Castilla y León

Crece la demanda de consultas por alergias al aumentar los veganos y vegetarianos

Aclara la jefa del mismo, Alicia Armentia, que «la alergia alimentaria es una respuesta inmunológica a un alimento. Si no se detecta actividad celular inflamatoria ni anticuerpos específicos al alimento sospechado, no se puede hablar de alergia sino de una intolerancia». Asimismo explica que «ahora hay muchas personas que deciden por si solas suprimir un alimento de la dieta o por modas o por interpretar o creer que les sienta mal. Sin consejo facultativo ni análisis diagnóstico que lo justifique. Y la lactosa o el gluten, por ejemplo, son difíciles de digerir, pero el organismo es capaz de procesarlos. Si se eliminan, la actividad de las mismas va disminuyendo y termina por no poder tomarse y cuando se quiere reincorporar a la dieta ya es tarde. Y de esta forma, un alimento que se toleraba ahora provoca síntomas».

Estas opciones basadas en el consumo de vegetales suponen dietas «ricas en celulosa que no podemos digerir, es una enzima que tienen los rumiantes, pero el ser humano carece de ella y a veces causan problemas digestivos, pero se consumen por ser fuentes de fibra, vitaminas y glicoproteínas. Un consumo exclusivo y excesivo no es beneficioso porque son la fuente de la mayoría de los alérgenos». De ahí, que «cada vez veamos más casos en la consulta de personas veganas o vegetarianas».

Los cereales, frutos secos y semillas y frutas son el origen de las reacciones alimentarias más graves, como la anafilaxia, causan síntomas digestivos y cutáneos importantes.

Los datos del Río Hortega, hospital de referencia en Valladolid para esta especialidad, de 2023 muestran un balance de 4.813 pacientes positivos a algún alérgeno de las seis mil consultas que pasan por el servicio.

El mayor porcentaje de todos los alérgenos, dejando al margen los medicamentos, lo aportan los afectados por ballico. Es una planta de la familia de las gramíneas, muy parecida a la cizaña, pero más baja y tiene las espigas sin aristas. Se utiliza mucho para el pasto y formar céspedes, por lo que está bastante presente en piscinas y zonas de recreo. El 6,4% de los alérgicos de Valladolid lo son al mismo. A bastante distancia le sigue el gato, el 3,5% de los que sienten reacciones adversas por su contacto o cercanía lo son a esta mascota y el 3,2%, al perro y en la misma proporción se sitúa la grama, una hierba perenne que florece a principios del verano. Las personas sensibilizadas a la misma suelen presentar síntomas de rinitis alérgica que afectan a la nariz, los ojos y la garganta.

El polen de olivo, las esporas de alternaria, el del ciprés o el plátano de sombra también rondan el 3% de afectados. El ácaro también tiene un peso importante en la lista con un 2,3% de los afectados. A continuación entra en juego el anisakis con 98 pacientes, el 2,03% del total. Le siguen el melocotón, la avellana, el cacahuete, la nuez y la almendra, por este orden.

En menor proporción son motivo de consulta los sensibles al huevo, a sus proteínas, solo a la clara (más frecuente) o a la yema. La alergia al huevo es una reacción adversa en relación con la ingestión del mismo y se presenta cuando el organismo produce un anticuerpo, la IgE (inmunoglobulina E) dirigida contra una sustancia que actúa como alérgeno, en este caso el huevo. Además, este alimento puede estar oculto en otros, es muy frecuente que haya trazas, como elemento secundario y en pequeñas cantidades no declaradas ni percibidas de entrada por el paciente, al utilizarse por sus propiedades como emulsionante, abrillantador, clarificador o simplemente puede aparecer como contaminante en los útiles de cocina o en el aceite en el que se haya cocinado previamente, entre el 1,2% y el 1,5% de los pacientes son alérgicos. La leche es el siguiente gran protagonista, con el 1,2% de los positivos, 62 pacientes.