiremos trabajando con el mismo rigor, seriedad y contundencia. Tendré un papel más visible hacia afuera y que nadie espere que trate de ser un imitador de Óscar Puente. Haría un flaco favor a mi grupo. Lo que voy a hacer es trasladar con honestidad el trabajo de este grupo y explicar con mucha pedagogía nuestro modelo de ciudad.
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