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miguel ángel pindado
Valladolid
Viernes, 24 de mayo 2019, 18:04
No hay quinto malo, dicen los taurinos, y haciendo buena la frase, habría que considerar que la final de Liga de este sábado entre el VRAC Quesos Entrepinares y el SilverStorm El Salvador deparará escenas para la historia. Con ocho títulos cada uno, cualquiera de los dos contendientes igualará los nueve entorchados ligueros del Arquitectura (el último en 1995), lo que supondrá un hito para el club que lo consiga. Pero es que esta nueva final vallisoletana viene a confirmar un dominio casi grosero del rugby local en el panorama nacional. Ylas estadísticas no mienten. En los últimos treinta años, en 23 temporadas, o bien el VRAC o bien El Salvador han conquistado el título o se han quedado con la segunda plaza. Es decir, en los últimos treinta años, solo en siete temporadas, campeonato o subcampeonato no tuvieron color vallisoletano.
Y si reducimos la estadística a tan solo este siglo, en las veinte temporadas disputadas, uno de los dos clubes pucelanos, o los dos, han estado presentes en la lucha por el título en diecinueve de ellas. Es decir, a lo largo del siglo XXI tan solo en la campaña 2011-12 (La Vila-Ordizia), no hubo oportunidad de poner la nota vallisoletana al título. Con la imposición del 'play-off' la siguiente campaña, el dominio vallisoletano ya ha sido insultante en las últimas siete temporadas. Seis trofeos para un VRAC hegemónico y uno para El Salvador, pero además con cuatro finales convertidas en derbis.
Y con estos datos, el rugby local se muestra más que satisfecho e incluso obligado a sacar pecho frente a otros deportes en una ciudad especialmente deportiva desde hace muchos años.
Pero quizás más allá de nuestras limitadas fronteras provinciales, el rugby vallisoletano no se vea con los mismos ojos, con la misma generosidad ni se le otorgue más allá de una breve líneas. Por ello hemos palpado la visión de esos otros equipos de la Liga Heineken que pelean como los que más cada jornada, que luchan a diario para mantener sus estructuras de club, que cuentan con amplias canteras a las que les cuesta dar salida... y que se topan con dos auténticos colosos a la hora de intentar luchar por los títulos.
Plantillas consolidadas: UE Santboiana
El último equipo no vallisoletano en disputar una final por el título ha sido la UE Santboiana, todo un buque insignia del rugby español y el club que más años lleva en la máxima categoría nacional. Ricardo Martinena, director deportivo del club de Sant Boi, afirma que la final de este sábado «será muy intensa y disputada», si bien no tiene ninguna duda de que el favorito es El Salvador, «porque ha tenido menos lesiones que el VRAC, ha hecho mejores fichajes y creo que tiene más hambre que su rival, aunque del VRAC se puede esperar todo». Para Martinena, el éxito del rugby vallisoletano reside «en la capacidad que tienen ambos clubes de generar dinero y que son los únicos de la ciudad, mientras que en Barcelona hay al menos unos 45 clubes. También tienen una excelente estructura de club que les permite conseguir más recursos económicos. Cada uno conoce sus limitaciones presupuestarias y tiene que trabajar en función de ellas. ¿Cuántos jugadores de Valladolid o de la cantera de Valladolid jugarán la final? VRAC y El Salvador tienen plantillas muy consolidadas, mientras que otros casi empezamos de cero cada campaña y eso marca mucho la diferencia».
Con todo, el director deportivo de la UE Santboiana reconoce que el nivel del rugby está creciendo exponencialmente, «con mucha culpa de los dos equipos de Valladolid. Ahora hay más jugadores talentosos y se compite mucho más. También hay una cantera de sub-18 y sub-20 muy importante a la que ofrecer alternativas para que puedan integrarse en los equipos de elite, ya que en la Liga hay seis equipos que luchan por los títulos y otros seis que lo hacen por no descender y que están demasiado lejos de los primeros».
Superaburrida: Aldro Energía Independiente
Con este calificativo se despachó Chucho Moziman, el argentino que conduce los destinos deportivos del Aldro Energía Independiente Club, de Santander, a la hora de valorar la final vallisoletana. «Superaburrida porque son siempre los mismos, es como un Barça-Madrid de fútbol», comenta Moziman antes de soltar una carcajada. «Es broma, ambos han llegado a la final por méritos propios, porque han sido los mejores. Su éxito se debe a un montón de factores: unas directivas profesionalizadas, una nutrida y fiel afición, una prensa que está muy pendiente, unos políticos que también han visto en el rugby la posibilidad de votos, unos técnicos muy preparados y el acierto de los clubes en sus decisiones», afirma el técnico argentino que no duda en colocar a Valladolid, «pese a que la tradición del rugby en España es más joven, como uno hito dentro del rugby español, que comparó con algunas ciudades argentinas». También afirma Tristán Moziman que «la profesionalidad y el presupuesto, junto con directivas que se han implicado muchísimo y también con muchos años de trabajo continuado han dado sus frutos y explican el éxito del rugby de Valladolid». Y ya puestos, Mozimán se echa un cable al afirmar que «yo siempre reclamo mejores estructuras en el club, pero a la vez hay que ser competitivo en la liga y hacer fichajes por lo que hay que elegir y no podemos tenerlo todo».
Sobre quién lleva el papel de favorito, Moziman no duda en señalar a El Salvador. «Como equipos ambos son muy parejos, los dos técnicos se conocen a la perfección y no creo que puedan sorprenderse, pero creo que físicamente El Salvador llega un punto por encima y creo que el trabajo de Mar Álvarez en la preparación física puede ser decisiva».
En cuanto al crecimiento del rugby español, el argentino lamentó la descalificación de España para el Mundial de Rugby. «Perdimos una oportunidad de oro con el Mundial. De cualquier forma, España, a nivel de selección, ha subido muchísimos enteros. Ahora, además, con la Liga Nacional, que si no llega este año, llegará al siguiente, seguro que los clubes van a sacar más partido a su deporte. El rugby aún tiene un recorrido enorme», finalizó el director deportivo del Independiente de Santander.
Los que tiran del carro: AMPO Ordizia
Cayeron eliminados ante el El Salvador en las semifinales del 'play-off' por el título de liga y es uno de los clubes que más enteros ha subido en los últimos años, rozando incluso el título de liga en un par de ocasiones (2011 y 2012). Ahora, ante la nueva final entre los dos equipos de Pucela, desde el Ordizia sienten «envidia de no poder estar en la final». «Ellos han sido los más fuertes y no hemos sido capaces de romper esa racha de presencia exclusiva vallisoletana en la lucha por el título», manifiesta Jon Txurruka, director deportivo del AMPO Ordizia.
El Salvador aparece como favorito en esta final para el directivo vasco «por la plantilla tan completa que tienen los colegiales en todas sus líneas, con gente muy fuerte y con calidad y cantidad. Sinceramente, creo que nunca ha habido en la liga española una plantilla tan completa. Ahora bien, enfrente tiene al VRAC, con un juego muy poderoso y muy competitivo que puede ganar a cualquiera. En estas finales, los equipos saltan a la cancha convencidos de no cometer errores más que de jugar libremente y ahí el espectáculo se resiente, pero la emoción e intensidad están aseguradas».
Txurruka reconoce que el éxito del rugby vallisoletano tiene muchas caras, «son dos clubes que llevan muchos años entre los mejores y con unas de las mejores canteras en categorías inferiores, que calan en la sociedad y hacen del rugby de Valladolid un deporte importante. Cuentan con una gran afición, rivalidad, excelentes entrenadores, buenos directivos y una acertada gestión económica y de fichajes».
Y con estas premisas, el director deportivo del Ordizia reconoce que «tanto el VRAC como El Salvador son los que tiran del carro del rugby español y de su crecimiento. Luego, otros vamos detrás empujando también e intentando que este deporte mantenga una línea ascendente en todos sus aspectos. En Ordizia vamos creciendo poco a poco, tenemos un patrocinador muy fiel, pero necesitamos más recursos para dar el salto al profesionalismo. También las estructuras del club deben crecer y para ello necesitamos más medios. La liga nacional o la mayor repercusión en televisión serían temas que habría que valorar para que más equipos diesen ese pasito hacia adelante. El que haya equipos de calidad en la liga aumenta el nivel de toda la liga», comenta el director deportivo vasco. Y para nada se muestra receloso de la hegemonía del rugby vallisoletano. «Llegar a ocho de las últimas diez finales está al alcance de muy pocos y ello se convierte en un acicate para el resto, en un espejo donde mirarnos para conseguir esos premios al esfuerzo realizado», concluyó Jon Txurruka.
Corazón partido. CAU Valencia
El CAU Valencia organizó el año pasado el enésimo derbi vallisoletano por un título, en esta caso la Copa del Rey, que finalmente se llevó el VRAC. Los valencianos tienen una de las mejores canteras de rugby, y de ello saca pecho Eduardo González, director de gestión del club valenciano. «Seguiremos la final porque tendremos el corazón partido. Dos chavales de nuestra cantera juegan en cada uno de los equipos, por lo que desde el CAU no tenemos preferencia por uno u otro. Álvar Gimeno, hijo del director deportivo del club, juega como centro del VRAC, mientras que Vicente del Hoyo lo hace de talonador en El Salvador», comenta el directivo levantino.
«Sin duda son los dos mejores equipos de la Liga, llevan varios años dominando el rugby nacional, pero ya hay equipos que les plantan cara, como se ha podido ver en el Copa del Rey», afirma Eduardo González a la vez que señala que el secreto del éxito vallisoletano está «en la clara apuesta por la profesionalización, tanto deportiva como de estructuras de gestión del club, contando además con una ciudad que se vuelca con el rugby y unas instituciones que proporcionan el apoyo necesario sobre todo en forma de campos e instalaciones». Y es que este último tema preocupa especialmente al directivo del CAU. «Tanto el VRAC como El Salvador son ejemplos a seguir. Nosotros contamos en el CAU Valencia con buenas canteras, pero no disponemos de cuatro campos donde organizar eventos como el campeonato de base de este fin de semana». También insistió en la necesidad de «una ley de mecenazgo que permita mayores apoyos a los clubes deportivos. Ahora a las empresas les cuesta financiar este tipo de proyectos. También el tema de la televisión es importante y necesitamos más visibilidad».
Y de vuelta a la final, afirmó que «el VRAC comenzó flojo, pero se ha puesto las pilas, mientras que El Salvador ha hecho una temporada casi perfecta. Es la mejor final que se podía disputar y Valladolid seguro que disfrutará de sus equipos».
Saber hacer las cosas: Sanitas Alcobendas
Es uno de los equipos peleones de los últimos años. El que ha dado más disgustos a la parroquia vallisoletana y un hueso muy duro de roer. Es el Sanitas Alcobendas, un club con un enorme potencial que aspira a destronar a VRAC y El Salvador. José Luis Ibáñez, director de comunicación y director igualmente de la Revista 22, exclusiva de rugby, reconoce que a la final «llegan los dos mejores y en su mejor momento. Había ciertas dudas en semifinales debido a las tres semanas de parón, pero se comprobó que los dos equipos vallisoletanos se habían preparado a conciencia».
Ibáñez acude con asiduidad a Pepe Rojo y estará el próximo sábado para presenciar la final. «Será un partido muy disputado y con mucho miedo a perder porque ambos necesitan un título. Estoy convencido de que el que gestione mejor la ansiedad y sea más disciplinado sobre el césped será el que se lleve el trofeo. Cuando hay un título en juego, prima más la emoción y la competitividad».
Buen conocedor del rugby vallisoletano, Ibáñez considera que la final está 49/51 y apuesta por el VRAC como mínimo favorito, «porque es el actual campeón aunque está claro que los dos llegan en su mejor momento y serán los pequeños detalles los que decidirán el título».
El directivo del Alcobendas reconoce que en Valladolid, «tanto El Salvador como el VRAC han sabido combinar muy bien el crecimiento propio con unas estructuras de club muy sólidas. En ambos clubes hay gente que sabe hacer las cosas y las hace muy bien. Ningún club de la liga se acerca a ese nivel. Y un reflejo de ello es que El Salvador superó sus años duros económicamente sin apenas daños deportivos debido a esa estructura de club. No creo que todo sea una mera cuestión de dinero o de potencial económico, sino de tener un club sólido».
José Ibáñez encuentra una debilidad en el rugby de Valladolid y de Castilla y León. «Mientras VRAC y El Salvador siempre están entre los mejores en las categorías sub-18 y sub-20, quizás le falta un poco más de competitividad a nivel regional, falta ese nivel intermedio que necesitan muchos chavales para dar el salto después a la elite. Quizás este sea un mal endémico del rugby, cómo compaginar estudios con cierto nivel de profesionalismo».
En cuanto al hecho de que se repita una nueva final entre los dos clubes vallisoletanos, el directivo madrileño comentó que «en la Copa no han estado ninguno de los dos. Se ha abierto la competición y eso es bueno, pero también lo es la final vallisoletana, porque se lo han ganado sobre el césped».
Ibáñez no duda de que el VRAC y El Salvador son dos locomotoras dentro del rugby nacional y que este deporte ha experimentado un enorme auge en los últimos años, si bien también se muestra crítico. «Decía el presidente Alfonso Feijoo que al rugby español ya no hay quien lo pare, pero creo que estamos en un momento crítico. Hay infinidad de chavales en las categorías inferiores, pero desde la elite no estamos canalizando como deberíamos ese potencial. ¿Cómo vamos a absorber toda esa avalancha? Por otro lado, urge el cambio de modelo de competición y de calendarios para dar un mayor protagonismo a los clubes, que son los que deben gestionar su competición como ocurre en otros deportes. Otra cosa es que lleguemos a acuerdos entre los clubes...».
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