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Comercios históricos de Valladolid: La Electra de Sebastián Battaner

El barcelonés que puso luz eléctrica al Teatro Calderón de Valladolid

Sebastián Battaner Palmés abrió su primer almacén de distribución de material eléctrico, pionero en la ciudad, en 1900, en el número 7 de la calle Alfonso XII

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 9 de diciembre 2024, 08:28

La noche del 22 al 23 de octubre de 1887 la luz eléctrica llegaba a Valladolid. El Teatro Zorrilla y el Círculo de Recreo estrenaron el nuevo suministro que sustituía a las lámparas de gas. Valladolid se sumaba así a la lista de ciudades con luz eléctrica en sus teatros (París, Nápoles, Lyon, Bruselas...). Barcelona había visto nacer la primera compañía eléctrica de toda España seis años antes. De origen belga, Sebastián Battaner Palmés (Barcelona, 1871) se había afincado a orillas del Pisuerga dos años antes, en 1885, aunque no fue hasta 1900 cuando abrió al público su primer almacén de distribución de material eléctrico, en el número 7 de la calle Alfonso XII (hoy Acera Recoletos): La Electra de Sebastián Battaner. «El más grande de Valladolid y uno de los primeros de España», apostilla su biznieto Gonzalo Battaner Peña (Burgos, 1999), actual gerente de la empresa familiar.

Sebastián Battaner sobrevivió a la mayor tragedia de carácter civil ocurrida en España en el siglo XIX: la explosión del barco de vapor Cabo Machichaco el 3 de noviembre de 1893 en Santander, que transportaba en la bodega un cargamento de dinamita. «Mi bisabuelo estaba trabajando en el mantenimiento eléctrico del vapor correo Alfonso XIII, que había llegado el día anterior a Santander tras su primer viaje a Cuba. Al incendiarse el Cabo Machichaco, las tripulaciones de los barcos que se encontraban allí atracados acudieron a prestar ayuda. A mi bisabuela le llamaron para darle el pésame. Fallecieron casi 600 personas. Pero mi bisabuelo ni se había enterado de la explosión porque había conseguido entradas para la zarzuela, que le gustaba mucho, y estaba en el teatro«, recuerda Gonzalo Battaner, quien explica que, a raíz de este terrible suceso es cuando Sebastián Battaner decidió abrir un comercio en Valladolid. «Mi bisabuelo se había enamorado completamente de la electricidad en la Exposición Universal de 1888 de Barcelona», cuenta Gonzalo Battaner. «En Barcelona hay más luz eléctrica instalada en la Exposición Universal de 1888 que en las calles», recogían las crónicas de aquel evento.

Rodrigo Ucero y álbum de la familia Battaner
Imagen principal - El barcelonés que puso luz eléctrica al Teatro Calderón de Valladolid
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La firma Battaner, hoy con la cuarta generación al frente del negocio, sitúa su origen en 1886, fecha en que Sebastián Battaner realizó el proyecto de la instalación del alumbrado público de la ciudad de San Sebastián. En Valladolid realizó importantes obras para azucareras y la Sociedad Industrial Castellana. Fue también el responsable de la renovación del alumbrado del Teatro Calderón y de la instalación del laboratorio de Física del Colegio San José. Entre sus trabajos fuera de la capital vallisoletana está la iluminación de la Cartuja de Granada y la instalación eléctrica de la Estación de Venta de Baños, entre otros. Tras la apertura del almacén de la calle Alfonso XII, dos años más tarde, en 1902 abrió una 'sucursal' en el número 11 de la calle Platerías.

Sebastián Battaner y su mujer María Berasategui, rodeados de sus seis hijos y de su yerno, Ramón Hortelano, marido de su hija Mercedes. Álbum de la familia Battaner

Casado con María Berasategui Barriola, el matrimonio tuvo seis hijos: Mercedes, Eduardo, Federico, César, María y Sebastián. Tras la muerte de Sebastián en 1935, Eduardo, el mayor, se quedó al frente de la dirección del negocio, responsabilidad que compartía con su padre desde hacía tiempo. Un año antes de la muerte del patriarca, Battaner había abierto un establecimiento en Salamanca, al que se puso al frente Federico, el segundo de los hijos varones de la pareja. El comercio de Valladolid se encontraba entonces en el número 6 de la calle Constitución. En agosto de 1940, César, el tercero de los Battaner Berasategui se quedaba al mando de un nuevo establecimiento en Burgos. «La segunda generación especializó la actividad en la distribución de electrodomésticos. Battaner tuvo la primera representación de Philips en España», apunta el actual gerente del histórico comercio. El pequeño, Sebastián, se puso al frente de la tienda de Valladolid, junto a su sobrina Carmen, hija de Eduardo, tras el fallecimiento de éste en 1986.

La tienda de Salamanca cerró en 1974 al morir Federico. La de Valladolid -finalmente en Alcalleres, 7 y Alcazar de Toledo, 4- continuó abierta hasta los años noventa del siglo XX con la hija del mayor de los Battaner Berasategui y en Burgos a César le dieron el relevo tres de sus cinco hijos: César, Alberto y Fernando. «La tercera generación decidió volver a los orígenes y centrarse de nuevo en la distribución de material eléctrico. Y ahí sigo yo«, concluye Gonzalo Battaner Peña, hijo de Fernando, quien mantiene vivo este negocio con 138 años de vida, que cuenta en la actualidad con dos almacenes en Castilla y León, en Burgos y en Palencia, donde Battaner abrió tras cerrar Valladolid.

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