La defensa del investigado en el caso Esther López ha anunciado que en las próximas semanas aportará informes periciales que pongan en evidencia las «lagunas» en el atestado final de la Unidad Central Operativa (UCO) y «siembren la duda razonable» respecto de la autoría ... de la desaparición y muerte de la joven de Traspinedo el 13 de enero de 2022, que los investigadores de la Guardia Civil atribuyen a Óscar S. M.
Estos informes periciales pondrán el foco en, al menos, siete indicios que constan en el sumario pero que habrían sido soslayados en el atestado final que fue entregado por la UCO el pasado 15 de noviembre. Estos son los hechos de los que, según fuentes criminalísticas consultadas próximas a la investigación, «podrían derivarse pruebas importantes» para lograr esclarecer lo que ocurrió.
Las partículas azules en el pantalón de la víctima
El pantalón negro que vestía Esther López cuando su cadáver fue encontrado en la cuneta de la carretera a Traspinedo presentaba en la parte posterior varios framentos minúsculos de color azul. Esas partículas, cuya composición química se corresponde con un tipo de resina que se utiliza en el recubrimiento de piezas plásticas y en elaboración de vidrios. La parte del pantalón de la víctima en la que aparecieron es una de las zonas de impacto donde presentaba algunas de las lesiones. Esta pintura, indican las mismas fuentes, «no guarda relación con la pintura del coche de Óscar S. M. y hasta el momento no se ha encontrado ninguna relación o posible origen de la misma y podría ser compatible con otro vehículo o con un instrumento con el que se pudieron producir, al menos, parte de las lesiones de Esther». En el informe final de la Guardia Civil no se especifica la procedencia de estas partículas ni consta si se ha investigado su composición para compararla con vehículos azules de Traspinedo y localizaciones en el pueblo donde este revestimiento podría ser utilizado, como fachadas, piscinas o naves industriales. La UCO sí descartó que dichos fragmentos pertenecieran a la piscina de Óscar S. o a otros elementos de su parcela.
Manos de lavandera y hongos de humedad
Cuando se encontró el cuerpo de Esther López, los forenses observaron que presentaba lo que en medicina legal se conoce como «manos de lavandera», que es el aspecto que presenta la piel cuando permanece mucho tiempo en un medio líquido. Además, en el pantalón se detectó la presencia de un tipo de hongos que son mohos gelatinosos denominados 'Dictyostellium' que crecen cuando hay mucha humedad y necesitan 24 horas para prosperar. La tela, explican estas fuentes, tuvo que estar sometida a una humedad elevada en contacto con materia orgánica, como mínimo un día y a baja temperatura para que florezca este moho. Entre el 13 de enero y 5 de febrero, fecha de aparición del cadáver de la víctima, no llovió. La hipótesis que se plantea, distinta de la de la UCO, es que «tuvo que estar oculto más de 24 horas en un lugar con elevada humedad y en contacto con materia orgánica, por lo que no pudo ser trasladada a las pocas horas al lugar donde fue encontrada». Apoyan esta versión, además, en el hecho de que por la carretera de Traspinedo pasan diariamente decenas de vehículos y personas que, en aquellas fechas, «estaban muy atentas y sensibilizadas, con lo que no pudo estar allí más de veinte días sin ser visto el cuerpo».
Un perfil de Facebook sospechoso
En los primeros momentos de la investigación, la Guardia Civil recoge que desde un perfil de Facebook de una persona que dice ser conocido de la familia se difunden mensajes sobre Esther y su paradero. En una de estas publicaciones asegura que la joven está bien y que está con sus padres. Se desconoce si se investigó esta cuenta por parte de la Guardia Civil y la motivación del usuario para realizar esas afirmaciones.
Declaraciones contradictorias
Para la defensa, se han producido en la investigación descartes «demasiado rápidos» de personas del entorno de la malograda joven cuyas declaraciones son, como poco, contradictorias. Uno de los últimos excluidos ha sido Ramón G., que ha permanecido en las diligencias como investigado hasta el pasado noviembre pero que hace meses que salió del foco de la UCO. Éste manifestó que el día 17 de enero (cuatro días después de la desaparición) Esther le llamó para pedirle el número de teléfono de un conocido «pero que la conversación fue muy breve porque ella tenía que hacer la comida porque llegaba su madre». El entonces investigado indicó a la Guardia Civil que no pudo mostrar la conversación ni la llamada de Whatsapp «porque se borró». Se da la circunstancia de que el móvil de la víctima estaba apagado desde la misma madrugada de su desaparición. En su declaración posterior ante la jueza, Ramón afirmó que estaba bajo los efectos de las drogas y que había hablado con el contestador. Además, se considera que es necesario que se vuelva a tomar declaración como investigados a otras personas del entorno de la joven, como un amigo del pueblo, el único de los conocidos que tenía un coche azul, y otro joven de Valladolid con quien Esther mantenía una relación sentimental.
Atropello y no otras agresiones
En el informe de la autopsia los forenses no relatan que se hubiera podido producir una supuesta agresión física a Esther «previa o posterior» al supuesto atropello. Sin embargo, uno de los argumentos del relato de la Guardia Civil es que durante la discusión «en un arrebato en caliente», Óscar habría golpeado a la joven en la cara y ello habría precipitado los acontecimientos posteriores que derivaron en homicidio.
Otro misterio o, al menos, en el atestado no se indica, si se ha realizado el análisis comparativo, es la procedencia de las piedrecillas adheridas a la ropa de la víctima, que no se corresponden con las que existen en el suelo del escenario de la cuneta donde se encontró el cadáver.
Hay dos informes de la Guardia Civil en los que hacen referencia al vehículo de Óscar S. que la defensa considera contradictorios: en uno se indica que no hay daños y en el otro se refiere la presencia de pequeños daños compatibles con el atropello de Esther López. En el caso de que hubiera arrollado a la joven, sostienen, se habrían encontrado impactos y además indicios biológicos en el vehículo.
Un lavado exterior a presión como el que se realiza en los autolavados de las gasolineras, indican estas fuentes criminalísticas, «difícilmente elimina todos los restos biológicos» y «no permite una limpieza interior en profundidad», máxime si el vehículo hubiera estado implicado en un atropello. Y además, subrayan, por mucho que se lavara, habría dejado muchos más indicios biológicos si se hubiera trasladado un cadáver con múltiples traumatismos. Tampoco consideran que, al contrario del atestado de la UCO, que las imágenes de las grabaciones de las cámaras del entorno del lavacoches de la Avenida de Zamora, en el polígono de Argales, sean una prueba de cargo suficiente, porque ni se aprecia la matrícula del coche ni se ve a Óscar S. dentro o junto al vehículo.
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