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Un pequeño local de Cigales se ha convertido en la sala de reconstrucción del enorme y macabro rompecabezas que dejó la represión del bando sublevado durante la Guerra Civil. Allí, en silencio, trabajan dos arqueólogos con conocimientos en antropología forense para limpiar, intentar reconstruir y ... clasificar los restos óseos de los 136 cuerpos rescatados del olvido de las dos últimas fosas comunes exhumadas en el cementerio de El Carmen. Un puzle del horror que pretende allanar el camino para los posteriores intentos de identificación de las víctimas de la contienda que fueron, en su inmensa mayoría, condenadas a muerte y fusiladas entre los años 1936 y 1938.
Las historias de todos ellos, cuyos nombres quedaron recogidos en la documentación sobre sus ejecuciones y posteriores enterramientos en las fosas comunes seis y siete del camposanto, han ido poco a poco emergiendo de la mano de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Valladolid. Sus especialistas, una vez concluidos los trabajos de exhumación de dichas fosas, trabajan ahora en esta primera fase de clasificación de los restos con especial hincapié en la reconstrucción de los cráneos, muchos de ellos muy dañados y que evidencian, a medida que son recompuestos, orificios de bala de los fusilamientos.
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Tan ardua labor sucede al trabajo inicial de documentación de los restos a medida que fueron siendo localizados y exhumados de las dos fosas comunes localizadas en el tristemente célebre cuadro 63 del cementerio de El Carmen, bajo el memorial por las víctimas levantado el 1 de mayo de 1980 por UGT y el PSOE para marcar y preservar precisamente el punto exacto en el que los familiares de las víctimas situadas algunas de las, al menos, diez fosas comunes abiertas desde el inicio de la contienda en el camposanto y en las que la documentación recoge que fueron arrojados los cuerpos de 571 represaliados.
Buena parte de los restos de las víctimas han sido ya rescatados del olvido en los últimos años. De las primeras cinco fosas, localizadas a unos metros de las últimas en ser descubiertas, en torno al actual memorial que alberga los cuerpos, fueron exhumadas 247 cuerpos entre 2016 y 2017. 136 acaban de ser sacados de sus enterramientos comunes entre los meses de marzo del año pasado y el presente enero. Y a su lado está ya localizada una octava fosa, la número cinco, bajo el murete del memorial de UGT y el PSOE, donde la documentación sitúa 65 cuerpos más. De la tierra emergen ya los restos óseos de algunos de ellos.
«Estamos pendientes de la autorización de UGT para poder exhumar los restos de esta fosa y, en cuanto nos den el permiso (celebrarán una reunión con este fin en los próximos días), comenzaremos con los trabajos de excavación y exhumación», anticipa el presidente de la ARMH de Valladolid, Julio del Olmo, quien confía en un próximo acuerdo para llevar a cabo esta labor.
El Gobierno vasco, a través de la sociedad de ciencias Aranzadi, ha solicitado una muestra ósea de los restos atribuidos al teniente vizcaíno Ángel Egaña, fusilado el 2 de junio de 1938 y enterrado en la fosa siete del cementerio de El Carmen, de donde fueron exhumados en mayo del año pasado. «El País Vasco (a diferencia de Castilla y León) cuenta con un convenio por el que se hacen cargo tanto de la búsqueda de las fosas comunes como de las labores de identificación de los restos», explica el presidente de la ARMH de Valladolid, Julio del Olmo. Y así lo harán en este caso, en el que están localizados familiares vivos de la víctima.
Entre tanto, en el local alquilado por la asociación en Cigales, dos de sus especialistas, Rubén y Silvia, trabajan en la clasificación y reconstrucción de los restos óseos de las fosas 6 y 7. La documentación sobre los enterramientos permitirá, al menos, simplificar un poco la composición del macabro rompecabezas.
Los distintos niveles de enterramiento permitieron, de entrada, localizar grupos de fusilados inhumados a la vez en cada una de las fosas. Algunos, además, conservaban elementos personales (fotografías, anillos, carteras, uniformes militares...) que invitan a pensar en su futura identificación y que también están siendo limpiados y catalogados. «Esta primera fase implica cruzar la documentación con los dibujos y las fotografías tomadas de los cuerpos, recomponer cada uno de ellos e intentar situarlos en los grupos en los que fueron enterrados», resume Julio del Olmo.
Después, ya en una segunda fase, en la que iniciará una labor propiamente de su especialidad una antropóloga forense de la ARMH, Angélica, se intentará individualizar los restos por sexo (la inmensa mayoría eran varones), edad y demás elementos distintivos de cara a una hipotética identificación, en el caso de que sea posible, con muestras de ADN de familiares vivos.
«Tenemos, por ejemplo, un grupo de cinco fusilados de Zaratán y sabemos que dos de ellos tenían 47 y 40 años, mientras que los otros tres tenían 20, así que el objetivo es aislar lo más posible sus edades de cara a su individualización y posible identificación si hay ADN», explica el especialista.
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J. Sanz
La reconstrucción de los restos, por ahora, refleja los impactos de bala que presentaban la mayoría de los cuerpos y que fracturaron sus costillas o los cráneos. Pero no todos fueron fusilados. «Tenemos varios cuerpos sin lesiones de bala que, sin embargo, conservaban elementos de la cárcel como las cucharas del rancho, por lo que todo apunta a que pudieron ser presos que murieron por enfermedad en la prisión y que fueron enterrados en estas fosas aprovechando que estaban abiertas», apunta el responsable de los trabajos.
Los nombres de algunos de los fusilados, como el sindicalista Julio López; el sargento Salvador Lapuente; el teniente Ángel Egaña; el alcalde de Laguna, Gerardo Cabañas, o el doctor Emilio Pedrero, entre otros, han ido saliendo a la luz, junto a sus historias olvidadas, durante los trabajos de exhumación de las fosas seis y siete del cementerio de El Carmen junto a posibles restos identificativos que apuntan a una posible identificación fehaciente de sus restos. En ello trabaja ahora un equipo multidisciplinar de la ARMH de Valladolid.
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