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Infografía de la nueva estación de tren Campo Grande.
Valladolid

Una «piel textil» cubrirá la nueva estación de tren, que empezará a construirse en octubre

Esta solución arquitectónica marcará estéticamente un edificio que permitirá alcanzar los 5 millones de pasajeros anuales, con 12 vías de pasajeros frente a las 7 actuales

Antonio G. Encinas

Valladolid

Lunes, 17 de febrero 2025, 11:33

Es una estación con piel. Con un revestimiento textil que permitirá reducir la radiación solar al tiempo que convierte la nueva estación en un hito, «un icono para la arquitectura ferroviaria y para Valladolid», según ha presumido el ministro de Transportes, Óscar Puente, en su presentación. Fue él, personalmente, quien exigió a los técnicos una «vuelta más» al proyecto cuando conoció el esbozo inicial y comprobó que se asemejaba al mismo patrón que preside casi todas las reformas de estaciones de los últimos años en el país. Este «icono» duplicará, como poco, la capacidad de la actual estación Campo Grande. Podrá albergar a 5 millones de pasajeros anuales, unos 17.500 al día, cuando esté en pleno funcionamiento. Esto es, cuando todas las conexiones futuras de la alta velocidad estén plenamente operativas. No solo las actuales, sino la Y vasca, que tiene ya todos sus tramos acabados o en obras; la U de Olmedo, ya en ejecución; y las nuevas estaciones de Chamartín y pasante de Atocha. El horizonte es 2050. Pero hay que recordar que en estos momentos, 2025, después de la liberalización ferroviaria, Valladolid ya ha superado las previsiones de tráfico que tenía para 2035.

Las infografías, planos y dibujos que muestran un complejo ferroviario que supondrá 253 millones de euros de inversión se transformarán pronto en máquinas excavadoras. El Consejo de Ministros aprobará este martes la licitación de la obra. En octubre comenzarán los trabajos, según las previsiones del Gobierno. A partir de ese momento, 43 meses de tarea para completar todas las fases, que no se limitarán solo a la nueva estación, sino al edificio actual y a la zona aledaña en la que se encuadran los demás servicios de Adif y Renfe (junto a la 'curva' de Recondo).

Nueva estación, sin mercancías. Dispondrá de cinco vías y dos andenes para los trenes de ancho convencional -ahora 2 vías y un andén-, y siete vías y cuatro andenes de alta velocidad -ahora 5 vías y 2 andenes-. Ninguna de ellas será para tráfico de mercancías, solo de pasajeros. Porque hay que recordar que la Variante Este, que se encuentra ya en sus últimas fases, permitirá que todo el tráfico pesado de trenes circule por fuera de Valladolid en dirección a la nueva estación intermodal de Fuente Amarga. Las 7 vías de alta velocidad, además, podrán 'desdoblar' su uso en 11 «en función de la composición del tren» gracias a la instalación de unos aparatos de vía conocidos como «bretelles» que sirven para facilitar la maniobrabilidad de los convoyes entre dos vías paralelas. Esto agiliza el tráfico y permite 'ampliar' la capacidad de la estación cuando sea necesario. En cada andén, al estilo de Atocha Alta Velocidad, se instalará una escalera fija, un ascensor panorámico y dos escaleras mecánicas.

Aspecto de la zona de acceso a los andenes.

El espacio para los viajeros crece. Habrá 7.900 metros cuadrados disponibles repartidos en dos plantas y dos entreplantas. En ese espacio se encuentran el vestíbulo abierto a todos los viajeros, con 1.100 metros cuadrados, las salas de embarque y la zona comercial. Los espacios ferroviarios, la comisaría irán en la planta baja y la entreplanta inferior. Y en la entreplanta superior, las salas vip y los espacios para oficinas.

El paso entre barrios. La estación lleva adosada una plataforma de 180 metros de longitud y 12 metros de anchura que permitirá conectar la estación y Plaza de Colón con la nueva barriada de Farnesio, el enorme solar que dejan los viejos talleres de Renfe y que debería comenzar a urbanizarse al mismo tiempo que se desarrollan los trabajos para construir la estación. La plataforma incluirá un carril bici y para acceder a ella se dispondrá de una escalera fija, un ascensor panorámico y una rampa mecánica para peatones y ciclistas (bici en mano, aclara la nota de prensa del Ministerio). La reurbanización de toda la zona -la estación se sitúa en lo que ahora son las naves de aparcamiento y la antigua 'estación Gourmet' permitirá crear un espacio libre de 9.300 metros cuadrados, de los que un 80% serán zonas verdes y de paseo.

Pasillo que conectará la Plaza de Colón con la nueva barriada de Farnesio, en los terrenos de los viejos talleres de Renfe.

Estación histórica. El segundo gran objeto de la renovación es la actual estación, el edificio histórico, que está protegido. La marquesina histórica, por ejemplo, con sus pilares de fundición, se mantendrá.

Aparcamiento. Las cuatro plantas de aparcamiento subterráneo tendrán una capacidad global de 605 plazas, lo que supone duplicar la oferta actual. Del mismo modo, ya se ha contemplado la posible ubicación de estaciones de Biki, aparcabicis y espacio para las motos, que ahora mismo desbordan la capacidad de la estación para acogerlas.

Nuevos edificios de servicios ferroviarios. Los edificios anexos a la actual estación, limítrofes con la curva de la calle Recondo, también sufrirán una amplia remodelación. Se construirán dos módulos de 2.000 y 3.000 metros cuadrados, respectivamente, destinados a cuestiones técnicas -señalización, telemando, espacios de formación y gabinete sanitario- y a oficinas -Adif, zonas comunes, salas de reuniones y vestuarios-.

La piel. Lo que más llamará la atención del nuevo edificio será lo que los redactores del proyecto han denominado «la piel». Una «envolvente textil» que pretende «simbolizar el camino», con un telón de fondo que «genera un nuevo hito arquitectónico» y contribuirá a integrar todos los espacios.

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