Una primavera leve y larga para los alérgicos al polen en Castilla y León
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El 37% de la población de la región sufre hipersensibilidad, especialmente a las gramíneas, un 2% más cada añoEl centro peninsular no comparte este año previsiones sobre la temporada alérgica primaveral. Castilla y León, junto a Castilla-La Mancha (menos Toledo donde será intensa) y Aragón disfrutarán de unos meses muy llevaderos para los hipersensibles de este territorio, especialmente a las gramíneas. «En ... otoño no llovió mucho por lo que anuncia un buen pronóstico para los alérgicos porque la primavera será menos florida y si llueve en los próximos días, al estar bien hidratados los árboles y las plantas, el polen será mucho menos agresivo», destaca la doctora Alicia Armentia, catedrática de Alergología y jefa de este servicio en el Río Hortega, que atiende a todo Valladolid.
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Será por lo tanto, previsiblemente, leve pero más larga. Cada vez hay sintomatología por este tipo de hipersensibilidad durante más tiempo por el cambio climático. La subida de temperaturas ha generado una mayor cantidad de polen y un adelanto de las alergias y afecciones primaverales. Junto a ello, la falta de lluvia y las sequías retrasan la temporada de polinización; pero provocan una acumulación de la contaminación en la atmósfera y, por lo tanto, del polen. Los primeros meses de 2023 han sido unos de los más secos de este siglo y los altos niveles de contaminación de las ciudades favorecen la retención y el transporte del polen en el aire, aumentando así el tiempo de exposición a ellos.
Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), «en Castilla y León los más frecuentes son los pólenes de gramíneas, olivo y cupresáceas». Los de estas últimas han sido las primeras en aparecer y con un comportamiento diferente con respecto al 2022. En los primeros meses de este año, las temperaturas han sido más frías –afectadas por la borrasca Gerard y Frien entre enero y febrero y la Juliette a finales de febrero– por lo que los niveles han sido inferiores y, además, actualmente tienen tendencia a la baja.
A diferencia de la comunidad, en Madrid, pese a su cercanía, la temporada será moderada y le afectará sobre todo el plátano de sombra que está empezando estos días. Insisten las mismas fuentes en «la relación directa entre las concentraciones de pólenes durante la primavera con factores meteorológicos como la lluvia y la temperatura del otoño e inviernos previos. La lluvia afecta a las concentraciones de pólenes de dos formas: una de ellas beneficiosa para los alérgicos y otra perjudicial. A corto plazo humedece los pólenes que hay flotando en la atmósfera, aumentando su peso y favoreciendo su depósito en el suelo impidiendo que puedan penetrar en las vías respiratorias, lo cual disminuye los síntomas de los pacientes alérgicos cuando este lloviendo. Sin embargo, a largo plazo favorece el crecimiento de todas las plantas, sobre todo las gramíneas, lo que contribuye a un mayor desarrollo y un aumento en la producción de pólenes de gramíneas que se van a dispersar por la atmósfera en su momento de floración, con un aumento de los síntomas alérgicos», concluye.
Alicia Armentia
Catedrática de Alergología de la UVA
«En Castilla y León el 37% de la población es alérgica a este tipo de alergenos;pero hace dos años sólo lo era el 32% –precisa la doctora Armentia, que advierte del aumento de estos problemas para los que, no obstante, «hay vacunas y muy efectivas. Además, ahora son moleculares, no contra todo el polen sino contra la parte que más afecta, lo que permite que, en vez de tres años de terapia de inmunización solo sea uno y además se resuelve en tres dosis. Y son muy efectivas», recomienda.
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Y destaca asimismo la importancia de «realizarse pruebas para conocer perfectamente que le afecta a cada persona, no solo para vacunarse sino para saber dónde y cuándo puede verse más afectada».
Entre los síntomas más habituales, la congestión nasal; rinorrea (aumento de mucosidad nasal); estornudos; lagrimeo y enrojecimiento de los ojos, tos seca, pítidos en el pecho al respirar y dficultad respiratoria.
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Ana Santiago
«La presencia de pólenes y esporas de hongos en el aire en elevadas concentraciones, afecta de manera directa a toda la población mundial, debido a la inhalación de estas partículas que vuelan en el aire que respiramos», repasa esta especialista. Según la OMS, para 2050, al menos una de cada dos personas sufrirá un trastorno de sete tipo como resultado de la progresiva contaminación del aire asociada con las emisiones de gases tóxicos y el cambio climático. El polen en el aire y las alergias asociadas son temas esenciales en salud pública durante la temporada de polinización, dada la repercusión clínica, la disminución en la calidad de vida, las bajas laborales y pérdidas económicas que provocan. El diagnóstico de la alergia a polen es rápido y económico: unas pruebas cutáneas a 46 alérgenos no llegan a costar un euro y determinan cómo enfrentarse al tipo de polen que causa la clínica. Por lo tanto, evaluar el riesgo de alergia al polen en el aire es esencial para mejorar la salud pública y nuestra economía», destaca.
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