![Bad Gyal ofreció el concierto más rejuvenecido de las fiestas de este año.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201909/11/media/zzz-gyal.gif)
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Sale al escenario la nueva musa del trap, la heredera del dancehall, cuando ya han dado las once y media en el reloj consistorial y no hace falta poner rombos una vez superado el horario infantil. Tiene Bad Gyal un rosario de letras para provocar, ... llenas de discotecas de noche, flirteos de neón, sexo de madrugada y de cama revuelta el día después. Si Rocío Jurado se lamentaba casi llorosa de que «se nos rompió el amor de tanto usarlo», Bad Gyal tiene otras preocupaciones: «Se nos rompió el condón», dice en 'Open the door'.
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Lo canta (digamos)enfundada en un short menguante, un top con balcón, perfecto t al vez para un videoclip por Internet, terraza de verano, fiesta con calefacción y sudor, pero arriesgado (valiente) para una noche como esta en la que está el verano en retirada, sale el conde Ansúrez con jersey de cuello vuelto y son trece los grados en la Plaza Mayor.
Conciertos de las fiestas de Valladolid
Víctor Vela
Con labios como fluorescentes, brillantina en los ojos, pestañas postizas como cortinas de Palacio Real y unas uñas que cuando apuntan llegan unos segundos antes que los dedos, Bad Gyal defiende en sus canciones que el cuerpo (que agita en el escenario al ritmo de 'autotune') no es objeto de fantasías masculinas, sino sujeto de empoderamiento. Así que lo maneja como quiere. «Cuando yo te bailo, cuando-cuando yo te bailo sé que te vuelves loco», canta (digamos) en 'Fiebre'.
Se tumba, se acaricia, se contonea con voz robótica, se pone de rodillas, levanta la cadera y se recuesta como antes hacían las estrellas de varietés (esas pulguitas y tal), solo que ahora sobre lecho de pistas pregrabadas. Han ambientado la cosa con varias mesitas blancas (que sirven de tarima y pasarela), dos ventiladores para agitar extensiones, varios focos de pie. El mobiliario básico para la ocasión, vamos, como si el escenario fuera un pisito en las Cortes.
Entre el público, mucha chavalería, la Plaza Mayor como patio del insti. Las niñas que hace unos años se entretenían con el Cantajuegos («soy una taza, una tetera, una cuchara, un cucharón») ahora le dan 'Candela' a «chuleo un montón, no pido perdón, y si vamos al 'party', yo pago el botellón». O cositas más explícitas: «Sabe que conmigo esta polla está bendecida, porque mi coño está 'apretao' como el primer día». Aunque tampoco hay que escandalizarse, ¿eh? Sabemos lo que decía porque hemos buscado la letra en Internet, porque aquí (en esta Plaza Mayor de Badgyal-dolid) tampoco es que se le haya entendido mucho de lo cantaba. Si hace tres años era panadera en Vilassar de Mar, amasa ahora éxitos que triunfan en ultramar. Descubrió el reggae jamaicano trasteando por Internet y la influencia de aquellos ritmos supura en canciones como 'Santa María' («él es jamaicano, pero se lo come tó / lo tuve en la cama todo el día sin descansar») o Hookah («si yo entro, la cosa está encendida»).
Tomó Bad Gyal el testigo de Erik Urano («yo no perreo, yo gorrioneo»), figura puntera del rap nacional, referente del grime (con sus sonidos oscuros, sus letras punzantes) facturado en Valladolid. En Valladolor. Drama. Son sus versos pellizcos para despertar de la anestesia, relámpagos de ingenio en mitad de la tormenta, linternas que se encienden para iluminar caminos. La sombra como guía. «No vendo humo, regalo niebla», canta en 'Balaclava', canción que da nombre a un disco y que inspira la estética de la actuación. Como Erik Urano es de la tierra, no viene de corto como Bad Gyal, sino que sale al principio con pasamontañas. La moda es el mensaje. Y sirve, en este caso, con esa cara casi tapada, para reflexionar sobre la identidad (no I. D.), para recordar que las revoluciones tienen éxito con la implicación de lo colectivo. E
rik Urano (con ese fraseo de metralleta, ráfagas de sílabas aceleradas) ofrece una apuesta extraña, poco habitual, que descoloca en esta Plaza Mayor no acostumbrada a propuestas de este tipo. Y junto al concierto, un mensaje ecologista a los jóvenes del público: «Estamos todo el día con el tema de los plásticos... y luego, cuando os vayáis lo dejaréis todo echo una mierda. Si no queréis que os traten como gilipollas, no lo hagáis», dice Erik Urano (camiseta de Pucela con el lema de Valladolor), para, a renglón seguido, lanzar también una pullita al Ayuntamiento. «¿No queremos plásticos y soltamos miles globos en el concierto de Franz Ferdinand? ¿Es que se va a hacer Dios un castillo hinchable?», preguntó.
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