Parquesol o Covaresa, los barrios 'naranjas' en los que quieren pescar PP y PSOE

Las elecciones municipales de 2019 fueron las del gran impulso de Ciudadanos, que logró 21.000 votos en Valladolid capital y otros 11.000 en la provincia, además de los 52.000 en clave regional que le valieron 3 de sus 12 procuradores en las Cortes. En las autonómicas del año pasado ese apoyo que convirtió al partido en la tercera fuerza quedó reducido a 12.000 votos. Y eso a pesar de tener un candidato a la Junta que era el ex vicepresidente Francisco Igea, un rostro sobradamente conocido por su continua exposición pública durante tres años, pandemia incluida. Para el próximo 28 de mayo aún no tiene cabeza de cartel, se acaba de quedar con dos concejales en el Ayuntamiento de Valladolid y con una dirección nacional a la que la refundación no le ha servido para evitarse el bochorno de la fuga y marcha atrás de Begoña Villacís con el PP de Madrid o la foto de Inés Arrimadas en la manifestación apoyada por Vox.

Al alcalde Óscar Puente (PSOE) las cuentas de una mayoría holgada, que roce la absoluta, le salen si es capaz de absorber un concejal de Toma la Palabra y otro de Ciudadanos. Y a Jesús Julio Carnero (PP) ya le están echando los cálculos en su equipo de trabajo, que acelera para armar el argumentario más allá de las dos primeras premisas que dejó en Onda Cero sin mucha profundización, soterramiento y revertir el carril bici en algunas zonas.

Lo que dicen las hojas de Excel de los dos grandes partidos es que el voto de Ciudadanos se concentra en algunos lugares concretos. La formación naranja superó el 20% de votos en secciones censales de Parquesol, en Fuente Berrocal y Villa del Prado. Y se acercó a ese porcentaje en el resto de secciones de esos barrios y en Covaresa o en el Paseo del Jardín Botánico, incrustado en la prolongación del barrio de La Victoria.

Así, en Parquesol obtuvo 2.426 votos de 15.251 que recabaron entre las seis primeras formaciones, PSOE (5.490), PP (4.099), Ciudadanos, VTLP (1.800), Vox (1.006) y Podemos (430). En 2019, al PSOE le faltaron 600 votos para arrebatar un edil al PP, que se quedó a doscientos de birlar uno a Toma la Palabra. Vox se quedó a quinientos de quitarle uno a los de Manuel Saravia. «Va a estar muy apretado», coinciden en confiar varias fuentes del PP, el aspirante a desbancar al alcalde. Y en esos barrios 'ciudadanos' hay mucho que ganar para los dos mayoritarios.

Óscar Puente juega fuerte en Parquesol, uno de los barrios con más proyectos de infraestructuras en marcha: el nuevo centro de mayores, la biblioteca, las dos rampas de acceso con escaleras mecánicas y ascensor. Proyectos que se van a inaugurar escalonadamente hasta la fecha de las elecciones si no ocurre ningún contratiempo. El voto del barrio quedó dividido en 2019, antes de lo del «socio preferente», casi al 50% entre los dos grandes bloques. En 2019, entre PP, Cs y Vox sumaron 7.531 votos y el trío de izquierdas, PSOE, VTLP y Podemos, 7.720.

Sirve también como ejemplo de lo que se juegan Toma la Palabra y Podemos en la confluencia recién creada, en la que se ha incrustado lo que quedaba de Podemos con la intención de rebañar todos los votos alineados a la izquierda del PSOE. Los sufragios obtenidos por las dos formaciones en 2019 sumaban, en Parquesol, 2.230 papeletas. Al nivel de Ciudadanos.

Un panorama similar se da en otros barrios de la capital de renta media/alta y población joven. En la prolongación de La Victoria hacia Puente Jardín, en Covaresa, en Parque Alameda, en Villa de Prado, en Fuente Berrocal. Lo que el periodista Jorge Dioni llama en su ensayo 'La España de las piscinas' «barrios Pauer». Desarrollos urbanísticos «de calles rectas con nombres al por mayor». Zonas de toda España con características similares, explicaba Dioni, encajaron bien con la filosofía inicial de Ciudadanos.

En ese mismo ensayo, Dioni señala un fenómeno que se pudo observar cuando Ciudadanos empezó la cuesta abajo en noviembre de 2019: su espacio lo conquistó el PP pero, además, también Vox. «Los cinturones naranjas dejaron de existir; pero, salvo excepciones, los Pauers no votaron al PSOE. Unos pasaron al azul del PP, y otros, al verde de la ultraderecha, que dibujó espacios claros en Madrid, Zaragoza, Málaga o Murcia […]». Esa es la noticia que espera el Partido Popular en Valladolid. Pero hay un añadido. «La mayoría de los votantes familiaristas de Ciudadanos optaron por la abstención», explica Dioni. Y aquí está la esperanza del PSOE. Los socialistas confían en que el PP, con un candidato forzado de última hora, no consiga movilizar a su electorado. Y que eso se conjugue con una subida de Vox menor de lo esperado -en parte tras empezar a gobernar en Castilla y León, lo que supone un desgaste mayor que competir desde la tribuna de espectadores-, y con que la parte más conservadora de los naranjas se abstenga. Lo que equivaldría, en resumen, a mantener la división del voto de derechas.

Otro de los focos de las urnas del 28 de mayo es el comportamiento de los barrios pegados a la vía del tren. Mejor dicho, los situados al este de la vía. En 2019 el PSOE triunfó con rotundidad en Delicias, Pilarica, Barrio Belén… En las secciones censales de La Pilarica obtuvo hasta un 49% de los votos, con un 45% de media. El PP se quedó en un 19,7%. En Delicias se impuso en 34 de las 35 secciones, con una media del 46,4%. En la que perdió, se quedó en el 30,7% frente al 31,7% del PP. Superó los nueve mil votos, mientras que los populares se quedaron por debajo de 4.899.

Cifras que hicieron que el PP recién desembarcado en el Ayuntamiento se declarara ajeno al soterramiento «porque así lo habían decidido los vecinos». Posición que ha evolucionado hasta que la propuesta de soterrar el ferrocarril ha vuelto al programa repescada por Jesús Julio Carnero. Los populares intentarán que la integración ferroviaria lastre las opciones de Óscar Puente. Tendrá mucho que decir en esto la obra del túnel de Labradores, que debería estar terminada en marzo y que es una de las principales infraestructuras de este proceso.