Valladolid

El gran cambio de la VA-20: 18 meses de obras y tráfico a 50 km/h

El resultado se notará, de entrada, en la velocidad. A 50 kms/h. en un tramo de 10 kilómetros en el que hasta ahora se puede circular a 80 km/h. O lo que es lo mismo, igual que en la travesía junto a Vallsur. ¿Y cómo se va a convencer a los conductores de que deben reducir la velocidad? Pues el ejemplo está en Valladolid mismo. ¿Es posible correr por el Paseo de Zorrilla cuando hay tráfico? No, porque además de cruzar por el centro de la ciudad, hay semáforos y los carriles son estrechos. En la VA-20 ya hay semáforos, pero es que el proyecto contempla que los dobles carriles de la ronda interior se estrecharán hasta los 7 metros a contar «desde el borde izquierdo de los carriles izquierdos». El pavimento que deje de ser asfalto se dedicará a nuevas zonas verdes «o ampliación» de las que ya hay en algunos tramos.

Además existen, «en la margen derecha de ambas calzadas, unos 46.000 metros cuadrados de aceras de loseta hidráulica», explica el proyecto, que en algunas zonas se encuentra muy deteriorada, por lo que se contempla su reparación. Incluso se añade la instalación de una tubería que posteriormente permitirá abastecer de riego suficiente a todas las zonas verdes que acompañarán el recorrido de la VA-20.

Los carriles bici que se van a crear o, en el caso de la conexión de la VA-20 con la VA-30 se van a reacondicionar, conectarán con la red existente y con alguno de los previstos por el Ayuntamiento desde el mandato anterior. Así ocurrirá con el que se va a construir en el Polígono de San Cristóbal en las calles Aluminio y Pirita, perpendiculares entre sí y que permitirán tejer la red dentro del Polígono. El vial de la calle Aluminio desembocará en la avenida de Soria y allí entroncará con el nuevo carril bici, que quedará incrustado en una zona verde nueva y no como una especie de vía de servicio aneja que es actualmente.

El importe de la licitación es de 13,29 millones de euros a los que hay que añadir 2,79 millones de IVA, hasta superar los 16 millones de euros. Se divide en dos anualidades, 4 millones para 2024, cuando deberían comenzar las obras, y 12 millones para 2025, año en el que tendrían que concluir si se cumple el plazo de ejecución de 18 meses.

Una de las consecuencias de la reforma de esta ronda será la disminución del tráfico de vehículos pesados, o así lo consideran los autores del proyecto. En los dos sentidos del tramo central de los 10 kilómetros que se van a reformar, en los ocho kilómetros más congestionados, circularon, en 2018, una media diaria de 24.354 vehículos. De ellos, 1.286 son vehículos pesados, según refleja el proyecto. La inauguración en la última década de los últimos tramos de la VA-30, sin semáforos y con acceso directo a los polígonos, consiguió rebajar la intensidad del tráfico en algunas zonas. «Desde el año 2015, el tráfico de vehículos pesados en la VA-20 se ha ido reduciendo, aunque en 2018 hay dos tramos que presentan una pequeña recuperación o estancamiento. Esto se puede deber a la entrada en servicio del tramo final de la VA-30, entre la A-11 y la A-62 (dirección Burgos), en 2014, que ha atraído el tráfico pesado que antes circulaba por la VA-20», señala la memoria del Ministerio de Transportes.

El proyecto incluye un cálculo de lo que puede ocurrir cuando se renueve por completo la ronda interior: que el tráfico pesado se reduzca por debajo de los 800 vehículos al día, por debajo incluso de los 700 en ese tramo central de mayor densidad, en el que hace cinco años se registraron 1.286 de media diaria.