Alejandro Fernández denuncia a dos hijas por supuesto acoso

Según las diligencias abiertas por la Guardia Civil, el desafortunado encuentro se produjo a las puertas de la casa del hermano de Alejandro Fernández, donde paró el bodeguero para saludarle cuando pasaba por allí en el coche junto a su consuegro, Onésimo García. En la denuncia, asegura que se presentaron sus hijas Lucía y Mari Cruz, con su yerno José Antonio Bocos, «con las que tengo abiertos distintos contenciosos tanto civiles como penales», afirma.

Según su relato, le apartaron de su consuegro, le arrinconaron y le empujaron, mientras le pedían explicaciones, por lo que «me he sentido muy coaccionado». Alejandro Fernández señala que les dijo: «Dejarme en paz, solo quiero partirlo y que me den la parte que me corresponde». Al mismo tiempo, ha puesto en conocimiento de la Guardia Civil que le amenazaron con presentarse en su casa de Valladolid. «Lo pongo en antecedentes. Y quiero decir ahora que en varias ocasiones se han presentado violentamente en mi domicilio de Valladolid, aporreando la puerta y quemándome el timbre». La denuncia concluye: «Estoy nervioso y con miedo de que me vuelvan a acosar» y pide que «tomen las medidas pertinentes para que no se me vuelvan a acercar y poder salir a la calle sin temor».

Este capítulo se produjo después de que su hija Eva, con la que vive tras dejar su casa en Pesquera, se presentara con un notario en un viñedo de la sociedad en el que se estaba vendimiando por orden de sus otras tres hijas y su mujer, donde levantó acta. El abogado de Alejandro Fernández y su hija Eva, José María Mohedano, considera que se están repitiendo los mismos hechos que el pasado año porque la tarjeta digital está a nombre del bodeguero. Sin embargo, el letrado de la otra parte, Félix S. Pérez Álvarez, asegura que existe un contrato de arrendamiento legal a nombre de la sociedad por lo que están en su derecho de vendimiar. También afirma que, durante tres meses, se ha intentado llegar a «un acuerdo de coexistencia, firmar la paz y disolver los gananciales, pero ha sido imposible porque Eva quiere quedarse con la bodega Tinto Pesquera», la matriz del grupo.

El letrado confirmó que la mujer del bodeguero, Esperanza Rivera, comparecerá este jueves ante el Juzgado de Instrucción 4 de Valladolid por la supuesta falsificación del contrato de arrendamiento de los viñedos que utilizaron en la anterior campaña, «de forma voluntaria», apuntó Félix Pérez, ya que «no tiene ninguna obligación porque no se puede poner una querella por asuntos patrimoniales contra tu propio cónyuge».