Secciones
Servicios
Destacamos
Aprovechando la sede del desamortizado Convento de San Norberto, el 30 de marzo de 1845 se celebró en Valladolid la apertura de la Escuela Normal de Maestros y de la primera de Párvulos. Desde diciembre de 1835 los edificios habían servido de almacén de los ... objetos recogidos de los demás conventos; más tarde, fueron cedidos al Ayuntamiento que, en 1853, lo cedió a la Universidad para Colegio Normal de la Provincia. En 1887 las dependencias conventuales situadas en torno al claustro albergaban la Escuela Normal de Maestros, una escuela de Párvulos y un depósito de bombas. En 1901, el Ayuntamiento cedió a la Diputación los edificios conventuales para albergar de forma definitiva las dos Escuelas Normales. Simón Aranda fue su primer director. Tras su muerte, en 1855, le relevó en el cargo el gaditano José María Lacort, que estuvo 36 años al frente, hasta su fallecimiento en 1891.
Sobre este solar, de forma triangular irregular, ubicado entre las calles Teresa Gil, López Gómez y José María Lacort, se colocó el 27 de marzo de 1927 la primera piedra de la nueva Escuela Normal. Un año antes, la Real Orden de 2 de febrero de 1926 dispuso su construcción, que fue adjudicada al arquitecto vigués Antonio Flórez Urdapilleta. La contrata se adjudicó a Julián Varona Romón y la dirección de las obras, al vallisoletano Manuel Cuadrillero y Sáez. Fue inaugurada el 29 de septiembre de 1929 por el entonces ministro de Instrucción Pública, Eduardo Callejo. El edificio, destinado a la formación de maestros, es desde principios de los años ochenta el colegio público Antonio García Quintana.
Noticias Relacionadas
Sonia Quintana
Sonia Quintana
Sonia Quintana
Sonia Quintana
Aunque ya a finales del siglo XIX el Ayuntamiento era consciente de la penuria de la edificación, tuvieron que pasar casi cuarenta años para que un edificio de nueva planta fuera realidad. Fue la primera Escuela Normal que se construyó en España con subvención del Estado. El proyecto consistía en construir «dos escuelas graduadas con seis secciones cada una, anexas, y un pabellón destinado a las oficinas de la Sección Administrativa y la Inspección de Primera Enseñanza en Valladolid». Una composición sencilla y clásica que aprovechara al máximo la forma triangular e irregular del solar. Ladrillo para los muros, madera y teja para las cubiertas, hierro para los dinteles y piedra de granito para los zócalos y repisas de las ventanas. Las estancias se distribuían en torno a los «dos patios interiores individualizados para recreo de niños y niñas». El acceso principal se encuentra en la fachada que da a la calle de José María Lacort. El cuerpo central del edificio presenta las doce secciones de escuelas graduadas anejas –seis de niños y seis de niñas-, mientras que en la planta principal el arquitecto Antonio Flórez ubicó, en lados opuestos, las dos Escuelas Normales: la de Maestros y la de Maestras.
El trabajo 'Antonio Flórez y la Escuela Normal de Valladolid: entre el regionalismo y la modernidad', de Javier Rivera Blanco, analiza pormenorizadamente este histórico edificio, que considera uno de los más avanzados de la ciudad en los primeros treinta años del siglo XX: «una seria y profunda lección de arquitectura». El estilo de la fachada principal hace gala de «un lenguaje historicista en el que se mezclan lo neomedieval y lo clásico en volúmenes y detalles ornamentales», apunta Rivera Blanco. Tres años después, ya en tiempos de la Segunda República, se ampliaron las aulas para cumplir con el precepto de erigir en cada ciudad una Escuela Normal Única del Magisterio Primario, estableciendo así la coeducación, y en los años de la Guerra Civil el edificio se destinó a hospital legionario y sede transitoria de la Universidad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.