Mi plan favorito en Valladolid

Mara Torres: «En invierno me apetecen las legumbres y los platos de caza del restaurante Llantén»

El producto es, precisamente, la clave de la carta de Llantén. Todo procede de dos zonas de Castilla y León: la Sierra de la Culebra de Sanabria y la provincia de Valladolid. Las legumbres que apasionan a Mara Torres se cultivan en fincas únicas de Olmedo y Olmos de Esgueva y el restaurante se queda con toda la producción, por lo que no es posible probarlas en ningún otro lugar. Además, cuentan con producción propia de embutidos, sobrasada y vinos (limitada) y adquieren una masa madre de centeno y trigo que trabajan y hornean para conseguir un pan muy especial. «Todo es nuestro o es elegido en origen. Así nos aseguramos de que todo el año tengamos el mismo producto, pero es un proceso laborioso» reconoce Javier Simal, dueño de Llantén, que no deja ningún detalle al azar.

Para acompañar la comida, Mara se suele decantar por un vino. «Mi favorito es el Ribera del Duero pero creo que hay buenos vinos en todas las denominaciones. De la Ribera disfruto mucho de un Valduero pero a veces me apetece un Rioja con una carne, o una cerveza fría, sobre todo en verano», reconoce.

Mara también frecuenta La Tasquita, junto a la Plaza de Martí y Monsó, no solo por su comida sino también porque su perro, Pepe, es más que bienvenido. «Tengo un perro pequeño de diez kilos y me encanta Valladolid porque puedo llevarlo casi a todas partes. Casi todos los restaurantes tienen una parte pequeña de terraza incluso en invierno así que puedo aprovechar y darle un paseo y luego ir con él a tomar algo. Además en la Tasquita de Vidal son especialmente cariñosos con los perros. Ocurre en bastantes locales de la ciudad y es algo que me gusta mucho». De la Tasquita resalta especialmente el rape con carabineros. Al preguntarle cuál sería su pincho estrella de Valladolid le resulta imposible decidirse. «El problema que tengo con los pinchos es que me comería todos los de la barra, aunque me gustan sobre todo los que llevan mezclas arriesgadas», confiesa. También ha probado la carta del GastroLAVA aprovechando las ocasiones en las que ha disfrutado de un espectáculo en el LAVA. «Me resulta muy atractivo por todo lo que ofrece y tiene cervezas de todo tipo muy especiales. No está en el centro pero su ubicación es perfecta porque vas a un concierto o a una obra de teatro y luego te pasas por el bar».

Para tomar una copa a media tarde se decanta por el bar Sala de Estar, ubicado en la calle Gallegos, junto a la Plaza de Cantarranas, y por La Pasión, en la calle Ruiz Hernández, muy cerca de la Plaza de la Universidad. «Me fascina la decoración de La Pasión, la cartelería de cine, las fotos, la música que pone Marco y cómo elabora los cócteles, casi como si fuera un químico en un laboratorio», alaba.

En la calle Neptuno del barrio de la Victoria hay un pequeño bar que ha conquistado a Mara con sus sardinillas: La Bodega de La Victoria. «Es un sitio muy pequeño que llevan tres hermanos y sirven las mejores sardinas crudas maceradas que he probado en mi vida. En ningún otro lugar de España las he comido como las preparan Javi, Mónica y José. Y además son muy cuidadosos con el producto, siempre lo tienen fresco... es espectacular», asegura. En esta recomendación coincide con su buena amiga Elena S. Sánchez, también periodista y presentadora y buena conocedora de la gastronomía vallisoletana. Y que conste, «¡yo se las descubrí a ella!», asegura con una sonrisa.