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El Duero y el Pisuerga tocan techo para finiquitar 18 días de crecidas«Aunque se ha desactivado la situación de alarma por fenómenos meteorológicos adversos (ayer a las 13:00 horas), en toda la provincia seguimos (este ... miércoles) en nivel 1 de emergencia por el aumento de los caudales de nuestros ríos y por eso pedimos, por favor, que no se acerquen al cauce del Duero ni a sus inmediaciones». Con este mensaje, publicado en las redes sociales, advierte a sus vecinos el Ayuntamiento de Tudela de Duero del riesgo que supone aún rondar las riberas del principal río de la cuenca en un ruego que puede servir para todos los municipios, capital incluida, bañados por los grandes ríos de la provincia, encabezados, en efecto, por el Duero; pero que también vale para el Pisuerga, el Adaja, el Eresma, el Cega o el Esgueva.
Los caudales del Duero y el Pisuerga, no obstante, parecen haber tocado techo en las últimas horas y muestran una tendencia estable y ligeramente descendente, más notable en el caso del segundo. El resto alcanzaron sus puntas con anterioridad y sus aguas poco a poco van volviendo ya a sus cauces.
El foco está puesto este miércoles principalmente en el Duero, que ha alcanzado entre ayer y hoy las puntas del presente episodio de avenidas y que se mantiene aún en nivel naranja de riesgo en Quintanilla de Arriba (allí alcanzó el martes por la noche su pico, con 294 metros cúbicos por segundo, y hoy arastra 289) y en amarillo en Herrera de Duero (aquí el pico, de 281, ha llegado este miércoles) y en San Miguel del Pino (su punta del año se alcanzó anoche, con 742 metros cúbicos y hoy al mediodía baja con 707).
El último arreón del Duero, que mantiene anegados parques urbanos de sus riberas de punta a punta de la provincia (desde Pesquera hasta Tordesillas) es especialmente visible a su paso por la capital, donde baña el barrio de Puente Duero. Allí el agua ronda los cimientos de una vivienda situada junto al puente, su punta de fuga habitual. «Está muy crecido, pero aún le falta para alcanzarla», apuntan sus vecinos. Para alcanzarla, en efecto, tendría que superar con creces los 400 metros cúbicos. La tendencia del río, en este sentido, es estable ahora e, incluso, ligeramente descendente desde su cabecera al este.
Y también el Pisuerga, principal responsable de esta punta del Duero, alcanzó ayer su punta del año, con un pico de 309 metros cúbicos por segundo en Valladolid (lejos de su nivel de riesgo, que se sitúa en 619). El río anega desde el domingo sus paseos inferiores, que permanecen acordonados entre el puente de Poniente y la playa de Las Moreras. Su tendencia es hoy claramente descendente y al mediodía arrastra 277 metros cúbicos por segundo.
Su afluente capitalino, el Esgueva, también alcanzó ayer su pico de la avenida, con unos notables 8,2 metros cúbicos por segundo en Valladolid, donde aún cubre sus paseos inferiores entre Pajarillos y Pilarica, y 7,71 en Villanueva de los Infantes. En su valle también sufrió ligeros desbordamientos tanto en este último municipio como en Olmos y Villarmentero. Su tendencia es ahora a la baja. Así, en la ciudad arrastra este miércoles 6,6 metros cúbicos por segundo y 5,1 en Villanueva.
El prolongado episodio de crecidas, que suma hoy 18 días y que parece haber alcanzado ya su cénit, comenzó el pasado 9 de marzo en territorio vallisoletano y ha dejado picos más que abultados en los ríos, con el Duero ahora a la cabeza, sobre todo, de su margen izquierda. Por ese lado comenzaron las avenidas en aquella primera semana de marzo. Los de la derecha, como son el Pisuerga y el Esgueva, se sumaron el pasado fin de semana, cuando comenzaron a anegar sus paseos inferiores a su paso por la capital, y así continúan, para alcanzar sus puntas del año el pasado martes (25 de marzo).
El primer río que rompió sus costuras, para dar comienzo al episodio en la provincia, fue el Eresma, que el día 9 alcanzó una punta de 162 metros cúbicos por segundo (hoy arrastra 'tan solo' 69), en el aforador de Coca (Segovia), justo ante de adentrarse en la provincia camino de su desembocadura en el Adaja.
Y fue al día siguiente, el 10 de marzo, cuando el Adaja alcanzó casi de golpe su punta del año, con 217 metros cúbicos por segundo, a su paso por Valdestillas. El río se mantiene desde entonces por encima de su nivel de riesgo, que ayer bajó del rojo al naranja y que hoy, cuando arrastra 125 metros cúbicos por segundo (ayer aún superaba los 150) va camino del amarillo con una tendencia claramente descendente.
El propio Adaja, antes de recibir las aguas del Eresma, en Olmedo, alcanzó ese mismo 10 de marzo los 53 metros cúbicos por segundo. Este lunes baja con 40 después de llegar a los 55 ayer -su punta del año-. Su tendencia es también allí claramente descendente.
La amplitud del cauce del Adaja, más allá de anegar sus riberas en puntos deshabitados, impide habitualmente que sus aguas lleguen a viviendas próximas al río. En la crecida del año pasado, cuando alcanzó los 240 metros cúbicos (el 20 de marzo de 2024), tampoco causó daños más allá de anegar, como en esta ocasión, el entorno de los puentes de entrada a Valdestillas, precisamente donde se encuentra el aforador de la Confederación Hidrográfica del Duero.
Y el Cega, en su caso afluente del Duero, también experimentó una subida repentina en aquel 10 de marzo, cuando alcanzó los 69 metros cúbicos por segundo en Viana de Cega. Y en esta ocasión no se desbordó gracias al dique construido en la parte baja del pueblo a raíz de su crecida del 28 de marzo de 2013, cuando anegó las viviendas colindantes. Aquel día llegó a un pico de 64 metros cúbicos. Así que el dique, en efecto, funciona. Los vecinos, por si acaso, tenían preparados sacos terreros (y allí están todavía) por si acaso. No tuvieron que utilizarlos.
Cabe recordar que el Cega sí causó graves daños en la misma zona inundable hace justo un año, el 20 de marzo, cuando alcanzó un pico inédito de 208 metros cúbicos por segundo y obligó a desalojar a 22 vecinos al anegar de nuevo sus viviendas. Esta vez la crecida no fue a mayores y a día de hoy mantiene un caudal estable de 35 metros cúbicos por segundo, por debajo de su nivel de riesgo.
Las previsiones meteorológicas apuntan a que no volverá a llover a medio plazo, al menos, hasta finales de la semana que viene. Y ese cambio del tiempo, después de un marzo pasado por agua -en Valladolid se han recogido ya 85 litros, casi el triple de lo normal para el mes completo (32)-, fue el que llevó ayer a la Agencia de Protección Civil a declarar a las 13:00 horas el fin de la alerta por fenómenos meteorológicos adversos en todas las provincias de Castilla y León.
Valladolid, no obstante, y tal y como recuerda el Ayuntamiento de Tudela de Duero, continúa en el nivel 1 de situación de emergencias por la situación de sus ríos.
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