Fallece Alejandro Fernández, el mítico bodeguero de Pesquera a los 88 años

El próximo sábado, 29 de mayo a las 19:00 horas, la iglesia parroquial de Pesquera de Duero albergará un funeral por Alejandro Fernández. El que fuera uno de los emblemas más internacionales de la Ribera del Duero ha sido incinerado en Santander.

Hace justo dos años Alejandro Fernández presentó en Madrid un nuevo vino de la Ribera del Duero, en plena guerra judicial en el seno del Grupo Pesquera, que fundó en 1972 y del que fue apartado de todos sus cargos administrativos en 2018 por su mujer, Esperanza Rivera, de la que estaba en aquel momento en proceso de divorcio, y por tres de sus cuatro hijas, Lucía, Olga y Mari Cruz. La primera de ellas confirmó este domingo que conocieron la noticia por la web de El Norte de Castilla.

Pese a tener ya 86 años, Alejandro Fernández, uno de los abanderados de los tintos ribereños en los años 70 del pasado siglo, no dudó en ponerse manos a la obra y anunciar la puesta en marcha de un nuevo proyecto enológico, lo que decía mucho y bueno de su espíritu emprendedor y combativo en el mundo del vino. El viticultor y bodeguero presentó ese vino en 2019 elaborado junto a su hija Eva, la enóloga, que también fue despedida del grupo familiar. Eva Fernández explicó entonces que habían utilizado uvas compradas y seleccionadas por ellos en la Ribera del Duero y el vino se había elaborado y se críaba en la bodega Viña Solarca, de Roa de Duero, donde habían alquilado las instalaciones, cosa que permite el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero. Estas fueron el inicio de ese nuevo proyecto con el que Alejandro Fernández se mostró dispuesto «a empezar de cero» con su hija Eva.

En aquella presentación, ambos estuvieron arropados por grandes amigos, como María Isabel Mijares, que figura entre las 13 mujeres más influyentes del mundo del vino en España, y José Ramón Ruiz, propietario de La Europea, empresa líder en México en la importación y distribución de vinos de calidad, sobre todo españoles. Ya en aquel acto, hace ahpra dos años, Isabel Mijares apuntó que el nuevo vino le retrotraía a 1975, la primera vez que Alejandro Fernández le dio a probar su Tinto Pesquera, «un vino revolucionario en aquel momento porque era otro concepto». Desde su punto de vista, en la nueva referencia se acumulaba «toda la experiencia del viticultor y bodeguero al que se ha añadido la juventud de su hija Eva«. En aquella presentación, Alejandro Fernández señaló que él «nunca había filtrado el vino porque supone perder tiempo y calidad«.

Aquella presentación de 2019 fue un punto y seguido en un conflicto familiar ya que solo un mes y medio antes, el Grupo Pesquera era rebautizado por su mujer y las tres hijas mayores como Familia Fernández Rivera. Por entonces, el veterano bodeguero y viticultor mantenía varios frentes judiciales abiertos contra su mujer y tres de sus hijas. En uno de ellos, Fernández pretendía impedir que siguieran utilizando su imagen sin su consentimiento para comercializar las distintas marcas de las cuatro bodegas.

El punto de inflexión en la emblemática bodega de la Ribera del Duero de Alejandro Fernández fue en 2018, cuando este se quedó en minoría en la sociedad, que desde entonces pasó a estar controlada por su exmujer y tres de sus hijas, que sumaban la mayoría de acciones. Rebautizada Familia Fernández Rivera, la compañía decidió plantear una demanda al fundador por comercializar sus vinos en Estados Unidos, con el argumento de que la sociedad ya había inscrito la marca Tinto Pesquera en el registro europeo de patentes. El tribunal de California había emitido meses antes una sentencia en la que decidía inhibirse del caso por entender que la competencia sobre la propiedad de las marcas era «española».

La gran obra empresarial y vitivinícola de Alejandro Fernández fue el Grupo Pesquera, formado por las bodegas Condado de Haza, Dehesa La Granja, El Vínculo, Tinto Pesquera y el Hotel AF Pesquera. El bodeguero de Pesquera era la viva imagen de un hombre hecho a sí mismo y uno de los máximos impulsores de la DO Ribera del Duero. Abrió su primera bodega en 1972, en un pequeño lagar de piedra del siglo XVI y, 45 años después, estuvo hasta 2018 al frente de un grupo formado por cuatro bodegas, dos en la Ribera del Duero, una en La Mancha y otra en tierras zamoranas, hasta que el conflicto interno familiar le apartó del mismo.

En 2013, Alejandro Fernández, que ya era desde hacía décadas uno de los bodegueros de la Ribera del Duero con mayor prestigio nacional e internacional, fue elegido como uno de los 20 mejores bodegueros del mundo por la revista 'Fine' y se dio da la circunstancia de que el bodeguero de la localidad vallisoletana de Pesquera fue el único bodeguero español designado entre los mejores. Esos veinte bodegueros se reunieron entonces en Alemania para compartir sus experiencias y sus vinos.

Precisamente esa dimensión internacional de su figura llevó el nombre de la Ribera del Duero por todo el mundo y fomentó lazos personales y empresariales de los que, por encima del resto, destacó la amistad que el bodeguero fallecido este sábado fomentó con el cantante Julio Iglesias. Los dos se profesaban admiración y respeto mutuo.