Muerte de Esther López

Óscar S. ante la jueza: entre el «no es cierto» y el «estoy buscando una explicación»

Durante los 65 minutos, sin quitarse el abrigo con el que llegó a la sede judicial, gesticuló lo necesario y se centró en dar respuesta a todas las preguntas a las que se enfrentaba. Muchas de ellas ya contestadas con anterioridad; otras para desmentir las afirmaciones del informe del instituto armado (hasta en cinco ocasiones proclamó que no era cierto lo que decía el análisis de la UCO); y otras cinco veces se afanó en que seguirá trabajando para «buscar una explicación» a las incongruencias de la acusación de la Guardia Civil.

Se enfrentó a 26 minutos de preguntas de la instructora, a nueve de la fiscal jefe y otros nueve de su abogada (el resto de tiempo de la declaración fueron las conclusiones). Tres partes diferenciadas en las que Óscar S. dio respuesta a la jueza, que pormenorizó todos los aspectos relevantes del informe y resaltó las «incongruencias» del sospechoso para continuar con las dudas de la fiscal jefe sobre lo «ilógico» de dejar a Esther en casa de Carlos Lucio G. D. cuando este estaba con sus hijos. A muchas de esas dudas, Óscar S. contestó con «no es cierto» o «no lo sé; estamos buscando una explicación».

Mostró mayor énfasis al hablar de cómo su móvil pudo cambiarse al modo avión hasta en dos ocasiones. Una de ellas prácticamente a la vez que el teléfono de Esther López. «Nunca lo pongo en ese estado». Sin embargo, los estudios realizados por el Departamento contra el Cibercrimen de la UCO indican que el investigado interrumpió las conexiones de su terminal telefónico desde las 6:53:31 a las 9:10:26 horas del 13 de enero activando el modo avión. Hubo un segundo bloqueo del Iphone de Óscar, en Valladolid, a las 13:54:18 de ese mismo día hasta la 14:53:39 horas, un tiempo en el que se atribuye un desplazamiento de su vehículo a Traspinedo o sus inmediaciones «donde se encontraría oculto el cuerpo sin vida de Esther y evitar que el cadáver fuera descubierto por su padre, que iba a trasladarse al chalé esa jornada». «Estamos buscando una explicación. Puede ser que se ponga cada vez que se conecte el cargador», declaró en sede judicial el pasado 15 de diciembre Óscar.

Fue en ese aspecto en el que más insistió el investigado para desprenderse de la acusación incriminatoria del informe de la UCO. Cada vez que era preguntado por la instructora o la fiscal jefe reconocía no saber el motivo de cómo el estado del teléfono había cambiado. Misma respuesta se encontró la jueza sobre por qué los dos teléfonos, tanto el de Óscar como el de Esther, iban en dirección Valladolid en la mañana del 14 de diciembre, después de estar en modo avión el resto de la madrugada de la desaparición. «Yo puedo explicar lo que he hecho yo», apuntó el investigado.

Según la UCO, el investigado ocultó en sus primeras declaraciones a la policía judicial (e incluso a su familia) que hubiera viajado en dos ocasiones el mismo día 13 de enero al chalé de Traspinedo. La segunda, señala el informe, «en horas nocturnas» y dejó el móvil en su vivienda de Valladolid «para que no registrara posicionamiento alguno». Es en ese punto del interrogatorio en el que también repite «estar buscando una explicación, pues el móvil estaba en mi casa de Valladolid y yo también. No es cierto que volviera a Traspinedo». A juicio del equipo de investigación, «la única explicación posible sería una falta de sinceridad del investigado, distorsionando el relato de lo que realmente ocurrió para que se produjera la muerte de Esther y la posterior ocultación del cuerpo».

«Mentiras» para la UCO que Óscar S. intentó responder durante su interrogatorio, como el lugar en el que se bajó Esther. El informe señala que «no resulta lógico» (de «ilógico» habló la fiscal) que cuando Óscar reanudó la marcha del vehículo a las 3:19 horas (tras dejar a Carlos Lucio G. D. en La Maña), hasta el punto donde aseguró que se apeó Esther -en la vía de acceso a la urbanización El Romeral-, que dista unos 500 metros y se recorrería, según la declaración del investigado, en un minuto, «se generara una discusión, precipitando que Esther le insultara y se bajara del coche». A ello, indican los investigadores, se suma que no hay registros técnicos que objetiven la parada del automóvil en ese punto. «Ella se baja en ese punto y yo me voy a casa», volvió a insistir el investigado ante la jueza.

Sobre su 'visita' al lavadero de coches, Óscar S. volvió a insistir que «no es cierta», al igual que el borrado de la centralita de su vehículo. «No tengo esos conocimientos», apuntó. Desde el primer momento, el investigado negó que hubiera manipulado la centralita de su vehículo con la intención de borrar pistas sobre las incidencias registradas por el ordenador de a bordo respecto de posibles averías. Un informe pericial externo encargado por la UCO concluye que hubo dos manipulaciones y que pudo tener ayuda de personas con conocimientos de electrónica. «Esa información nos podría decir si hubo un atropello ese día», añadió la jueza durante la declaración.

Otra de las «negaciones» del sospechoso fue que lavara el vehículo, a pesar de que hay imágenes que sitúan su T-Roc en un autolavado en torno a las tres de la tarde del día de autos. «No le voy a engañar, la matrícula no se puede ver, pero es compatible que ese fuera su coche», le insistió la instructora para que Óscar respondiera que no lavó el coche para continuar que «era una mala investigación de la Guardia Civil».

Ante todas esas respuestas la jueza le llegó a decir al sospechoso que «usted, aunque tiene todo el derecho, se enroca y no está dando una explicación lógica» para rematar la primera parte de la declaración con un «yo no tengo nada que ver. Estamos viendo a qué se debe lo que dice la Guardia Civil. Yo puedo decir lo que yo he hecho, lo que no he hecho no lo puedo decir», agregó Óscar S.

Más breve fue su paso ante las cuestiones de la fiscal jefe. Se abordó el modo avión, así como las búsquedas en Google Maps de la curva en la que apareció el cadáver de Esther López por parte de Óscar S. «Debido a mi trabajo hago muchas búsquedas. En concreto hice una hasta Gerona en la que se pasaba por Tudela, Traspinedo y Sardón. Es absurdo que buscase esa curva», detalló el sospechoso a lo que recibió la respuesta de «absurdo» por parte de la fiscal.

El último turno de preguntas fue para su letrada para detallar que la noche de autos fue «una noche sin más, normal». «No tengo ningún motivo para hacer algo a Esther. La apreciaba muchísimo, al igual que a su familia», concluyó.