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«Se vende una tartana casi nueva, de moderna construcción, una jardinera y un duque de cuatro ruedas y capota. En el taller de Raimundo Rojo, plazuela de San Nicolás, pueden verse». Este anuncio de 1898 en El Norte de Castilla publicita la serrería que el maestro carretero Raimundo Rojo Santamaría, alias Chamorro, regentaba, al menos desde 1885, en el número 23 de la plazuela de San Nicolás. En 1904 solicitó al Ayuntamiento permiso para construir una fragua en la carretera de Salamanca y en 1909 tenía también un almacén de maderas en la calle Gabilondo. Fallecido en 1915 fue su viuda, la palentina Secundina Recio Sahagún, quien dio continuidad al negocio de su marido, que pasó a conocerse como Viuda de Raimundo Rojo Santamaría (Chamorro). El matrimonio había tenido siete hijos: Eulalia, Francisco Esteban, Rogelio, Santos, Rosario, Felisa y Ricardo. Francisco, Rogelio y Santos se unieron a trabajar en el negocio familiar, pasando a denominarse entonces taller de Viuda e hijos de Raimundo Rojo Chamorro; hijos de Raimundo Rojo desde 1933, año en que falleció Secundina.
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«Francisco se quedó llevando el almacén de maderas de Gabilondo y Rogelio y Santos regentaron alalimón la fábrica de carros y la serrería de la plaza de San Nicolás», explica Julia de Rojas, viuda de Jesús Rojas, nieto del fundador del negocio. «En San Nicolás tenían la mejor maquinaria que había en Valladolid para cortar madera en aquella época; la trajeron de Suiza», recuerda Julia de Rojas. «De ese taller salieron, entre otras, las puertas de madera de la iglesia del Convento de los Agustinos Filipinos«. Conocidos como los chamorros, los hijos de Raimundo se mantuvieron al frente de este histórico comercio vallisoletano -»la mayor serrería de Valladolid«- hasta su jubilación. A Rogelio le dio el relevo su hijo Rufino y a Santos, su hijo Santos. »Llegaron a tener más de veinte obreros trabajando allí«.
«En el taller de la plaza de San Nicolás se construyeron carros de mano, portamaletas, los carros del Servicio de Limpieza del Ayuntamiento, traseras de camiones... Los camiones entraban por la puerta accesoria de la calle Mirabel», cuenta Julia de Rojas. Los hijos de Francisco -Raimundo, Leonardo, Cecilio, Valentín y Jesús- no siguieron los pasos de su padre en el negocio en el familiar. «Cecilio estuvo un poco al principio, tras fallecer mi suegro, pero finalmente no siguió allí. El almacén de Gabilondo ya no existía. Los tres hermanos ya trabajaban juntos en la serrería de San Nicolás».
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