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Son muchos los obstáculos que han tenido que afrontar estos últimos años los viajeros habituales de trenes de Alta Velocidad en la provincia. La falta de aparcamiento, la lejanía de la estación Segovia-Guiomar respecto al centro de la ciudad o la elevada demanda que ... supera a la oferta han llevado a muchos usuarios a replantearse su método de transporte para desplazarse al trabajo. Sin embargo, la incertidumbre se agrava a partir del 8 de abril, cuando se suprimirán al menos diez frecuencias de Avant entre Segovia y Madrid, las cuales trasladan cada día, en la ida y vuelta, a más de 1.300 pasajeros recurrentes.
Adif iniciará este lunes una nueva fase en las obras de transformación de la estación de Chamartín, dirigidas a duplicar la capacidad ferroviaria para alta velocidad y larga distancia. La evolución de los trabajos ha obligado a realizar una serie de cambios, que afectan de forma directa a la comunicación entre Segovia y Madrid, además de Valladolid. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (Mitma) asegura que se han reducido las vías disponibles y, en consecuencia, la llegada y salida de convoyes.
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Ana María Criado
Las distintas operadoras han tenido que «reprogramar» sus circulaciones. La solución ha pasado por incorporar más vagones para disponer de más plazas -lo que se conoce como doble composición- y, a su vez, «juntar horarios». Esto conlleva que, si 75 trenes hacían parada a diario en Segovia-Guiomar, ahora tan solo visitarán sus andenes medio centenar. Al menos 27 frecuencias de los servicios de Avant, Alvia, Intercity o AVE quedan suprimidas hasta el final de este periodo concreto de obras, previsto en julio.
La plataforma de usuarios de trenes Avant en Segovia calcula que más de 3.000 personas viajan a diario a Madrid o Valladolid para trabajar o estudiar. La rebaja del precio de los abonos en un 75% a través de las bonificaciones estatal y autonómica han llevado a muchas personas a interesarse por este medio de transporte, de ahí que sea necesario reservar los billetes con gran antelación ante el aumento de la demanda.
La escasez de frecuencias con acceso para abonados es un problema histórico, criticado desde hace varios años. Pero muy lejos de mejorar la situación, los usuarios segovianos han sido testigos esta semana de la desaparición o la modificación horaria de más de la mitad de los 21 trayectos de Avant en dirección a la capital del país; y del 38% de la oferta disponible hacia Valladolid.
La «reorganización temporal» anunciada por Renfe detalla diez variaciones en la prestación del servicio, por las que el inicio o final de los viajes se adelantan o retrasan hasta 25 minutos, o directamente la frecuencia se elimina en viernes y fines de semana. No obstante, en el listado de modificaciones no aparecen los diez trayectos de Avant que han sido suprimidos «sin dar ninguna otra opción», según detalla la plataforma de usuarios, lo que se puede comprobar también al consultar los horarios para comprar un billete en la página web.
«Hacer una pequeña modificación es salir cinco minutos antes o después, no quitar de golpe diez frecuencias», asegura la portavoz del colectivo afectado, Sylvia García. Este mismo viernes no había rastro de los trenes que salían de forma habitual, desde Segovia hacia Madrid, a las 7:38, 9:42, 11:00, 19:16 o 19:33 horas. Lo mismo sucedía con los que paraban en la estación provincial para continuar hasta Valladolid a las 9:17, 13:44, 15:04, 16:17 y 21:14 horas, que ya no están ofertados.
Según García, Renfe en ningún momento ha notificado este recorte de servicios a los pasajeros. Estos han tenido constancia de la reducción hace apenas unos días. Por ejemplo, al cerciorarse de que las plazas que habían reservado a las 7:38 horas se habían formalizado directamente a las 8:50, lo que supone más de 70 minutos de diferencia. «No sabemos si estas decisiones se han tomado de forma proporcional, analizando el número de usuarios o si se ha contemplado habilitar en Segovia parada de los trenes de Valladolid que van directos a Madrid», considera.
Esta preocupación e incertidumbre han sido plasmadas por decenas de segovianos en redes sociales en las últimas horas. Los trenes Avant tienen una capacidad media de 259 pasajeros, un aforo que se amplía o disminuye según las características de vehículo. Por ello, los cambios motivados por las obras en Chamartín afectarán a aproximadamente 1.300 viajeros recurrentes que protagonizaban un promedio de 2.500 desplazamientos diarios de ida y vuelta entre Madrid, Segovia y Valladolid, los cuales están englobados en las frecuencias suprimidas. Por lo general, los billetes para estos trayectos se agotaban.
Aunque la Subdelegación del Gobierno en Segovia confirma que se mantendrán las plazas, el malestar radica en los horarios. «Tenemos sanitarios, policías y otros muchos profesionales que trabajan a turnos. Se les ha suprimido el tren de las 20:47 horas que les permitían acudir a casa para dormir y luego volver a trabajar, ¿cómo pueden hacer eso?», se pregunta la portavoz de la plataforma de usuarios. «Estábamos orgullosos de que muchos universitarios habían optado por quedarse en la provincia gracias al AVE, pero si tienen un examen y no pueden asistir porque faltan trenes, se tendrán que ir a Madrid», lamenta.
Esta medida no solo afecta a los convoyes del Avant, sino a otros servicios procedentes de otros territorios de Castilla y León, como Salamanca, Medina del Campo o Palencia. Sobre todo en los trayectos de ida hacia Madrid y en horario de mañana. «No saben lo que supone que a una familia que ha optado por quedarse a vivir en sus ciudades le digan ahora que no puede», sostiene García.
Los usuarios del AVE conviven de forma constante con «una gran ansiedad» por lograr comprar un billete a tiempo. A ello se suman los retrasos y averías que, a raíz de la transformación de Chamartín, se han sucedido de forma reiterada estos meses durante los desplazamientos para asistir al trabajo o regresar a casa. «Es algo que entendemos; es algo normal en las obras», subraya. No obstante, el propio colectivo no esperaba una disminución de la oferta de viajes. «Va a ser algo terrrible», vaticina su portavoz.
La plataforma es prudente a la hora de hablar del futuro. «Dicen que la eliminación de frecuencias durará unos meses, pero lo único que sabemos es que las han quitado y ya veremos si se recuperan», desconfía. «Salamanca no ha conseguido recuperar uno de los horarios que tenía antes de la llegada de la covid», advierte.
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