Son 30 trenes de mercancías, algunos nocturnos, los que cada día atraviesan Valladolid por el centro. Ocho de ellos son de Renault. La entrada en funcionamiento de la nueva estación intermodal, en el primer semestre de 2025, hará que los de la empresa automovilística sean ... los primeros en desviarse. Esto se debe a que la vía que da servicio a Renault entronca con la Variante Este a la altura de la carretera de Madrid, y todo ese tramo está prácticamente listo. La visita del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, a las obras de la intermodal sirvió para comprobar de primera mano los avances de una infraestructura, la Variante Este, que se encuentra rematada al 92%. «Se están ejecutando las subestaciones, la señalización y las comunicaciones», explicó Puente. Faltaría por acometer el tramo de viaducto de los Tramposos que está aún sin plataforma. Y eso será lo que acabe por sacar a todos los mercancías del centro de la ciudad en el primer semestre de 2026.
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El impacto de esta reducción del tráfico es muy relevante. Supone en torno a una cuarta parte de los convoyes que circulan diariamente a través del trazado ferroviario de Valladolid. Y son los más ruidosos.
El primer efecto de la salida de los trenes del núcleo urbano se verá pronto en la ciudad, que hasta ahora ha vivido de espaldas a lo que es la gran obra ferroviaria que puede transformar el tejido empresarial e industrial de Valladolid. La intermodal de Valladolid será uno de los siete nodos clave de la red española junto a Madrid, Valencia, Barcelona, Sevilla, Zaragoza y Vitoria Jundiz. Cuando los convoyes de Renault circulen por la Variante Este, quedará sin uso la vía de Ariza, que mantiene dos pasos a nivel activos, uno en Argales y el otro en la Ciudad de la Comunicación. Se desmantelará entonces el paso elevado que cruza por encima de la intersección de la VA-20 con la carretera de Madrid, en la rotonda de San Agustín.
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Antonio G. Encinas
Esto, a su vez, permitirá a la sociedad Valladolid Alta Velocidad licitar tres de los pasos de integración que se ubican en ese trazado de la vía de Ariza, y cuyos proyectos ya se encuentran rematados y listos para comenzar las obras en cuanto se adjudiquen. Un responsable de Adif explicaba que esto es lo que facilitará que se complete el viaducto de los Tramposos. «Ya se podría demoler el viaducto que cruza por encima de la la VA30, y por tanto completar el viaducto que tenemos a falta de terminar, y montar la vía, electrificar y poner en marcha la segunda fase».
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Esos trenes de Fasa serán los que estrenen la nueva intermodal. Una playa de 9 vías de 750 metros que será única en España por su tamaño, se sitúa aledaña a una gran plataforma hormigonada en la que los operarios, esta mañana, instalaban las enormes farolas que iluminarán la zona. Es allí donde se ubicarán los contenedores que se trasladarán en unos trenes que a día de hoy no caben en Valladolid ni en prácticamente ningún nodo logístico de España, donde solo hay espacio para trenes de 450 metros. «La playa de contenedores lleva dos vías asociadas -de las nueve totales-, para carga y descarga de trenes, más luego otras siete vías, todas ellas de 750 metros, para conformación de trenes. La idea es que con esta primera fase, los trenes de Fasa lleguen, atraviesen el túnel de San Cristóbal, y en estas vías se vayan conformando los trenes para después sacarlos con las locomotoras, sea para el norte o para el sur».
«Esta obra de ingeniería diseñada para que las mercancías discurran por ella a una velocidad de 160 kilómetros por hora cuenta con hitos estructurales como el viaducto de 1.115 metros y el túnel de San Cristóbal de 2,2 kilómetros, el segundo de ellos completamente finalizado y el viaducto a falta exclusivamente de la última fase de la obra», recordó el ministro durante su comparecencia. Y contó que cuando conoció la obra de la mano de su predecesora, Raquel Álvarez, como alcalde, le pareció «uno de los nuevos hitos ferroviarios con los que va a contar la ciudad».
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La cuestión es que la intermodal, como tal, no es una instalación aislada. Lo que le añade más valor es que se encuadra dentro de un entorno en el que se ubican ya los nuevos talleres de Renfe -los más grandes de España, con 600 trabajadores- y próximamente se ubicarán también las instalaciones de Redalsa y del Centro Tecnológico de Vía, que hoy se sitúan en el polígono de Argales, junto a la vía y cerca del paseo de Zorrilla-carretera de la Esperanza y Parque Alameda. Todo ese espacio quedará liberado cuando se trasladen ambos centros de trabajo al páramo de San Isidro. Óscar Puente lo resumía así: «Aquí no sólo va a haber una intermodal de mercancías, sino que estamos hablando de un complejo ferroviario completo, total. Hay unos talleres de Renfe, los más importantes de España, pero junto a esos talleres y junto a la estación intermodal de mercancías se instalarán empresas como Redalsa que convierten este espacio en un centro ferroviario de primer orden. En este complejo trabajarán no menos de mil personas cada día cuando esté completa. Es el mayor de España en superficie y es uno de los mayores de Europa, sólo superado por el de Rotterdam y el de Ludwigshafen en Alemania».
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