
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Fue el pasado 30 de junio el último día para cambiar las pesetas a euros. Desde la entrada en vigor de la moneda, 20 años. Un tiempo más que suficiente para acercarse al banco y actualizar el monedero. Pero no son ajenas las colas que ese miércoles se formaron en las sedes del Banco de España en todo el país, también en Valladolid. Ese día se canjeó en la ciudad el equivalente a 27.000 euros, un millón y medio de pesetas en moneda y tres millones en billetes, según los datos aportados por el departamento de Emisión y Caja del Banco de España. Dirige esta división Helena Tejero, encargada de la circulación del euro en todo el país desde 2014.
«La jornada más dura fue la del 30, pero todo junio fue una avalancha impresionante», relata en referencia a los últimos días de canje. A nivel nacional, el equivalente que se cambió ese miércoles asciende a los 650.000 euros, 27 millones de pesetas en monedas y 80 millones en billetes. «Si comparamos, en Valladolid no fue una cantidad muy importante», asegura. En porcentajes, las cifras dicen que Valladolid solo supuso el 4% de los cambios que se produjeron en todo el país ese día. En todo el mes, España canjeó el equivalente a ocho millones de euros, más de mil millones de pesetas. «Las operaciones de todo junio fueron un 272% más altas que las que se produjeron en mayo. Fue un momento histórico», apunta la directora.
La situación de esas semanas contrasta con la vivida durante los 20 años precedentes. «El canje más alto fue durante el primer semestre de ese 2002. Tuvimos un pico en 2019, cuando anunciamos la fecha límite para poder cambiar la moneda, y en noviembre de 2020, que hubo un ligero aumento», explica Tejero. El resto de los años se ha canjeado «muy poco», asegura la directora, pero en el mes de junio cambió la situación. Se realizaron 42.000 operaciones de canje, con una cantidad media de 188 euros, más de 30.000 pesetas. «Es sorprendente la cantidad que todavía teníamos guardada en casa», afirma la directora. Tejero considera que la covid-19 también ha jugado un papel relevante en estas grandes cuantías. «Una parte ha llegado de esas casas que han quedado vacías tras los fallecimientos de los mayores, quienes guardaban las monedas», explica.
Helena Tejero
El 30 de junio fueron muchos los problemas que se vivieron para cambiar las pesetas. «Tuvimos que implementar los recursos en muchos sentidos, abrir más ventanas en las sucursales o ayudarnos de máquinas para poder contar las monedas», asevera Tejero. «Algunas personas venían con maletas repletas de pesetas, muchas de ellas ya no se podían canjear y volvían a casa como habían llegado», añade. Y ese fue otro de los problemas según la directora, la desinformación, que llevaba a algunas personas a darse la vuelta sin poder cambiar algunas de las pesetas que tenían y que ya no eran válidas para su canje. «Había algunos cambios casi absurdos, de poco más de un euro. Gente que incluso venía más de una vez», añade.
¿Y cuáles son las monedas y billetes que todavía siguen en los hogares de los españoles? Según la información aportada solo el 3,2% de las pesetas que había en circulación continúan sin canjear en España, un porcentaje pequeño que asombra si hablamos de su valor real. «Había -en 2002- unos 50 mil millones de euros en pesetas, ahora quedan 1.575 millones que no han sido cambiados», explica la directora. «En billetes queda un 1,7% y en monedas un 31%», matiza. El caso de las monedas es especial, porque muchas de ellas se han perdido a lo largo de los años o han quedado olvidadas en muchos otros lugares. Las de una y cinco pesetas son las que más quedan en España. Si hablamos de los billetes, el que más se ha guardado como recuerdo de la peseta es el de mil. En total, son 33 millones los billetes que no se han cambiado, o lo que es lo mismo, casi 200 millones de euros.
Las nuevas formas de pago, la tecnología, el bizum, pagar con tarjeta. Son aspectos que pueden llevar a pensar que el dinero en efectivo tiene los días contados. Según Helena Tejero, la situación es diferente. «Por el momento no parece que esté muerto», asegura. Los motivos de un crecimiento que califica «a tasas muy elevadas» lo encuentran en el incremento de efectivo que se ha puesto en circulación durante los últimos años. En 2020 aumentó un 9,4% respecto al año anterior. El doble que el crecimiento vivido en 2018, que se situó en un 4,2%. Por billetes, el que más se ha incrementado ha sido el de 50, un 12%; sigue el de 20, con un 7%. «El de 50 es un caso curioso porque es un billete que sirve para ahorrar y para comprar, de depósito y de transacción», explica Tejero.
Especial Veinte años de la llegada del euro
La circulación de estos billetes en noviembre de 2021 era de 13.444 millones, casi la mitad de todos los billetes en circulación del país. El que menos circula es el de 500, seguido del billete de 200 y, en tercer lugar, el de cinco euros. Este último supone el 7,28% del total y en conjunto asciente a los 10.067 millones de euros, apenas un 0,66% del total de todos los billetes. Los datos marcan que en España circulan 22.546.964 monedas. Se llevan la palma las de uno, dos y cinco céntimos, un 61,41% del total. «Son las que se almacenan porque muchos no las usan», asegura la directora. La moneda más escasa es la de dos euros, que apenas supone un 4,92%.
Estos datos son los que animan a pensar que el efectivo todavía tiene un largo recorrido en las carteras de los españoles. «Sigue habiendo ingresos y los cajeros funcionan», afirma Tejero. Pero la pandemia sí ha trastocado esta perspectiva, ya que todavía no se ha alcanzado la situación previa, la de 2019. «Primero bajó la circulación y luego aumentó, pero no sabemos si volveremos a ese nivel», apunta, para culminar con que «no tenemos constancia de que el efectivo vaya a desaparecer».
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