El magnífico edificio que dinamitó la Plaza Mayor de Valladolid

Casado con Evarista Ferrer Ferrer, esta «prestigiosa figura del comercio vallisoletano, de unánime respeto y generales simpatías en todos los medios sociales», tal y como se refería a Eusebio Alcalde Varela El Norte de Castilla en los años cuarenta del siglo pasado, el propietario de los Grandes Almacenes de Confecciones que llevaban su nombre, «la casa más antigua de Castilla y una de las primeras de España», según la publicidad de la época, solicitó en 1931 licencia para la utilización del ascensor instalado en el edificio que lleva su nombre y en el que, curiosamente, nunca residió. El matrimonio Varela Ferrer vivía con sus seis hijos -Antonio, Paula, Jesusa, Dionisio, Manolita y Eusebio- en el portal número 3 de la cercana calle Lencería, encima del negocio familiar (Lencería, 3 al 11 y Alarcón 1 y 3).

Sin lugar a dudas, de las tres fachadas del edificio -Plaza Mayor, plaza del Corrillo y Alarcón- es la del Corrillo la que verdaderamente llama la atención. De estilo «renacentista libre», tal y como el arquitecto dejó escrito en la memoria del edificio, destacan en ella los balcones y la cornisa. Las balconadas, de piedra o hierro, van disminuyendo en tamaño hasta llegar a la parte alta. En el remate de la esquina con la Plaza Mayor hay una concha adornada y rematada con pináculos; dentro de ella puede verse un escudo floral con dos iniciales, 'EA', Eusebio Alcalde, su promotor. Bajo la cornisa, escudos vacíos y gárgolas. En la otra esquina, con la calle Alarcón, un torreón y debajo de él, la cornisa, varios escudos y pequeños miradores rematados en arco. El portal, en el número 3 de la Plaza Mayor, es de piedra, rematado con un arco decorado. Gruesas pilastras, frontón decorado con un rostro en el centro... y atlantes (estatuas de hombre que hace la función de columna) 'sujetando' el edificio. Los atlantes son, sin duda, la joya de la corona. Resalta también la amplia entrada al local que hoy ocupa el Café Ideal Nacional.

«Un papel importante juega la alternancia de materiales en las balaustradas que, si bien indican una sistematización y jerarquía matérica altamente convencional (la piedra aparece decorando la balaustrada del piso principal y los forjados metálicos la del primero), en ocasiones son tratados en forma efectista y heterodoxa, como sucede con el baluarte metálico que rodea la esquina de Corrillo con Alarcón», apunta Julio Arrechea Miguel en la mencionada 'Guía de Arquitectura de Valladolid'.