Óscar Puente presenta el proyecto de la nueva estación de tren. José C. Castillo

Valladolid

Por qué es incompatible la estación con el soterramiento

Enterrar las vías solo es posible con una estación soterrada y eso limitaría mucho la capacidad de una infraestructura clave para el país

Antonio G. Encinas

Valladolid

Lunes, 17 de febrero 2025, 19:29

La nueva estación de Valladolid es incompatible con un soterramiento de las vías. Esa tesis se ha defendido desde el primer momento por parte del Ministerio de Transportes ... y el ministro, Óscar Puente, anunció este lunes que próximamente lo certificarán con datos. «Desde un punto de vista técnico», aseguró.

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El tamaño de la futura estación implica contar con 7 vías de alta velocidad y 5 de ancho ibérico, es decir, una playa de vías amplísima, con seis andenes. Ahora mismo hay tres andenes y 7 vías en total. Esa playa de vías se ubicará en superficie y eso hace inviable una conexión soterrada por ambos lados, debido a la pendiente máxima que pueden tolerar los convoyes que las van a utilizar, por debajo del 3%, lo que sacaría a superficie el tren mucho antes de la estación.

La única solución sería, por tanto, enterrar la estación. Una estación soterrada solo es posible si se proyecta para ser soterrada. Según el informe de Adif sobre la integración ferroviaria, en ese caso habría que bajar las vías hasta los 15 metros bajo tierra (ubicación de los andenes). «Nada más abandonar el corredor ferroviario actual las tres vías descienden con pendiente 2,5% hasta llegar a la profundidad suficiente para poder excavar con tuneladora», explicaba sobre el proyecto de construcción.

La estación soterrada podría contar, según el informe de Adif, con seis vías de ancho estándar (alta velocidad). Es decir, tendría, de entrada, una vía menos que la actual para alta velocidad. Además, en cuanto al ancho ibérico, habría solo tres vías: dos de carácter pasante y 275 metros de longitud útil con andén y otra con una vía sin andén. Dos vías menos que en la estación sin soterrar. En el estudio informativo de 2007 se preveía que la estación soterrada se situara a 8,5 metros bajo tierra y dispusiera de «6 vías vivas, dotadas de tres andenes de 400 m de longitud y 10 metros de anchura».

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El estudio de Adif sobre el posible soterramiento -siempre con tuneladora- señalaba «la limitación de capacidad que supone la playa de vías soterrada». Los andenes serían más cortos «respecto a la solución en superficie», lo que penalizaría «el estacionamiento de trenes de Media Distancia en composición doble», por ejemplo, y añadiría una vía pasante. En las proyecciones con la estación en superficie, todos los trenes tienen parada en Valladolid. En cuanto a las vías de ancho ibérico, además de perder espacio de estacionamiento, habría que modificar «algunos servicios haciéndolos pasantes, sin que tengan cabecera en Valladolid».

Dadas las previsiones de tráfico de pasajeros, ambas posibilidades mermarían la capacidad potencial de Valladolid. Y aquí es donde entra en juego el mapa de la alta velocidad en España. Es el que refleja el punto estratégico que ocupa Valladolid en el corredor ferroviario de pasajeros, que no se detiene en el País Vasco, sino que en un futuro tendrá salida hacia Francia. Una salida a la que se accederá desde Lisboa-Extremadura, desde Madrid y sur de España, desde Galicia y Asturias. Y, en todos esos casos, a través de Valladolid. La estación es, por tanto, un proyecto estratégico de país y de interés general ferroviario.

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Con estos condicionantes, el proyecto de Tipsa y Adif no contempla una solución soterrada. Y no bastaría con excavar más para 'recolocar' las vías, como se puede deducir de lo anterior. Una estación en superficie obliga a mantener las vías en superficie. Y una estación soterrada pasaría por replantearlo todo desde el principio. Incluida una infraestructura cuyo proyecto se ha demorado seis años.

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