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Cuando el programa Urban llegó a los barrios España y San Pedro RegaladoEl vecindario, según la Asociación Vecinal del barrio España, no quedó satisfecho de los resultados sociales de la inversión millonaria del Plan Urban en el barrio. Un plan que se llevó a cabo entre los años 1995 y 1999.
El Urban, un programa de la Unión Europea (UE), estaba pensado para resolver los problemas medioambientales, económicos y sociales de los barrios en crisis de ciudades europeas. A él se acogieron 29 ciudades españolas, entre ellas, Valladolid.
El ayuntamiento, en 1994, comienza a redactar un proyecto para presentarlo a la UE con destino a los barrios España y San Pedro Regalado. Se aprobó por el pleno municipal el 31 de agosto de 1995 por un importe de 2.200 millones de pesetas. La iniciativa levantó grandes expectativas en ambos barrios, especialmente en el España.
Este barrio, sobre todo, era uno de los cinco que desde hacía años tenían una especial atención en el urbanismo de la ciudad: en enero de 1984 se aprobó el nuevo Plan General de Ordenación Urbana que se conoció como plan Ynzenga, por el apellido del arquitecto que encabezó el equipo redactor del plan, y junto al nuevo plan, iban añadidos Planes Especiales de Reforma Interior (PERI) de cinco barrios, que, a juicio del ayuntamiento, requerían una singular intervención urbana porque tenían problema graves y complejos de ordenación urbana por los trazados irregulares de sus calles, infraestructuras deficientes y escasez de dotaciones públicas.
Los PERI más o menos iban resolviendo esos especiales problemas, pero era evidente que el barrio España es el que ofrecía mayores dificultades y requería de inversiones muy altas. Por eso el ayuntamiento vallisoletano puso el foco sobre él al pensar en el Plan Urban, extendiéndolo a San Pedro Regalado para abordar problemas más puntuales, como podían ser dotaciones deportivas y de convivencia.
Para hacerse una idea, las tasas de desempleo en barrio España estaban por aquel entonces en un 40 %: el doble de la media de Valladolid –San Pedro Regalado tenía un desempleo del 15 %-. A eso había que añadir que el análisis del barrio España arrojaba el dato de que había un alto porcentaje de población con problemas de alcoholismo y drogodependencia que, textualmente, «era especialmente preocupante».
El ayuntamiento presenta un plan de desarrollo urbanístico y socio-económico que contaría con 1.582 millones de pesetas de la UE, 159 de las arcas municipales y 216 de la iniciativa privada. Un plan que «va a servir para en unos años promover el bienestar en las dos zonas social y urbanísticamente degradadas».
Del importe total previsto, un 55 % se invertiría en urbanismo y mejoras medioambientales, pero también se iba a destinar gran parte del mismo a programas sociales y de generación de empleo, lo que «aumentará la calidad de vida de 6.000 vecinos de ambos barrios».
Algunas de las actuaciones urbanísticas previstas eran la construcción de un puente de acceso sobre el río Esgueva (250 millones); un vial que comunicara ese puente con la ronda de Circunvalación, y el acondicionamiento de entrada al barrio, la mejora de los bordes del Esgueva en el tramo del barrio España, algunas dotaciones deportivas y urbanización de las calles.
Los proyectos sociales tratarían de incluir a todos los colectivos: jóvenes en riesgo de exclusión, mujeres con dificultades familiares, tercera edad más desasistida, y minorías étnicas (el 10% en San Pedro Regalado y el 25% en barrio España). Para ello se abrían líneas de trabajo dirigidas a la búsqueda de empleo, ayudas para la apertura de negocios, talleres ocupacionales para jóvenes y de reciclaje para adultos en desempleo, colaboración con entidades que trabajen con drogodependientes y alcohólicos, programas de prevención de conducta asociales y fortalecimiento del asociacionismo.
Para llevar adelante el programa Urban se creó un equipo formado por 14 personas, con el arquitecto municipal Santiago Calvo a la cabeza. Mientras que los proyectos urbanísticos iban marchando razonablemente bien: se mejoraron las redes de saneamiento, pavimentación, abastecimiento de agua y cableado de las 34 calles y plazas del barrio España, sin embargo los proyectos sociales no satisfacían a las asociaciones vecinales.
En noviembre de 1997 El Norte de Castilla publica un artículo en el que recoge que los vecinos de ambos barrios no ven aún los efectos de los 2.300 millones del Urban, y se mueven entre el escepticismo y el «a ver que pasa».
Los responsables del plan exhiben los números para demostrar que los programas sociales estaban dando sus frutos en materia de asesoramiento a desempleados: en 1997 atendieron a 351 personas en la oficina de asesoramiento al empleo, y que contaban con casi 700 millones de pesetas para llevar a cabo proyectos de creación de empresas y acceso al trabajo por cuenta ajena.
Además, la Cámara de Comercio firmó un convenio con el ayuntamiento para asumir varios programas de organización y desarrollo en materia de creación de empresas y apoyo a la inserción social.
No obstante, la Asociación Vecinal del barrio España se muestra muy crítica: en marzo de 1999 denuncia el «fracaso del plan», pues no había conseguido sentar las bases para el desarrollo de la zona, y lamenta que los efectos de este plan apenas se dejan sentir en materia de empleo y acción social. Su presidente, Francisco Cáceres, indicó que el paro apenas ha bajado tres puntos en estos cuatro años.
El plan concluía inexcusablemente el 31 de diciembre de 1999, y a esa fecha tenía que estar en marcha o contratado ya todo lo se quisiera hacer, pues no había prórroga por parte de la UE. El complejo deportivo de San Pedro Regalado tardó aún un par de años en concluirse por desavenencias entre la dirección de obra y la empresa constructora, lo que llevó a que los vecinos hicieran varias manifestaciones por la calle exigiendo su rápida conclusión.
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El año 2000 fue el de los balances definitivos de los efectos del plan y el ayuntamiento puso el acento en que además de urbanizaciones y dotaciones, el plan había posibilitado la contratación de 365 personas, de las que 250 continuaban trabajando y que otras 28 se habían establecido por su cuenta.
Sin embargo, el Consejo Social del barrio España dice que creían que el Urban era la oportunidad que habían estado esperando durante años, pero veían que seguía habiendo problemas.
Mas, una encuesta realizada por el Centro de Estudios Sociales del Ayuntamiento publicado el 27 mayo de ese año, indicaba que el vecindario aprueba el plan, puntuándolo con una nota de 5,7 sobre 10.
Ese mismo día, el alcalde inauguró las 20 casas pintadas en el barrio España según el proyecto del artista Cristóbal Gabarrón que ejecutaron ocho desempleados de la zona. La inversión había sido de 35 millones de pesetas, con cargo a los fondos municipales. Era un proyecto más ambicioso pues solo se pintaron la mitad de las viviendas previstas y, además, se pensaba que se abriera alguna tienda de artesanía en esa zona del barrio, cosa que no ocurrió.
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