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El pulso que Jesús Julio Carnero mantenía con la dirección nacional del Partido Popular para seguir al frente de la Diputación durante los próximos cuatro años ha dado finalmente como vencedor a Génova, que en vísperas de la posible reelección del presidente del PP ... al frente de la institución provincial logró que se apartara y desistiera de su deseo de pilotar la nave del Palacio de Pimentel. Jesús Julio Carnero no será así de nuevo presidente de la Diputación. No optará a una reelección que, a priori, tenía ganada con el apoyo de los otros doce diputados y a la que pretendía optar con «aspiraciones legítimas», pero a las que en cambio renunció en una muestra de «generosidad», reconoció posteriormente el PP autonómico en el único comunicado de prensa emitido desde que Génova dinamitara las intenciones de Carnero hace ahora una semana.
Han sido unas conversaciones entre los presidentes autonómico y provincial, Alfonso Fernández Mañueco y Jesús Julio Carnero, respectivamente, las que este jueves encauzaron una situación enquistada y a punto de acabar con un seísmo en las filas locales del PP si el presidente provincial hubiera continuado mañana con su intención de asir de nuevo el bastón de mando. No trascendió la letra pequeña de las condiciones pactadas en esta retirada, pero el PP autonómico amarró el acuerdo con un inmediato comunicado donde garantizaba de forma velada que no habría sorpresa en las votaciones de este viernes. La etapa de Jesús Julio Carnero terminaba al frente de la Diputación, con ocho años de «importantísima labor» y un presente y futuro como «figura imprescindible» de las instituciones de Castilla y León, aunque no precisaba si el PP le dará una salida política al presidente provincial -es funcionario del Cuerpo Superior de la Administración-, teniendo en cuenta que optar a alguna Consejería en el previsible Gobierno de Mañueco implicaría abandonar su cargo al frente de la dirección del PP de Valladolid.
Hasta ese momento, Génova apretaba pero no ahogaba. Pero durante la jornada el ultimátum fue en serio y dobló el pulso frente al desafío que Carnero había gestado bajo el cobijo de un medio rural donde ya auguraba la cosecha del triunfo. Mañueco, sabedor de que la pelota estaba en el tejado de su aparato autonómico en medio de una negociación de Gobierno para la Junta, recondujo la situación y dio la victoria a Génova. El triunfo se antojó entonces doble para Pablo Casado; por un lado se imponía y no quedaba desautorizado por la provincial en Valladolid y, por otro, cerraba una herida abierta desde la batalla de las primarias con las que el PP quiso acabar con el bautizado como 'dedazo' para designar cargos institucionales. Un proceso abocado a la escisión tras las votaciones provinciales, donde Jesús Julio Carnero se impuso en 2017 al sector más afín a Génova (venció a Borja García, expresidente de Nuevas Generaciones), pero también en las autonómicas -apoyó a Antonio Silván en lugar de a Fernández Mañueco- y las nacionales -se posicionó al lado de Soraya Sáenz de Santamaría-. La revancha de los represaliados se ejecutaba dos años después de que Carnero comenzara a coser unas heridas que ahora quedaron al descubierto sin haber cicatrizado.
Fuentes de la dirección nacional confirman que mantendrán a Jesús Julio Carnero al frente del Partido Popular de Valladolid tras haber aceptado apartarse de la posible reelección al frente de la Diputación. De tal forma que no ejecutarán la decisión anunciada el pasado viernes desde Génova cuando, tras un proceso de elección de diputados a medida -todos eran leales a Carnero- acordaba retirarle la confianza y avanzaba que le apartaría al frente de la dirección provincial del PP. Se abría entonces la puerta al nombramiento de una gestora. En ese momento todas las miradas apuntaron a Pilar del Olmo, la que fuera candidata al Ayuntamiento de Valladolid, como mujer de confianza del aparato nacional para pilotar ese órgano transitorio hasta la celebración de un nuevo Congreso Provincial. Pero la directriz, tras el acuerdo cerrado este jueves, finalmente no parece que se vaya a llevar a cabo. La previsión que maneja la formación de Casado es que Carnero renuncie al acta como diputado próximamente, de tal forma que entraría el primer suplente del distrito de Valladolid, Fernando Esteban, alcalde de Cogeces del Monte.
Con Jesús Julio Carnero fuera de la Diputación, el Partido Popular de Castilla y León propuso a Madrid que sea Conrado Íscar, alcalde de Matapozuelos, el encargado de sustituirle. Un nombre que habría acordado de forma unánime con los trece diputados, quienes previsiblemente mañana, y salvo sorpresas, votarán así al también vicepresidente tercero de la institución durante estos cuatro años para que tome las riendas de la institución provincial. Génova confiará así en uno de los hombres más cercanos a Jesús Julio Carnero, vicesecretario de Acción Electoral y artífice en parte de la estrategia política del 26 de mayo. De hecho, Conrado Íscar estuvo presente desde el inicio en las reuniones mantenidas con la dirección nacional en el pulso lanzado desde la provincial para lograr que Carnero reeditara su compromiso con el medio rural al frente de la Diputación. Al equipo en el que se integraba este joven político encargaron que garantizara la incorporación en las listas de diputados próximos al sector de Pablo Casado, entre los que estaban Alberto Plaza, alcalde de Simancas; Pablo Trillo-Figueroa, delegado territorial de la Junta; Alberto Magdaleno, alcalde de Mayorga; así como a concejales y candidatos de las localidades de Brahojos, Villanueva de Duero, Ataquines y Castroverde de Cerrato. Ninguno de ellos obtuvo la credencial una vez que este reducido grupo de hombres de confianza de Carnero hizo caso omiso de las peticiones de Génova, lo que desencadenó esta semana en una serie de negociaciones con el fin de buscar a un candidato alternativo dentro de los doce escaños resultantes para evitar la proclamación del actual presidente de nuevo al frente.
Génova activó la maquinaria para relegar a Carnero de la Diputación y tocó a la docena de representantes que ocuparán la bancada del PP en este mandato. Pero ninguno aceptó. Ni siquiera el alcalde de Medina de Rioseco, David Esteban, sobre quien se centraron todas las miradas al cumplir varios de los requisitos que a priori podrían hacerle apear de la idea de apoyar la estrategia hasta el final: juventud, una carrera política prometedora y hombre de partido (fue número siete a las Cortes).
Mañana, a las 12:00 horas, se cerrará este convulso episodio con una votación que previsiblemente se desarrollará con el cierre de filas en torno a Conrado Íscar. No está previsto que el PP obtenga la mayoría absoluta en la primera votación (tiene 13 diputados de 27), por lo que será en la segunda vuelta donde el alcalde de Matapozuelos debería resultar elegido presidente de la Diputación.
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