Borrar
Consulta la portada de El Norte de Castilla
Una mujer pasea a su perro en la calle Arca Real. Carlos Espeso
El Cronista | Callejeando por Valladolid

Arca Real, la extensa calle de Valladolid que conserva casas molineras

El nombre puede llevar al equívoco de pensar que por ella viniera la conducción del agua que abasteció a la ciudad durante 450 años

Jesús Anta

Valladolid

Viernes, 20 de septiembre 2024, 07:18

El nombre de Arca Real, una calle del barrio de las Delicias, puede llevar al equívoco de pensar que por ella viniera la conducción de agua conocida como Arcas Reales o Traída de Argales: un prodigio de ingeniería que abasteció de agua a Valladolid durante 450 años. Pero no, esa conducción subterránea, una vez que desde fuera de la ciudad penetraba en las Delicias, venía por la calle de Embajadores.

El tramo más antiguo de la calle se conoció hasta mediado el siglo XX como cañada de las Arcas Reales o cañada del Arca Real. No obstante, sí es cierto que hacia el final de la larguísima calle Arca Real, se llega al inicio de la Traída de Argales, que lo marca el gran arca de finales del XVI levantada durante el reinado de Felipe II.

Empieza la calle en el paseo de Farnesio. A la altura del número 21 se erige la pequeña fachada de la capilla del Convento de las Hermanas de la Cruz, construido en 1951. Fue parroquia durante algunos años. Es una congregación que se dedica a la enseñanza en un centro inmediato a la capilla: colegio de la Inmaculada Concepción. Y a mano derecha está el colegio público Miguel de Cervantes, que abrió sus puertas en 1931. Se trata de uno de los grupos escolares más antiguos de Valladolid, y cabe añadir que las paredes de su biblioteca están bellamente decoradas por el pintor Manuel Sierra, uno de los grandes muralistas españoles contemporáneos.

Hacia 1978 concentración vecinal en el solar que luego sería el parque de la Paz. AMVA

En febrero de 2007, la ciudad tributó homenaje a la actriz vallisoletana Lola Herrera, cuya infancia y primera juventud transcurrió en el barrio de las Delicias. Para ello le dedicó una plaza que se abre a la calle Arca Real, y se puso una placa dedicada a la actriz, pero el paso el tiempo ha borrado por completo el rostro de la actriz y el texto que en ella se grabó.

Sin duda, uno de los enclaves que más calidad urbana confiere a Delicias es el parque de la Paz, que acompaña un buen trecho de la calle. Es un parque que solo pudo hacerse cuando se rescataron parcelas militares.

El parque se consiguió por la movilización vecinal, que a partir de 1977 se opuso a que este terreno militar del cuartel de Farnesio se vendiera a promotores particulares para construir altos bloques para hacer algo más de 200 viviendas. Tras tensas negociaciones y recursos, el Ministerio de Defensa, el Ayuntamiento y los promotores, cedieron a que el solar se convirtiera en el segundo parque del barrio (el primero fue el de Canterac), pues la avaricia inmobiliaria de los años 60 y 70 fue colmatando todo el suelo interior de las Delicias sin dejar resquicio alguno para plazas y dotaciones públicas.

El parque, profusamente arbolado y urbanizado con diversos rincones para la infancia y las personas mayores, amén de un templete, tiene dos esculturas: una representando a Gandhi, de Ram Vanji Sutar; y otra, titulada Paloma de la Paz, realizada por José Antonio Sousa. En una gran piedra, ahora desnuda, instalada en el parque a la altura del número 83 de la calle Arca Real, el día de la inauguración del parque se fijó una placa con el siguiente texto: «Parque de la Paz, donde se apoya el recuerdo, el corazón y el esfuerzo de unos vecinos y un Ayuntamiento, 1988».

Ahora, casi todo el espacio que ocupan los cuarteles se está transformado en viviendas y calles que están cambiando radicalmente, a mejor, esta parte del barrio de las Delicias que linda con el paseo del Arco de Ladrillo.

Recuerdo de la inauguración del parque de La Paz.

Muy cerca de la desembocadura de la calle en el paseo Arco de Ladrillo, están a mano izquierda el comedor escolar Carpanta -integrado en el Colegio Antonio Allué Morer- y el Polideportivo Barrio de las Delicias. Antonio Allué (que casi siempre le ponen el acento en la «u» de su apellido y no en la «é», que es donde corresponde), fue un comerciante de productos agrícolas con comercio abierto en la Acera Recoletos en 1922. Fue el director de un periódico agrícola «La Industria Harinera Castellana» y posteriormente director y propietario de «Ceres», (1936) prestigiosa revista nacional de economía agrícola. Uno de sus hermanos, Ricardo, fue director de El Norte de Castilla desde 1912 a 1926.

Entre un Mercadona y una gasolinera, Arca Real termina su trazado más integrado en las Delicias y continúa tras cruzar el paseo Arco de Ladrillo y atravesar sobre las vías de la línea de Ariza, que ya solo están en servicio para uso de RENAULT.

El primer tramo de esta parte de la calle conserva algunas de las viejas y modestas casas molineras características del Valladolid antiguo. La mayoría de ellas se han arreglado, o se ha construido de nueva planta sobre su solar, y Arca Real sigue ahora por el lateral del polígono industrial Argales, el primero de la ciudad, que se hizo en 1962. Dos de las más importantes empresas de origen vallisoletano dan a Arca Real: Quesos Entrepinares (comenzó su andadura en 1983), e INDAL (1950) que con nuevo capital y propietarios ahora se llama Signify –líder internacional en iluminación-.

Pronto vislumbramos el nuevo barrio de Arcas Reales cuyos bloques van siguiendo el itinerario de las arcas que aún son perfectamente reconocibles a lo largo de un agradable paseo.

Majestuosa Arca Real.

Discurre la calle entre tierras yermas y el polígono Argales, y después de pasar por delante de la finca del colegio de La Salle, se llega hasta la impresionante Arca Real, que es una seña de identidad de Valladolid. En su frontispicio se grabó el siguiente texto: «REINANDO LA MAGESTAD DEL REI DON PHILIPE II / NUESTRO SEÑOR ACABÓ ESTA ARCA / VALLADOLID SIENDO COREGIDOR DELLA / DON GARCIA BUSTO. AÑO DE 1589».

Junto al arca, una pequeña explanada arbolada fue durante muchos años lugar de meriendas en las tardes veraniegas de domingo. En ella, un pequeño chiringuito vendía bebidas enfriadas con el agua de la traída de Argales.

La calle, a partir de aquí pasa a conocerse como carretera Arca Real, que llega hasta el barrio del pinar de Antequera. No obstante, los edificios (ya muy pocos) que hay en ella continúan con la numeración de la calle Arca Real. Por ejemplo, el 209 se corresponde con el colegio de los Padres Dominicos, uno de los edificios más interesantes del Valladolid del siglo XX. Está declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento, y fue proyectado por el arquitecto Miguel Fisac en 1952, cuya capilla, además, cuenta con una escultura de Oteiza.

La próxima semana

Jesús Anta desgrana la historia y el presente de la céntrica calle López Gómez

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Arca Real, la extensa calle de Valladolid que conserva casas molineras