Valladolid
Las temperaturas suaves adelantan la procesionaria y las consultas por urticariaValladolid
Las temperaturas suaves adelantan la procesionaria y las consultas por urticariaUn millón de agujitas dispara la oruga procesionaria cuando se siente amenazada y provoca una importante urticaria. «Para los niños, el riesgo de entrar en contacto con las esporas de la oruga puede traducirse en sufrir una reacción alérgica con ronchas rojizas y bastante picazón en la piel. ... También en los adultos; pero en los perros puede llegar a ser algo mortal en caso de inflamar las vías respiratorias», explica la doctora Alicia Armentia, jefa del servicio de Alergología del Río Hortega, de referencia para todo Valladolid.
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Explica que «las larvas de la oruga procesionaria se apiñan durante el invierno en los bolsones que penden de los árboles y, según se acerca la primavera, se pueden ver sus procesiones bajando desde sus cobijos invernales. La bajada de la oruga de los pinos normalmente ocurría sobre los meses de marzo y abril, pero se está adelantando debido a las suaves temperaturas de los últimos inviernos, causadas por el cambio climático», añade. Así que desde ya este pasado mes de febrero «pueden verse, en las zonas verdes de la ciudad y el campo, no es difícil y en Valladolid los piñeros ya nos han avisado de su avistamiento desde primeros de febrero y en consulta hemos atendido a pacientes afectados de urticaria y lesiones oculares. La demanda asistencial ya está aquí por esta causa», añade esta catedrática de la especalidad en la Universidad de Valladolid.
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Ana Santiago
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La alergia a este lepidóptero afecta de forma seria al 10% de la población y los cambios climáticos han modificado y prolongado su comportamiento.
«En los seres humanos, las procesionarias pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta yademás provocar sensibilización alérgica, con producción de anticuerpos específicos. En ese caso pueden provocar rinoconjuntivitis, asma, urticaria y anafilaxias», describe. El año pasado, en 2023, «detectamos 25 casos graves, un 0,5% de la población con cuadros alérgicos diagnosticados –llevamos en consulta 4.813 pacientes alérgicos–. La clínica más grave ha sido el asma provocado en piñeros. No es un porcentaje pequeño si tenemos en cuenta la prevalencia de alérgenos comunes observados el año pasado».
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Las larvas «están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas. La sustancia que le confiere esta capacidad urticante es una toxina termolábil denominada Thaumatopina», repasa esta especialista.
Cada vez más, los profesionales que trabajan en el campo, con la madera y recolectores de piña sobre todo, tienen reacciones por la 'thaumetopoea pityocampa' que con frecuencia son severas y , en ellos, la exposición repetida e importante a este insecto favorece la sensibilización alérgica como ocurre con las avispas y abejas.
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Armentia recomienda especial cuidado «con los niños, no dejarlos jugar en la arena, con los cachorros de perro porque les inflama hasta tal punto la lengua que los ahoga, también les afecta mucho a la trufa». En caso de afectación en humanos la doctora Armentia «recomienda poner cinta adhesiva sobre la piel para retirar todos los pelillos posibles, tomar antiinflamatorios, analgésicos y una crema de corticoides suave. Si los síntomas son importantes hay que acudir al médico».
Y muy importante es la prevención cubriéndose con guantes, sombreros de ala ancha sobre todo cuando se trabaja en el campo.
Según datos del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), la plataforma Alerta Forestal recoge cientos de fotografías de bosques afectados por la procesionaria en nuestro país. Esto permite que los ecólogos del equipo puedan sacar las primeras conclusiones sobre la gran afectación de la procesionaria en nuestros los bosques durante los últimos años. Las comarcas que recogen más puntos afectados en el mapa de Alerta Forestal son Osona, Solsonès y el Berguedà, en Cataluña. A esto se ha unido la intensa sequía que dispersa aún más sus arpones que flotan en el aire.
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«El coordinador científico de Alerta Forestal en el CREAF, Jordi Vayreda, compartía su preocupación por el hecho de que «la procesionaria no suele afectar a los mismos pinares un año tras otro. En estas condiciones los árboles fuertemente afectados no tienen tiempo de recuperarse, se van debilitando y pueden acabar muriendo», explica esta catedrática de la UVA.
Otra oruga que provoca alergia es la del tenebrio mollitor o gusano de la cebada y la de la Ephesia, polilla de la harina, que ha causado dos casos de asma profesional en agricultores cerealistas.
«La 'Megalopyge opercularis', una oruga peluda, con un curioso parecido a una peluca, puede causar más dolor que una picadura de abeja. A pesar de su inofensivo aspecto, es recomendable mantener distancia; ya que se trata de la especie más venenosa del mundo», advierte la doctora Armentia. Explica que «esta larva, que solo alcanza una longitud de tres centímetros, es conocida por diferentes nombres y habita, principalmente, en Estados Unidos. De todas formas, los expertos han alertado que durante las últimas décadas también se han observado especímenes en muchos países de Latinoamérica. Igual que la hormiga roja de procedencia americana (Solenopsis invicta), ya frecuente en España, también podría llegar importada a nuestro entorno. Y, a pesar de que su picadura no es mortal, la oruga de peluche es capaz de generar fuertes y prolongados dolores en el cuerpo de los humanos».
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«Hay que manejar bien los métodos de desinsectación y control de plagas. Es tan peligroso evitarlos como utilizar insecticidas inadecuados que dañen otras especies que consumen insectos. Las plagas forestales son un riesgo para la salud pública», destaca la doctora Alicia Armentia, jefa de Alergología del Río Hortega de Valladolid.
Aun cuando las poblaciones de Thaumetopoea pityocampa «alcanzan niveles muy elevados y son capaces de defoliar los árboles de forma intensa, sus riesgos como plaga forestal suelen reducirse a aminorar el crecimiento de los pinos. Pero las talas periódicas son necesarias, también para controlar incendios cada vez más frecuentes por el aumento de temperatura y la sequía. En aquellos lugares con un fuerte estrés hídrico, estas defoliaciones pueden ser muy poco relevantes, teniendo en cuenta el nivel de crecimiento impuesto por el clima. En los años en los que las poblaciones son elevadas, las defoliaciones pueden afectar a la totalidad de la masa foliar, aunque el árbol no llega a morir. Sin embargo, sí constituyen un peligro si la procesionaria afecta año tras año a los mismos árboles», añade.
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