Rodrigo Ucero

Un organista aficionado, en un minuto

Juan Luis Sáiz Virumbrales: «El órgano tiene que sonar, si no suena, se echa a perder»

Este vallisoletano es desde hace más de dos años el organista de la iglesia de la Compañía de María en Valladolid

Sonia Quintana

Valladolid

Viernes, 29 de noviembre 2024, 06:56

Arquitecto de profesión y organista aficionado de vocación, Juan Luis Sáiz Virumbrales (Valladolid, 1985) es desde hace más de dos años el responsable de 'mantener vivo' el órgano de la iglesia del colegio de la Compañía de María en Valladolid, La Enseñanza. «Empecé como ... organista aficionado a los 15 años. He sido organista en la Iglesia de El Salvador y en la de San Ildefonso. He tocado a veces en la Catedral y en otras iglesias de Valladolid. De esta iglesia llevo siendo el organista desde octubre de 2022». El órgano de esta iglesia, obra de Aquilino Amezua, considerado el constructor de órganos más importante de España de la última parte del siglo XIX y principios del XX, data de 1908. «Es un órgano muy interesante y se conserva tal y como se construyó. Es original. Es el único que queda en Valladolid que no ha tenido ninguna modificación a lo largo del tiempo. Este es el único que ha quedado original, tal y como lo concibió el organero».

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-¿Cómo surgió su relación con el órgano?

-Me gustó el órgano al escucharlo sonar en la Catedral. Entonces decidí que quería estudiar cómo se tocaba ese instrumento y tuve la suerte de que mi padre conocía a un canónigo de la Catedral y gracias a eso pude tener mis primeras clases de música con el organista de la Catedral en aquel momento, Teófilo Olmedo. Después he tenido otros profesores. Yo soy aficionado. Si uno quiere ser profesional tiene que ir al Conservatorio. Decía una profesora mía de órgano que 'tocar cualquier instrumento bien es difícil y el órgano tocarlo mal es difícil ya'. Es un instrumento muy complejo.

-¿Qué siente uno cuando se sienta delante de un órgano histórico?

-Es casi un encuentro con la Historia. Uno está tocando unos instrumentos que tienen cientos de años y han sido testigos de una historia y una estética musical muy particular. El órgano además es el instrumento que más variedades ha ido teniendo. Cada época y cada región dan un tipo de órgano distinto. No es lo mismo tocar en este órgano de 1908 que tocar en un órgano de 1700, como el Las Huelgas. Son dos instrumentos muy distintos aunque los dos sean órganos. Es un encuentro precisamente con la Historia y con toda una visión de la música de esa época.

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-¿Qué tiene de especial el órgano romántico del que ahora es usted organista?

-Es un órgano romántico a la española. Es un órgano con una sonoridad orquestal, con unos sonidos muy amplios y con capacidad de sonar más fuerte y más suave; por eso tiene unas persianas en la fachada que se abren y se cierran

-¿Cuál es su pieza favorita para tocar en un órgano romántico?

-La música de su época. En estos instrumentos suena muy bien, entre otras muchas cosas, la música que se compuso en España en aquella época y que es muy importante y muy desconocida. De hecho, aquí en Valladolid teníamos grandes compositores como, por ejemplo, los hermanos Villalba. Es una música muy interesante y este tipo de órganos es el vehículo adecuadísimo para hacerla sonar.

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-¿Quedan muchos organeros en Valladolid?

-No en Valladolid ciudad, pero cerca hay varios. Joaquín Lois, en Tordesillas; Berchtold Soergel, en Medina de Rioseco; y Federico Acitores, en Torquemada, Palencia. En un radio de setenta u ochenta kilómetros hay tres organeros; es una cosa bastante especial e importante.

¿Y relevo para los organistas?

-El problema que tenemos es que hay muchos más órganos que organistas profesionales, con lo cual es necesaria la figura del organista aficionado. El órgano tiene que sonar, si no suena, se echa a perder. El organista aficionado, aunque no toque y no tenga la formación de un profesional, es una persona capacitada para poder tocar el órgano y que siga funcionando, que es el fin para el que fue construido. El organista profesional debe dar conciertos en este tipo de órganos; es una función importantísima.

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