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La Mesa del Soterramiento valora la nueva estación: es un «gran proyecto de ciudad»El proyecto en sí aún no se conoce. Los números gruesos sí. Y esos dicen que Valladolid pasaría a ser un gran nudo ferroviario de ... pasajeros en apenas una década, con más de cinco millones de pasajeros y convertido en un punto estratégico para la logística y las mercancías por la nueva estación intermodal del páramo de San Isidro. Y en esa tesitura, con el convenio de integración firmado en 2017 entre Ayuntamiento (PSOE y Toma la Palabra), Junta (PP) y Ministerio de Fomento (Íñigo de la Serna, PP), con varios de los pasos proyectados en un cajón y el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento (PP-Vox) en plena apuesta por retomar el soterramiento, aterriza la nueva estación.
253 millones de euros de licitación, 43 meses de obras que comenzarán en octubre si no se ralentiza la licitación de los trabajos y, dice la patronal de la construcción, en torno a 3.000 posibles empleos durante ese periodo por la envergadura de la infraestructura.
Pero. Porque hay un pero. Según un informe de Adif, la obra de la nueva estación impide cualquier hipotético soterramiento futuro. Solo es apta para una playa de vías en superficie y su cimentación con pilotes no serviría para 'hundirla' en caso de que se decidiera soterrar.
Ante eso, Jesús Julio Carnero convocará la Mesa del Soterramiento de nuevo para informar de lo ocurrido y saber la opinión de sus integrantes. Entre ellos, además de la Plataforma por el Soterramiento y asociaciones de vecinos, están los agentes económicos de la ciudad. Preguntados por El Norte, se mueven entre la prudencia y la necesidad de no dejar escapar un gran proyecto para el desarrollo económico. Otros escogen guardar silencio.
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Juan Carlos de Margarida, del Colegio de Economistas, explica que la inversión que se ha anunciado es positiva «porque crea un nudo de comunicaciones que puede traer mucha actividad empresarial y muchos viajeros». Nada que decir, por tanto, en cuanto a su potencial. «El problema que puede surgir, parece, es que si apostamos por el soterramiento, esos cimientos o pilares pueden impedirlo. Pero eso solo lo pueden decir los técnicos. Quizá se podría hacer mucho más profundo un soterramiento, aunque conllevaría un coste», reflexiona.
La clave, sin embargo, la pone en lo que significa la operación ferroviaria. «Con independencia de que existan posibilidades para le día de mañana o cuando sea, la estación en sí misma es muy importante porque crea un antes y un después en la red de comunicaciones», dice. Y recuerda que se trata de «mercancías y pasajeros». «Es un nudo muy importante, es la conexión de norte y centro, y eso, bien llevado y realizado por las instituciones públicas y privadas y las empresas, puede dar un impulso muy grande y muy potente. Y estamos en unos momentos en los que hay que consolidar población, y con esto se potenciará la riqueza de las empresas y de lo que ya tenemos», comparte el economista.
En la Cámara de Comercio, Víctor Caramanzana pide diálogo entre las administraciones. «El porqué respecto al apoyo de la Cámara al soterramiento no ha cambiado», asegura. Cree que si se podía hacer hace veinte años, «más ahora», sin entrar a valorar cuestiones técnicas como la necesidad de una vía más respecto al proyecto de 2003, por ejemplo. «Cualquier inversión de esa cantidad, 253 millones de euros para la estación, para la Cámara y para la ciudad son muy importantes y hay que apoyarla. Además, por lo que supone de puestos de trabajo, de hostelería, comercio, innovación… Actividades que además generan impuestos».
Víctor Caramanzana
Cámara de Comercio
Caramanzana pone el pero en esa imposibilidad técnica de soterrar. «No entendemos, sin conocer el proyecto, que si se pueden hacer puentes con un kilómetro entre pilotes, ¿cómo no se va a poder hacer una estación que deje exentos de pilotes cuarenta metros sobre las vías, para poder hacer el soterramiento en algún momento?».
De ese modo, Caramanzana se muestra partidario de «modificar esa parte del proyecto» antes de que sea irreversible. «Nos choca que se cierren puertas. Pediría que se escuche. No hablamos de política, hablamos de sociedad civil y de lo que va a ser un cambio histórico para Valladolid. Busquen una solución», pide. Eso sí, tiene claro lo que se juega Valladolid en el envite: «La ciudad tiene que ser la capital del noroeste de España, tenemos las posibilidades para hacerlo».
Este periódico ha intentado conocer la opinión de la presidenta de la CEOE, Ángela de Miguel, sin conseguirlo. El presidente de la asociación de promotores inmobiliarios, Gonzalo Jolín, pide que se resuelvan «las dudas y vicisitudes que pueda suscitar el soterramiento» y que se empiecen a desarrollar los suelos al lado de las antiguas naves de Estación Gourmet y el aparcamiento, es decir, en el lado en el que irá la nueva estación. «La ciudad debe seguir apostando por el soterramiento», considera, porque es algo «para toda la vida». Mientras, cree que habría que desarrollar esa parte de los suelos pero no los de los viejos talleres de Renfe, 18 hectáreas. «Si se empieza a desarrollar ahora y se venden en tres ó cuatro ó cinco años, esas empresas igual se encuentran con un soterramiento avanzado y no valdrían lo que han pagado ahora. No soy tan partidario de desarrollar los terrenos del otro lado de la vía hasta que no se resuelvan las dudas», explica. Cabe recordar que en la parte de Farnesio se prevén en torno a 2.500 viviendas.
Jorge Lucas
Colegio de Ingenieros de Caminos
En la parte técnica de la mesa, Manuel Vecino, del colegio de Arquitectos, atiende brevemente por Whatsapp para indicar que «resulta evidente que si se hace esa estación, que parece inmediata, es prácticamente imposible que se plantee el soterramiento, por razones indiscutibles».
Jorge Lucas, del Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, anticipa que una infraestructura así, con todo lo que conlleva, requiere una planificación. «No se hace de hoy para mañana, sino para muchas décadas, por eso es muy importante. La conclusión es que podemos hacer lo que nos dé la gana, todo es cuestión de dinero y planificación, pero con un proyecto encima de la mesa para salir a licitar, pocas cosas se pueden hacer», indica.
«Si hay una estación que se va a construir, y todo el mundo parece que está de acuerdo en que se construya, incluso el alcalde… Otra cosa es que se pueda compatibilizar, aunque va a ser muy complicado técnicamente, aparentemente, con ese paraguas de pilotes. Una estación de ese calibre a ver quién es luego capaz de modificarla. Además, por lo que se está diciendo, Valladolid va a ser el mayor nudo de comunicaciones ferroviarias de España, todo el norte y oeste van a pasar por aquí. Me imagino que Adif no lleva haciendo esto dos días, llevan mucho tiempo planificándolo, y creo que la improvisación no funciona», concluya el ingeniero de caminos.
Otras instituciones con presencia en la Mesa del Soterramiento son el sindicato UGT y las universidades, UVA y UEMC. Por parte del sindicato, el secretario provincial, Jesús Vara, anticipa que su posición es de escucha. «Lo que no nos gusta son estos enfrentamientos que no ayudan a nadie, y no culpabilizo a nadie. Que no se nos tome como rehenes», advierte. Asegura, en lo tocante al potencial económico de la infraestructura, que «la nueva estación puede aportar muchas cosas a la ciudad de Valladolid, empleo y sobre todo un futuro, porque está claro que Valladolid está en una zona por la que tienen que pasar los trenes para el norte».
La Universidad de Valladolid, pública, mantiene el tono institucional y neutral entre las dos administraciones. «No nos pronunciamos sobre la idoneidad de las diferentes propuestas que las administraciones competentes valoren –incluyendo la posibilidad de soterrar las vías o las características de la nueva estación–, toda vez que se trata de decisiones que corresponden a los poderes públicos. Sin embargo, somos conscientes de la importancia que estas actuaciones tienen para la comunidad académica, dado que contamos con varios campus y un apeadero en el ámbito de influencia de las infraestructuras ferroviarias. Por ello, cuando las administraciones nos convocan para informar sobre estas cuestiones, ya sea el Ayuntamiento o el Ministerio, asistimos con interés a las convocatorias», escribe el rector, Antonio Largo, en respuesta al requerimiento de El Norte. «Deseamos subrayar nuestra plena disposición a colaborar con los organismos responsables, aportando la experiencia de nuestros profesores e investigadores en áreas como la ingeniería, el urbanismo, la arquitectura, la economía, el derecho o las ciencias sociales», añade.
El rector de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, privada, conoció in situ la presentación del proyecto de la estación el pasado día 17 de febrero. David García explica que no han entrado «más en el proyecto», por lo que desconoce si técnicamente «impide ese futuro soterramiento». Sin embargo, considera que la estación en sí es «una opción interesante para vertebrar la ciudad y para la comunidad». Como Caramanzana, considera que «lo ideal es que fueran compatibles» ambas cosas. «Pero el proyecto nos gustó», aclara.
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