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«Es siempre lo mismo, pero está vez parece que libramos», apuntaba a primera hora de la mañana Manuel Coloma, el propietario de la nave ... situada al borde del Esgueva, en la parte baja de Villanueva de los Infantes, uno de los puntos de fuga habituales del río en su valle y donde este martes se han vuelto ha desbordar ligeramente sus aguas hasta cubrir el parque y el campo de fútbol situado en su margen derecha y ronda, por la izquierda, la nave en la que el agricultor y ganadero tuvo que sacrificar miles de pollos en 2016 y que desde entonces lleva sufriendo inundaciones periódicas prácticamente cada año.
Pero esta vez, suspira Manuel, «parece que no es para tanto». El río, eso sí, ha alcanzado a primera hora de la mañana su punta del año, con unos más que notables 7,71 metros cúbicos por segundo -el doble que 24 horas antes- en el aforador situado precisamente junto al puente sobre su cauce de Villanueva. Y se ha salido en los otros puntos de fugas habituales situados aguas abajo a su paso por los cascos urbanos de Olmos de Esgueva y Villarmentero.
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En Olmos, el Esgueva de ha desbordado, como «es habitual», según apuntan sus vecinos, en torno al puente de piedra de acceso al pueblo y se ha formado una laguna en sus dos márgenes, incluida la izquierda, la que mira a la piscina municipal, cuyos muros ronda el agua, sin llegar a alcanzarlos por centímetros. Y en Villarmentero el punto de fuga se encuentra más alejado del núcleo urbano. Allí el río solo se ha desbordado un poco de su cauce a la altura del puente de madera y del merendero situado al borde del paseo verde del Esgueva, sin llegar a alcanzarlo.
«Ha crecido menos que otros años y parece que ya está descendiendo», señalaba Manuel a primera hora de la mañana. Y así es. La punta de la crecida llegó de madrugada y pasadas las seis de la tarde el río arrastraba en Villanueva 5,4 metros cúbicos por segundo .
La onda de la avenida, como es lógico, llegó aguas abajo a la capital pocas horas después. Y en la ciudad, en torno al puente que separa Pajarillos (calle Cigüeña) de Pilarica (calle Templarios), el río se encuentra desde media mañana en su nivel amarillo de riesgo, con una punta de 8,19 metros cúbicos por segundo (a las 11:00 horas), un pico insuficiente para alcanzar las aceras del paseo del Cauce, pero suficiente para llenar literalmente hasta el borde su cauce urbano prácticamente hasta su desembocadura, todo un espectáculo estos días, en el Pisuerga.
El afluente, que ha duplicado su caudal también en la ciudad en apenas 24 horas, muestra ya una ligera tendencia descendente y, aunque a las 14:00 horas continuaba aún por encima de los ocho metros cúbicos por segundos, pasadas las seis arrastraba 7,6. Sus aguas cubren así por completo, casi hasta la calle, pero sin alcanzarla, los paseos inferiores a su paso por Pilarica y Pajarillos camino del salto de agua al Pisuerga en La Rondilla.
Una de las últimas avenida del Esgueva ocurrió hace justo un año, el 10 de marzo de 2024, cuando alcanzó puntas ligeramente superiores y llegó a anegar parques, caminos y tierras de cultivo en el valle. Pero es que entonces el río se había desbordado ya unas semanas antes y volvió a hacerlo de nuevo en abril. Y siempre en los mismos puntos de fuga de Villanueva, Olmos y Villarmentero. Sus vecinos llevan años reclamando «una mayor limpieza y mantenimiento del cauce».
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