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Chamartín, el «horror» de decenas de pasajeros atrapados«De vergüenza». Es el comentario más repetido entre las decenas de viajeros atrapados en la estación de Chamartín. La terminal madrileña se queda pequeña ... para acoger a la cantidad de pasajeros, entre turistas y usuarios habituales de la línea de alta velocidad. Colas que se alargaban afuera de las instalaciones y los vestíbulos atestados de personas, arremolinadas y hacinadas donde se aguardan noticias de los horarios de los trenes al mismo tiempo que intentan coger sitio para que, cuando avisen de la partida, estén bien colocados para no perder el viaje.
«Es un horror», se queja por enésima vez Sylvia García, de la plataforma de usuarios de los Avant de Segovia. A ella le tocó sufrir unas circunstancias similares hace dos semanas. «No podía moverme, a pie quieta y sudando porque hacía un calor...», recuerda. Por desgracia, los problemas y las demoras en la línea entre Madrid y Segovia se repiten con demasiada asiduaidad. No ha pasado ni una semana de la última vez. Este lunes, desde las tres y media de la tarde, la estación madrileña es una olla en la hierven los nervios y la tensión. Los viajeros que esperan noticias de sus trenes, atentos a la pantalla de salidas y llegadas que informa de los retrasos que arrastran varias líneas, combaten el sofoco abanicándose con lo que tienen más a mano.
El caos de este lunes se ve agravado por el calor y porque, como apunta en su exposición la portavoz de los usuarios segovianos, «se juntan los habituales que vuelven de trabajo a Segovia, que van sin equipaje ni bultos, con los turistas que es normal que estén más despistados y que van con todas las maletas».
A las 15:35 horas, los comentarios de los viajeros que tenían que partir hacia Segovia definían así la situación: «la estación está atascada». Según la operadora ferroviaria, el problema lo ha generado un tren que hace el trayecto a Cuenca y hacia los destinos de la costa levantina, así como los que parte de allí hacia el norte de España. Ha sido la primera ficha de un dominó en la que han ido cayendo las piezas en forma de demoras, lo que ha favorecido el embotellamiento y hasta la masificación que padece Chamartín.
Los usuarios segovianos que tenían que subirse en el Avant de las 15:40 no han podido hacerlo. «Por lo visto no ha venido, esto ya es inaudito», señalaban los damnificados en in intento de buscar consuelo, respuestas y un resquicio para acceder a los andenes porque la estación está «petada». Este era el panorama minutos antes de las cuatro de la tarde.
Con algo más de cuarenta minutos de retraso, el tren de las 15:40 salía de Madrid. La confusión ha continuado. Hay testimonios que aseguran haber llegado por los pelos al tren «pasando por encima de todo literalmente desde la puerta de la estación hasta el andén». Había quienes advertían de la gravedad de la situación por el asfixiante calor que estaban soportando.
El goteo de salidas hacia Segovia ha continuado con demoras que se han ido limando. El de las 16:15 partía con unos trece minutos de dilación; el de las 18:10 salía seis minutos tarde. Pero la gran dificultad de este lunes era llegar a los puestos de control entre la marabunta de viajeros atascados en el vestíbulo. «Hay gente mayor y niños, puede ocurrir una desgracia», avisaban testigos del embotellamiento. Otros preguntaban cómo llegar a los escáner si «está colapsado».
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Los viajeros del Avant de las 17:30 horas han tenido que esperar más que sus predecesores. Según se quejaban algunos damnificados, este trayecto partía con más de una hora de retraso. Lejos de solucionarse con el paso de las horas, la indignación de los pasajeros perjudicados ha ido en aumento. Aseguran no entender por qué se estaba dejando pasar a un pasaje cuyo tren tenía prevista la partida más tarde. «Caos», resumía uno de los viajeros segovianos.
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