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Teresa Fernández Casas (Bilbao, 1973) llegó a Valladolid en 1992 para estudiar Derecho, pero su gran ilusión, insiste, siempre fue la hostelería. Desde pequeña. «En el verano, íbamos con mi familia desde el País Vasco hasta Grisuela, nuestro pueblo en Zamora». Allí Nemesio, su abuelo ... paterno, tenía un bar que era lugar de encuentro para vecinos y, durante el estío, también los veraneantes. Teresa se recuerda detrás de la barra, feliz cada vez que podía servir un refresco, que ayudar con los sacos de azúcar que el abuelo guardaba tras el mostrador.
De aquella infancia entre cafeteras y grifos de cerveza dice Teresa que le llega una pasión que ahora, después de mucho tiempo, de tanto desearlo, puede conjugar en primera persona. «Durante años sí que trabajé en el sector, en el grupo Vips, en el Gino's de Vallsur y Zaratán.Luego, tuve que dejarlo para cuidar a mis padres, por enfermedad. Y ahora que me veo con más tiempo, y que ya tengo 48 años, creo que ha llegado el momento de cumplir mi sueño: mi propio bar. O lo intento o me lamentaré toda la vida».
¿El problema? Que la oportunidad le ha llegado en plena pandemia, cuando la marejada de la covid no deja de crear nuevas olas y la hostelería es uno de los sectores más afectados. La gente me dice: 'Pero, ¿cómo se te ocurre abrir un bar ahora, cuando hay tantos hosteleros que cierran, cuando hay tantos que van a la ruina y ya no pueden más?'».
–¿Y qué les contesta?
–Que yo creo en mí, en proyecto, que confío en que todo esto vaya a mejor, que nos recuperemos cuanto antes. Y que yo no podía esperar más. Tenía que lanzarme.
En plena crisis de la covid, Teresa ha abierto su gastrobar (La Pasarela, en la calle Turina, Cuatro de Marzo). Sirvió su primera cerveza el 11 de enero. Dos días después, la Junta decretaba el cierre de la hostelería y Teresa tuvo que volverse a casa. Cerrar nada más abrir. Regresó a la actividad casi un mes después, el 19 de febrero. «De los primeros cuatro días, dos llovió y ya me dirás, sin terraza ni nada. Así que ahora pienso que la cosa solo puede ir a mejor».
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sofía fernández
Para ello se ha conjurado a lo que califica como «hostelería 4.0», una apuesta por las nuevas tecnologías para impulsar el negocio:presencia en redes, wifi gratis, carta virtual y, en breve, un chat que permitirá hacer pedidos por 'whatsapp' y emisiones en 'streaming' donde cocinará sus recetas en directo, desde las paellas y el arroz con bogavante a sus tortillas y croquetas. «Sé que son momentos difíciles, que hay más facturas que ingresos (con toda la inversión del local) pero no podía dejar de intentarlo. Lo único que pido a las autoridades es que nos dejen trabajar; del resto ya me encargaré yo», asegura la nueva hostelera valiente del Cuatro de Marzo.
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