El próximo mes de mayo será el primer aniversario del fallecimiento del bodeguero Alejandro Fernández (Pesquera de Duero, 1932, Santander, 2021), el fundador en los años setenta del pasado siglo del buque insignia de las bodegas de la Ribera del Duero e inspirador de la ... Denominación de Origen, sin que el escenario de guerra fría por su legado industrial y personal haya cambiado. Se cumplen cuatro años desde que Fernández decidió llevar a la mayor parte de su familia a los tribunales después de lo que consideró su «expulsión» del consejo de administración y su cese como administrador mancomunado. Su entonces todavía esposa, Esperanza, y sus hijas Lucía, Olga y Mari Cruz, que sumaron participaciones y dejaron fuera de la toma de decisiones al fundador y a la hija pequeña y enóloga de la firma, que tomó partido por su padre, mantienen el control de las sociedades y el último intento de llegar a un acuerdo en dicembre pasado con la socia minoritaria ha caído en saco roto. Eva Fernández, la hija menor y heredera universal en el testamento del fundador de la marca Tinto Pesquera (últimas voluntades que han sido impugnadas) aceptó la última oferta económica para que «se olvidara» de las bodegas y retirara los pleitos pero en el último momento, confirmaron desde la representación legal de la enóloga, cambiaron su oferta económica y exigieron otras «concesiones» a mayores, con lo que «dinamitaron» el acuerdo.
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Las mismas fuentes subrayaron que, en contra de lo que la dirección del grupo bodeguero de la Ribera quiere aparentar, en plenos preparativos de la celebración del 50 aniversario de la creación de Tinto Pesquera, marca fundadora y la joya de la corona de la familia, «nada está solucionado y se han roto todos los puentes». En el horizonte permanecen varios pleitos que pueden tardar años en resolverse en los juzgados de Valladolid, Madrid y California.
La Familia Fernández Rivera, como así se rebautizó el Grupo Pesquera tras la ruptura con el padre, celebrará el medio siglo de existencia de las bodegas con una «cata vertical» de Tinto Pesquera que tendrá lugar en Madrid Fusión el próximo 28 de marzo. En el recuento de logros de la firma que recoge la nota de prensa del 50 aniversario, en ningún momento se menciona el nombre de Alejandro Fernández. El premiado fundador de Pesquera e impulsor de la DO Ribera del Duero falleció repentinamente en Santander el 22 de mayo de 2021, a los 89 años, sin poder llegar a ver resuelto el cisma familiar.
Fuentes próximas al grupo empresarial manifestaron ayer, no obstante que, después de los dos años de pandemia que han ralentizado los contactos entre ambas partes, se pretende dar un empujón este mes de marzo a la negociación de un nuevo acuerdo que satisfaga a todos, máxime cuando la hija pequeña del bodeguero ha manifestado su voluntad de mantenerse al margen de las sociedades a cambio de una indenización económica, para dedicarse a los nuevos proyectos que lidera, también relacionados con los vinos de autor y su proyección internacional.
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Fernández fundó cuatro bodegas (Tinto Pesquera, 1975; Condado de Haza, 1993; Dehesa de la Granja, 1998; y el Vínculo, 1999) para dejar una a cada hija. En 2019, antes de la pandemia de la covid, el valor teórico acumulado de Bodegas Familia Fernández Rivera era de 101,7 millones de euros y cerró el ejercicio con ventas de 20 millones. Además de las bodegas y de las fincas –que producen uvas, aceite de oliva virgen, garbanzos y tienen ovejas para sus propios quesos–, el emporio se compone de un hotel en Peñafiel (el AF Pesquera) y sociedades de inversiones energéticas. Vende en Asia, Estados Unidos, Alemania y Canadá, sus mercados internacionales más importantes entre los 70 países en los que se distribuye el vino del arco. Tinto Pesquera es la marca más universal de Ribera del Duero y de Castilla y León después de Vega Sicilia. Por ello hasta la Junta trató de mediar para que ambas partes llegaran a un acuerdo sobre sus intereses, pero no ha sido posible, especialmente por el cambio de posición respecto de la propiedad de las tarjetas de viticultor que, desaparecido Alejandro como titular legítimo, han pasado a manos de las sociedades, lo que ha generado un nuevo frente de conflicto.
La guerra en Pesquera comenzó con el visionario bodeguero en vida, y el punto de inflexión fue 2018, cuando la separación del matrimonio era un hecho y tres de las hijas, Lucía, Olga y Mari Cruz, se aliaron con la madre, Esperanza Rivera, y la cuarta, Eva, con el padre. La unidad familiar sobre la que se asentaba el grupo se desmoronó y estas desavenencias se reprodujeron en los consejos de administración de las sociedades, con dos bandos muy beligerantes y un mismo objeto de deseo: el control de la empresa matriz, Alejandro Fernández Tinto Pesquera, codiciada por todos. A partir de entonces, Alejandro y su hija pequeña, que quedaron en minoría (49,70% más el 0,15%), empezaron una travesía en el desierto que ni mucho menos ha terminado con la muerte del patriarca.
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En medio de todos los procedimientos judiciales, el matrimonio recibió la sentencia de divorcio, de forma que la posición de la matriarca del clan respecto de las propiedades del finado cambia al haberse formalizado legalmente la ruptura de la pareja, que llevaba varios años separada de hecho.
La última voluntad del bodeguero Alejandro Fernández fue hacer heredera universal de todos sus bienes a su hija pequeña, que pasaría a disponer de dos tercios de la herencia, mientras que en su testamento deja al margen a sus otras tres hijas, Lucía, Olga y Mari Cruz, con lo que se salta una generación para traspasar la legítima estricta o forzosa (el 33%) a sus nietas, que también están implicadas en la firma de vinos. Pero ¿de qué bienes? En el juzgado de primera instancia de Valladolid que lleva el divorcio todavía no ha podido realizarse el inventario y el reparto de bienes gananciales con la ex cónyuge, Emilia Rivera. En paralelo, se ha impugnado el testamento del bodeguero y las hijas desheredadas tampoco reconocen a la albacea nombrada por su padre.
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A este flanco de conflicto se unen los pleitos judiciales por las marcas en los tribunales de Madrid, que siguen sin sentencia aunque se espera que sea lo primero que se resuelva. Esta resolución será decisiva para determinar si la propiedad sigue en manos de las sociedades controladas por las tres hermanas Fernández y sus hijas, si se reparten o si pasan a disposición de la única heredera universal nombrada por el padre pero no reconocida.
Al margen de otras propiedades y acciones en empresas, la gran obra de Alejandro Fernández fue el Grupo Pesquera, que está integrado por la bodega fundacional que da nombre a la sociedad, Condado de Haza, Dehesa La Granja, El Vínculo y el Hotel AF Pesquera. La niña bonita siempre ha sido Tinto Pesquera porque es la bodega con la que empezó Alejandro y la que quería que quedara en manos de su hija pequeña. Alejandro siempre explicaba que tenía cuatro bodegas porque tenía cuatro hijas y que cada una de ellas se quedaría con una. Pero repartió en vida las acciones y quedó en minoría en el consejo de administración con el 49,70% más el 0,15% de Eva (49,85%), frente al 50,15% que suma su exmujer (con el 49,70% también) y sus otras tres hijas (el 0,15% cada una de ellas). Consejo de administración del que fue apartado en 2018.
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Pleitos 'vivos'
Después de que en primera instancia el juez acordara que el derecho a la imagen de Alejandro Fernández no podía ser utilizado por las sociedades y haya pasado a su hija Eva, se resolvió otra línea de conflicto familiar, esta vez en la vía la penal. El juzgado de Instrucción número 4 de Valladolid acordó en julio de 2021 el sobreseimiento provisional de la querella presentada por el bodeguero contra sus tres hijas mayores y su esposa por la supuesta falsificación de documentos privados, en concreto el contrato de arrendamiento de los viñedos, y presunta apropiación indebida de la uva de las parcelas propiedad ganacial del entonces matrimonio de las cosechas 2018 y 2019. El auto del juez concluyó que «la explotación de las fincas por las sociedades tenía soporte en una relación arrendaticia verbal, consentida y conocida por todos los miembros».
Así que, en estos momentos, sigue abierto en primera instancia el procedimiento por el divorcio, en la fase de liquidación de bienes gananciales, para determinar cuáles son del padre y de la madre, «algo determinante que va a marcar en el futuro lo que les corresponderá a los herederos», explicaron fuentes jurídicas. La vista está señalada para junio. Otro frente es la impugnación del testamento, pendiente de que se celebre la vista previa para que se determine si existe causa o no de desheredación y el tercero, es el recurso de alzada planteado por el representante legal de Eva Fernández contra la decisión de la Junta de Castilla y León de conceder las tarjetas vitivinícolas de la DO Ribera del Duero a las sociedades, «primando la explotación de las viñas sobre la figura del poseedor», señalaron. Esta concesión de tarjetas es clave para disponer de las viñas, de la uva y hacer vino con el marchamo de la denominación de origen. Si el recurso de alzada no prospera, indican, acudirán al contencioso-administrativo. En paralelo, en Madrid se dirime el pleito por las marcas, que van vinculadas al nombre de Alejandro Fernández y se reservaba la disposición sobre las mismas. «Así que, nada más lejos de estar en vías de arreglarse; hay una guerra abierta y total», concluyen las mismas fuentes.
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