Comercios históricos de Valladolid: Fructuoso Ramos

La tienda donde la Policía Municipal compraba el bocadillo

Fructuoso Ramos Población (Villafrades de Campos, 1912) abandonó su pueblo natal tras finalizar la Guerra Civil. «Mis abuelos vendieron una tierra que habían comprado con la dote y se vinieron a Valladolid con unos familiares», cuenta José Ramos Cuadrado. Casado con Filomena Ramos Ramos (Villafrades de Campos, 1905), el matrimonio se mudó a la capital junto a Ladislao, hermano de Filomena, y su mujer, Amalia. Durante cuatro años los cuñados regentaron la tasca que había al fondo del Corral de Boteros (hoy calle Boteros). «Era una taberna con suelo de pizarra y mesas corridas de madera con taburetes. En la cocina siempre había grandes ollas con guisos al fuego», recuerda el nieto de Fructuoso y Filomena. «Compartían el patio con Pantaleón Muñoz, que sacaba allí a secar los embutidos, y con Ercilla, cuando era una confitería«, añade José Ramos Cuadrado.

A un mes de que naciera su tercer hijo, el 13 de abril de 1944 Fructuoso Ramos se estableció por su cuenta , en el número 11 de la plaza de la Rinconada, donde abrió un establecimiento de comestibles. «Mi abuelo alquiló el edificio. La tienda estaba en el local y la familia se trasladó a vivir encima. Hasta ese momento tenían alquilada una habitación con derecho a cocina en la plaza del Ochavo, en casa de la señora Esperanza, que tenía ocho hijos», apunta el nieto de Fructuoso. «El local tenía unas escaleras que lo comunicaban con la vivienda a través de una trampilla». Fructuoso comenzó vendiendo legumbres, verdura, fruta, «quesos de la zona de Villalón, muy cerca de su pueblo; embutidos que hacían ellos mismos y bacalao salado, que en aquellos años era un producto muy demandado», enumera José Ramos.

Con el tiempo Fructuoso amplió el negocio y, además de comestibles, «mi abuelo vendía cazuelas y otros cacharros de barro de Portillo y hasta juguetes de hojalata. Yo recuerdo haber jugado con alguno de niño», apostilla José Ramos. «En el interior del comercio había un mostrador de madera oscuro y las cuentas se hacían en tiza sobre él. Como la Policía Municipal estaba enfrente del comercio, los agentes venían a diario a la tienda de mi abuelo a comprar el bocadillo«, cuenta José Ramos Cuadrado. Fructuoso Ramos estuvo al frente del comercio hasta 1972. Padre de tres hijos: Domingo, Socorro y Carmen; fue la pequeña la que dio continuidad al negocio familiar. »Los tres ayudaron de jóvenes en la tienda pero fue mi tía Carmen la que se quedó trabajando allí cuando mi abuelo se jubiló«, recuerda el nieto de Fructuoso y Filomena.

«Mi abuelo iba los primeros años al mercado central con un triciclo a comprar la fruta y la verdura. Eran los años de la posguerra y las cartillas de racionamiento. Con los años también vendía bollos y mantecados», recuerda José Ramos Cuadrado. Carmen Ramos Ramos (Valladolid, 1944) dio continuidad al negocio familiar hasta 2008. En 1985 se trasladó al número 4 de la calle León -Alimentación San Miguel- y en 2005 se mudó a Real de Burgos -Alimentación Carmen-, que traspasó tres años después.

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