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El 30 de noviembre de 1936 se celebró un juicio con un final anunciado en el que el tribunal condenó a muerte al entonces alcalde de Laguna de Duero, Gerardo Cabañas, a dos de sus concejales y a diez vecinos más del municipio, en su ... mayoría socialistas y jornaleros de profesión, en calidad de «dirigentes de un delito de rebelión militar en el que concurre la circunstancia agravante de su gran trascendencia y peligrosidad acreditada de los responsables», tal y como recoge el fallo dictado a finales de ese mismo año y ejecutado a tiros (ante un pelotón de fusilamiento) entre los días 27 -fueron ejecutados los ocho primeros- y 28 de enero de 1937 -los otros cinco-.
Su único delito, sobre el papel, fue ser socialistas, tres de ellos elegidos en las urnas o dirigentes de la Casa del Pueblo, a los que acusaron de intentar organizar la «rebelión» contra el bando sublevado en una reunión celebrada en la misma noche del alzamiento (18 de julio de 1936) en la que participaron 75 personas. Todos salvo cuatro fueron condenados a distintas penas de prisión y trece de ellos, con el regidor a la cabeza, fueron sentenciados a muerte.
La historia sepultada a tiros de todos ellos acaba de salir ahora a la luz durante las excavaciones en una de las tres fosas comunes localizadas en el cementerio de El Carmen, las denominadas 5, 6 y 7, en las que enterraron a 166 represaliados entre el 5 de diciembre de 1936 y el 6 de junio de 1938. En el fondo de una de ellas, la número 6, de la que se han exhumado ya la mayoría de los 61 cuerpos localizados, han sido localizados los trece fusilados de Laguna hace 85 años. Ellos tuvieron el dudoso honor de inaugurar aquel enterramiento masivo, en el que fueron inhumados en dos grupos, de ocho y cinco personas, en los mismos días en los que fueron ejecutados.
«La documentación sitúa aquí estos cuerpos y las evidencias apuntan a que son ellos, prácticamente sin dudas, si bien otra cuestión es poder identificar de manera individualizada a cada uno de ellos», explica el arqueólogo y presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Julio del Olmo, quien mostró precisamente el hallazgo de estos trece cuerpos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita al camposanto del lunes por la mañana.
Allí el actual jefe del Ejecutivo tuvo un cara a cara con el horror de la Guerra Civil en forma de dos grupos de cuerpos de ocho y cinco personas, todos ellos varones y con signos evidentes de haber fallecido a tiros, a los que los especialistas ponen ya nombres y apellidos. En el primer grupo de fusilados el 27 de enero de 1937 estaban el alcalde Gerardo Cabañas; Asterio Muñoz, Argimiro Vicente, Elías Fraile e Hipólito Rodríguez, cinco cargos de la Casa del Pueblo; el sindicalista de UGT Gonzalo Santos; Ezequiel Merchán, vicepresidente de las Juventudes Socialistas, y el telegrafista Leonardo Muñoz. A su lado, en un enterramiento bien diferenciado, recibieron sepultura los ejecutados al día siguiente: los concejales Saturio Francisco de la Vega y Laureano Fraile; Mariano Enjuto y Marcelino Hernández, dos cargos de la Casa del Pueblo, y Ramón Romera, de Izquierda Republicana.
«Queremos encontrar a nuestros familiares», coincidieron en trasladar el lunes María Agustina y Mercedes, nietas de represaliados durante la Guerra Civil, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita a las fosas comunes de El Carmen. La primera busca a Agustina y María Martín, dos hermanas de Rioseco represaliadas. A su abuelo, marido de la primera, también lo fusilaron. Su único delito, lamenta, «fue ser socialista». Ellas simplemente desaparecieron. Mercedes, por su parte, busca los restos de su abuelo Mauricio, un vecino de Laguna ejecutado junto a tres hermanos. Nunca los encontraron. A una hermana «la raparon y la pasearon por el pueblo». Nunca, lamenta, «volvió a salir de casa». Eso ocurrió en 1936.
Sus nombres quedaron registrados en los archivos de la época. Todos ellos fueron detenidos y encarcelados en la cárcel vieja antes de ser ejecutados ante el paredón de San Isidro. Su recuerdo, en cualquier caso, no cayó en el olvido y hace cuatro años, en 2018, se erigió un monumento en su memoria en Laguna de Duero. Las exhumaciones de El Carmen permitirán ahora devolverles la dignidad. Sus cuerpos, los últimos de la fosa 6, están siendo exhumados esta misma semana. Fueron los primeros en inaugurarla y los últimos en salir del olvido de las entrañas de la tierra 85 años después de su ejecución.
Los trabajos de exhumación, a cargo de la ARMH, continuarán ahora en las dos fosas siguientes, la cinco y la siete, donde se espera localizar los restos de otro centenar largo de represaliados al comienzo de la Guerra Civil. Sus historias irán poco a poco saliendo a la luz a medida que avancen los trabajos.
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