Valladolid en 2002: de la inauguración del Patio Herreriano a la firma del soterramiento

Aquel 2002 fue para Valladolid el año del gran túnel. El de la rúbrica de la obra que iba a transformar la ciudad. Mientras que en Galicia una marea de voluntarios intentaba arrancar de las costas las casi cien mil toneladas de chapapote que el petrolero 'Prestige' derramó en el mar tras partirse en dos su casco de 243 metros de eslora, Álvarez Cascos, entonces ministro de Fomento con José María Aznar; Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta; y el alcalde León de la Riva, firmaban el convenio que iba a enterrar las vías en cinco kilómetros de su recorrido por el casco urbano. Era noviembre y el soterramiento se oficializaba en el mismo ejercicio en el que entraba en vigor la nueva moneda de la UE: el euro. Para entonces los vecinos de la capital ya habían cogido cierta práctica con la divisa común, aunque la calculadoras conversoras seguían siendo útiles para muchos. El anuncio de la sutura de la cicatriz ferroviaria ilusionaba a los residentes de los barrios de la zona este de la ciudad que pronto -pensaban ellos- podrían acceder al centro a ras de acera sin tener que atravesar lúgubres pasos bajo el lecho del tren. Veinte años después las cosas han cambiado, aunque sean muchos todavía los que añoren esa solución.

Ese capicúa lo estrenó Adrián. Pesó cuatro kilos y nació en Clínico Universitario a las 4:55 horas. La ciudad contaba ese 1 de enero con 318.576 habitantes (299.265 en 2020) y el PP municipal, comandado por un ginecólogo de carácter, que viró de la política regional a la municipal, reinaba con comodidad desde 1995 con una estela de mayorías absolutas que el PSOE, dirigido entonces por el ya fallecido Ángel Velasco, tuvo que digerir como buenamente pudo hasta 2015.

Fue el arranque del despegue de un municipio que comenzaba a crecer. Ese año, donde todavía se fumaba a pleno pulmón en el interior de bares y restaurantes, el Ayuntamiento otorgó licencias para 2.069 viviendas en lo que sería el inicio de la gran expansión urbanística favorecida por la liberalización del suelo. Sobre todo hacia el sur. Un dato: entonces más allá de la avenida de Zamora (ronda interior) vivían 14.518 personas. Hoy hay registrados 22.652 empadronados. En este periodo, por contra, las zonas de Hospital y Santa Clara son las que más han sufrido la pérdida de población dentro de la trama urbana.

Todavía el precio del metro cuadrado estaba contenido -1.087 euros, según la tasadora Tinsa-, pero la tendencia al alza ya soplaba con fuerza, lo suficiente como para que la burbuja comenzara a hincharse. La renta media neta por persona en Castilla y León rondaba los 6.900 euros. Veinte años más tarde supera los 12.600. El 2002 fue el año del Clio 2 en la factoría de Renault en Valladolid y del Megane, en la planta palentina.

Entraba dinero a un Consistorio que aprovechó el viento de popa para vestir la ciudad. El gobierno local estrenaba, en junio de 2002, el Museo Patio Herreriano. El ahora rey emérito era el encargado de abrir las puertas de esta gran sala de arte contemporáneo mientras al otro lado del Pisuerga avanzaban las obras del Museo de la Ciencia, que se inauguraría en abril de 2003. Ese mismo mes de ese mismo año culminaba la construcción del centro cívico de Pajarillos en el antiguo mercado central.

En aquellos tiempos, el barrio de Villa del Prado aún era un erial, a pesar de que desde hacía dos años ya se hablaba de su desarrollo y la Diputación hacía cábalas con la caja que haría con la venta de las parcelas. Las Cortes regionales, ubicadas entonces en el castillo de Fuensaldalña, habían elegido este enclave tras un concurso de ideas, celebrado en ese ejercicio, para levantar su nueva y flamante sede, que acogió a sus señorías cinco años después. Del barrio de Los Santos-Pilarica aún no había noticias y todavía estaba en servicio la antigua residencia Río Hortega (el nuevo hospital en Delicias se inauguró en enero de 2009).

La gran sensación para los amantes de las compras fue la inauguración del hoy en decadencia Equinoccio Park, un centro comercial que abrió potente y con una oferta hostelera a la última, pero que feneció pronto. Los controles de alcoholemia de la Policía Local de la capital llevaron a que los usuarios dejaran de desplazarse a tomar copas a este complejo.­ Por supuesto, nadie pensaba entonces que en el colindante municipio de Arroyo se abriría en 2012 el gran gigante de las compras de Castilla y León: Rio Shopping.

Los capítulos más conflictivos tuvieron dos escenarios. Por un lado, uno de carácter sanitario en el colegio García Quintana. Más bien su entorno. Finalmente, la lucha ciudadana contra las antenas de telefonía móvil llevaron al desmontaje, por orden judicial, de los dispositivos ubicados en las azotea del número 5 de la calle López Gómez, a pesar de que nunca llegó a haber evidencias científicas de que fueran causantes de los cuatro casos de cáncer que se registraron en el centro escolar. El otro contencioso fue de carácter laboral. El cierre de la empresa Enertec dejó en la calle a más de un centenar de trabajadores con una gran polémica por las acusaciones de especulación urbanística con los terrenos en los que se ubicaba la factoría, situada en el Paseo de Arco de Ladrillo.

Un accidente conmocionó ese año a la provincia. Fue el 20 marzo. Una colisión mútiple en la A-6, a la altura de Simancas, dejaba nueve muertos y 35 heridos.

En clave internacional, el entonces presidente de Estados Unidos, George Bush, presionaba al régimen de Sadam Husein en los primeros escarceos de un conflicto que acabaría uno año después con la guerra de Irak.

El escritor y exdirector de El Norte de Castilla José Jiménez Lozano recibió aquel año el Premio Cervantes y Ken Loach se consagró como un clásico de la Seminci al lograr la Espiga de Oro del festival con la película 'Sweet Sixteen'.

Fue el año de la primera edición de Operación Triunfo en la que Rosa, Bisbal y Bustamante despuntaron en el concurso de descubrimiento de talentos musicales. La boda del año fue la de la hija de Aznar, Ana, con Alejandro Agag, mientras que en los cines triunfaba 'El señor de los anillos: las dos torres' y 'Harry Potter y la cámara secreta'. Los amantes de la literatura disfrutaron también con la obra de ficción de Tolkien y con 'El código Da Vinci, de Dan Brown, mientras la radiofórmula machacaba con el 'Aserejé', de Las Ketchup, y 'Que la detengan', de David Civera, dos de los grandes éxitos de aquel 2002.

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