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Rodrigo Ucero

Comercios históricos de Valladolid: Farmacia del Río Hortega

La farmacia de Portillo que nació en la pandemia que asoló al mundo en 1918

Julián del Río Hortega abrió en su localidad natal un despacho de farmacia que hoy regenta su biznieto Carlos Sanz Botín

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 10 de junio 2024, 07:14

Julián del Río Hortega (Portillo, 1886) abrió el 2 de septiembre de 1918 una oficina de farmacia en el número 3 de la calle Hospital –después Onésimo Redondo, 17 y, en la actualidad, Miguel Delibes, 17– del municipio vallisoletano de Portillo. «En aquel momento existía ... en el pueblo otra farmacia, la de la viuda de Arturo Gamarra, Purificación Guerra, que se mantuvo abierta hasta 1925», recuerda Carlos Sanz del Río, nieto de Julián y padre del actual propietario de la farmacia, Carlos Sanz Botín (Valladolid, 1987); al frente del negocio familiar desde diciembre de 2022. Carlos Sanz Botín es la cuarta generación de esta familia portillana que regenta la única farmacia abierta hoy en esta localidad vallisoletana. Julián era el séptimo de los ocho hijos que tuvo el matrimonio formado por Juan del Río Sanz y Dolores Ortega Guerra. «El apellido de mi madre era sin 'H', tal y como aparece en su partida de nacimiento, y en la de todos sus hijos. Fue en los años treinta del siglo XX cuando se recuperó esta consonante, basándose en la partida de bautismo de mi bisabuela y en las distintas partidas de bautismo de sus antecesores, todas con 'H'», explica Carlos Sanz del Río.

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«Mi abuelo compró la casa de la calle Hospital con un préstamo que le hizo su padre», apostilla Carlos Sanz. Siete años más tarde, en 1925, Julián adquirió la casa contigua, con entrada por el número 1 de la calle Reventón, y amplió el establecimiento, además de instalar allí una pequeña carpintería «de la que salieron muchas de las estanterías de la farmacia. Era una afición que tenía mi abuelo». La farmacia mantuvo su ubicación original hasta los días previos a la Navidad de 1994, cuando se trasladó al local de la calle Reventón. La segunda mudanza, hasta el número 18 de la Avenida de Segovia, su ubicación actual, se realizó a finales de 2011. Licenciado en 1918 por la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago de Compostela, Julián del Río Hortega inició su negocio días antes de que estallara la pandemia que asoló al mundo entonces, «la mal llamada gripe española», añade Carlos Sanz. Desde entonces han pasado 106 años.

Carlos Sanz del Río y su hijo Carlos Sanz Botín, en su farmacia. Debajo, sobrinas de Julián del Río Hortega en la botica y al lado, el fundador del centenario negocio. Rodrigo Ucero y álbum familiar

Casado en segundas nupcias con Petra Sanz de la Cal, la pareja tuvo dos hijos: María Petra y Julio. Fue María Petra la que dio continuidad al negocio. «Mi abuelo tenía asignada la atención farmacéutica de la población del municipio de Portillo y Aldea de San Miguel. En sus inicios se elaboraban prácticamente la mayoría de los medicamentos que se dispensaban en la farmacia: jarabes, píldoras, papelillos, supositorios, inyectables…, además de realizarse los análisis clínicos que el médico consideraba necesarios: de orina, heces, sangre…, para lo que contaba con un moderno laboratorio para aquella época». El laboratorio también era utilizado en su labor como inspector farmacéutico. «Analizaba la calidad de las aguas de consumo, por aquel entonces un problema por ser medio de trasmisión de enfermedades infecciosas; la calidad de los alimentos, para evitar fraudes; o la calidad de las piezas de barro, que si no tenían una buena cocción podían producir a largo plazo intoxicaciones por plomo».

Su hija María Petra del Río Sanz (Arrabal, 1920) siguió los pasos de su padre y finalizó sus estudios en la Facultad de Farmacia de Madrid en 1944. Al año siguiente, ingresó por oposición en el cuerpo de inspectores farmacéuticos municipales, sucediendo a su padre también en esta labor. Empezó su actividad profesional en Mucientes, donde regentó la farmacia entre 1948 y 1952. Casada con Justo Sanz García, el matrimonio tuvo seis hijos: Alfonso Justo, José María, María Jesús, Carlos, Javier Jesús y Julián. «Posiblemente el embarazo de su primer hijo y las dificultades de desplazamiento hasta Mucientes le hicieron dejar aquella farmacia, haciéndose copropietaria de la de su padre en Portillo en 1956», añade Carlos Sanz. Ese mismo año fue nombrada inspectora farmacéutica municipal de Portillo, en sustitución de su padre, puesto que mantuvo hasta su jubilación, en 1986.

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En 1964 el fundador de la farmacia se desvincula definitivamente del negocio, quedando únicamente en manos de su hija. «A la jubilación del farmacéutico de la Pedraja de Portillo, Teodoro Valdés, se nombra interinamente a Petra inspectora farmacéutica municipal de la titular de la Pedraja, en la que estaban incluidas las localidades de Aldeamayor de San Martín y Boecillo. La labor inspectora era cada vez más exigente y al control de las aguas se suma el gran número de establecimientos que el farmacéutico tiene que inspeccionar: panaderías, confiterías, alfarería... En 1981 tuvo que hacer frente también a la crisis de la colza», recuerda Carlos Sanz. La farmacia pasó en el año 2002 a manos de su hijo Carlos Sanz del Río (Arrabal, 1957). Licenciado en 1983 por la Universidad Complutense de Madrid, no se incorporó a la farmacia familiar hasta tres años después. Antes pasó por Mota del Marqués, San Miguel del Arroyo y la farmacia de la plaza del Ejército en Valladolid capital. Casado con Paloma Botín González, la pareja tuvo tres hijos: Carlos, Paloma y Juan. Tras jubilarse en 2022 fue su hijo mayor, Carlos Sanz Botín, graduado por la Universidad de Salamanca, quien dio el relevo a su padre en este centenario negocio familiar.

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