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La crecida del Pisuerga hunde la barca de la Virgen del Carmen«Estaba ya viejita, pero habrá que sacarla cuando baje el río y veremos...», suspiraba este martes al mediodía Quintín Martín, el eterno vigilante del ... Pisuerga, mientras apuntaba al piquito que asomaba del agua de la barca de la Virgen del Carmen, que horas antes naufragó y quedó sumergida al ser volteada por la fuerza del agua cuando estaba amarrada a la altura de una de las casetas de Los Amigos del Pisuerga, entre la playa de Las Moreras y el puente de Poniente, donde el río mantiene anegados los paseos inferiores, que permanecen precintado por una cinta policial para evitar imprudencias desde el mediodía de ayer.
El Pisuerga ha alcanzado en la mañana de hoy la punta, en apariencia, del presente episodio de crecidas, al alcanzar su pico del presente año, con un caudal de 304 metros cúbicos por segundo a su paso por Valladolid. Eso ha ocurrido a las nueve de la mañana. En las mediciones siguientes de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el principal río capitalino muestra ya una ligera tendencia a la baja con caudales de 296 a las 11:00 horas, de 290 a las 13:00 y de 269 a las 18:30. Puntas todas ellas muy alejadas de su nivel de riesgo, que se sitúa por encima de los 619.
El río, no obstante, baja muy crecido desde el pasado domingo y su caudal ha pasado en las últimas 48 horas de los 190 a esa punta de 304. Tanto es así que ayer al mediodía se acordonaron todas las escalinatas de bajada a sus anegados paseos del borde de la ribera. Y así permanecen hasta nuevo aviso.
La crecida del Pisuerga, que hasta ahora había permanecido ajeno al episodio de avenidas que comenzó el pasado 6 de marzo y que había afectado especialmente a los ríos de la margen derecha del Duero, hundió ya parcialmente ayer la barca de la Virgen del Carmen, que quedó «clavada de pico», y en las horas siguientes la «ha terminado de hundir». Ahora la patera está boca abajo y solo se intuye bajo las aguas marrones del río los tonos azules y blancos de su casco.
«La barca ya estaba un poco estropeada por los años, pero es una pena, aunque no parece que se haya soltado del amarre y la recuperaremos en cuanto baje el río», anticipa Quintín, el cuidador habitual de las aves del Pisuerga desde su punto de observación en la caseta situada a los pies del puente de Poniente. De allí tuvo que marcharse ayer al mediodía, cuando el agua casi llegaba hasta ella y se acordonaron las escalinatas. Después la alcanzó. «En un día o dos podremos volver a bajar», suspira.
Martes
Lunes
La historia de la chalana, que así se llama la embarcación en cuestión, de la Virgen del Carmen está precisamente vinculada a un naufragio. Su antecesora, que fue cedida en el año 2000 por la Guardia Civil -procedía de una incautación de inmigrantes que cruzaron el estrecho-, cuando se realizó la primera procesión fluvial de la mano de la asociación de voluntarios de Los Amigos del Pisuerga, se hundió el 16 de enero de 2010, durante una crecida similar. Así que tuvo que ser repuesta por la actual, que la propia agrupación compró en Málaga y pagó de su bolsillo (1.950 euros costó) para traerla a la ciudad el 30 de abril de ese mismo año.
Desde entonces, al igual que su antecesora, permanecía amarrada durante el año en el mismo punto en el que hoy se encuentra volteada y sumergida para surcar cada 16 de julio las aguas del Pisuerga en una procesión que cada año, desde aquel lejano 2000, reúne a miles de personas en torno a la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros. Este año habrá que esperar a su rescate para ver si puede o no navegar.
La crecida del Pisuerga, al igual que la del Adaja, que por la tarde ha pasado ya del nivel rojo al naranja en Valdestillas y con tendencia claramente descendente (ayer arrastraba 169 metros cúbicos por segundo y 24 horas después lleva 150), están provocando un último, en principio, repunte del Duero.
El río que da nombre a la cuenca continúa anegando sus riberas urbanas de punta a punta de la provincia y este martes ha alcanzado su punta del año en San Miguel del Pino, con 742 metros cúbicos por segundo, donde se encuentra en nivel amarillo. Y en este mismo nivel estaba por la mañana el río al este, en el aforador de Quintanilla de Arriba (allí arrastra 268 metros cúbicos con tendencia aún ascendente), donde ha alcanzado pasadas las seis de la tarde su nivel naranja, con una punta de 286. Y en Herrera de Duero, justo antes de la capital, continúa por ahora en nivel amarillo -la punta llegará-, con un cuadal de 258 metros cúbicos por la tarde.
Así que todo apunta a que el Duero aún crecerá ligeramente a su paso por la provincia en las próximas horas, si bien es cierto que parece estar ya rondando su punta de la presente avenida. Y así parece indicarlo la decisión de la Junta, en la tarde de ayer, de rebajar del nivel 2 al 1 la situación de emergencia por las crecidas de los ríos en la provincia de Valladolid y de desconvocar el Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi), que reúne a las administraciones y responsables de Protección Civil y CHD, entre otros.
Los principales ríos de la provincia, el Duero y el Pisuerga, no obstante, están precisamente este martes alcanzando sus puntas del episodio de avenidas. Ninguno de los dos, eso sí, amenaza con alcanzar a núcleos habitados. Sus aguas, eso sí, anegan, parques urbanos y riberas de oeste a este de Valladolid.
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