Valladolid

Más de dos años de obras y una carrera de obstáculos en Argales

La avenida mantiene a día de hoy en dicho tramo inicial de seiscientos metros lineales una enorme rotonda de plástico para encauzar la circulación en el cruce con la calle Forja y su calzada se mantiene desnuda de marcas viales, al igual que sus inexistentes pasos para peatones. Los vehículos, al menos, sí pueden circular, aunque sin líneas pintadas, por sus dos carriles (uno en cada sentido) desde finales de mayo, si bien numerosos tramos de estacionamiento continúan cerrados a su uso.

Peor lo tienen los viandantes. Mucho peor. Los peatones se ven obligados a transitar sorteando una interminable, y peligrosa, carrera de obstáculos en forma de boquetes de arquetas al descubierto o tímidamente tapadas con palés, tramos de acera directamente cortados por separadores de plástico o sin adoquinar, huecos de adoquines sin colocar en torno a las farolas y otros elementos del mobiliario, tubos de plásticos de cableado sobresaliendo, ausencia de pasos de cebra y resbaladiza arena esparcida en los tramos de acera que sí están abiertas.

En estos seiscientos metros que arrancan desde el cruce con Daniel del Olmo, la vía principal del polígono industrial, hacia la avenida de Zamora no hay a día de hoy operarios en un tramo que, en teoría, estaba prácticamente acabado el 27 de mayo, cuando se asfaltó la calzada y se abrió la avenida al tráfico después de los primeros dieciocho meses de obras, en los que estuvo cerrada.

Fue un primer año y medio interminable en el que el polígono sufrió atascos continuos al coincidir durante ocho meses con el cierre parcial del maltrecho viaducto de Daniel del Olmo, que se reabrió a la circulación el pasado 1 de febrero después de que su tablero fuera literalmente atornillado a sus pilares -nada menos que con 1.909 tornillos- para prolongar, aunque aún con restricciones, su vida útil. Por él aún no pueden pasar vehículos de más de dos toneladas por eje, es decir, ni camiones ni autobuses a la espera de una intervención mayor para afianzar definitivamente su estructura. Para ello se ha reservado una partida de 300.000 euros en 2025, que servirá para la redacción del proyecto de construcción en superficie de un nuevo paso elevado (nada de túneles) que lo sustituye. ¿Cuándo? Es una incógnita más allá de que las obras difícilmente comenzarían antes de 2026.

De vuelta a la avenida de El Norte de Castilla (antigua calle General Solchaga), en ella tampoco hay paradas de autobuses desde que comenzaron las obras de urbanización en aquel lejano mes de noviembre de 2022. Eso sumado a la imposibilidad de que los vehículos de Auvasa puedan utilizar el viaducto que conduce al Paseo de Zorrilla hace que todas las líneas urbanas pasen a día de hoy, y desde también casi dos años, solo por el tramo inicial de Daniel del Olmo y que solo pueden circular por la calle Vázquez de Menchaca, la otra vía transversal paralela a la avenida de El Norte de Castilla, que une Daniel del Olmo con la avenida de Zamora. Auvasa, de hecho, solo mantiene paradas operativas en el área industrial en Vázquez de Menchaca y, en el caso de Daniel del Olmo, al borde de la intersección de dichas calles y al borde de la avenida de Madrid.

Las obras en la avenida, no obstante, no están paradas y los operarios trabajan desde finales del verano, después un parón forzoso de más de tres meses fruto de un trámite administrativo, en la urbanización del último tramo entre el número 30 y la desembocadura en la avenida de Zamora. Allí los peatones directamente no tienen paso alguno habilitado, al estar picadas las aceras a los dos lados, y tan solo se han comenzado a adoquinar las aceras, los parterres y los estacionamientos del lado de los números impares. Este tramo se corresponde al urbanizado en 2022, justo antes del inicio de la obra en la avenida, en el marco del fallido proyecto de renaturalización Indnatur, que en esta parte de la avenida se tradujo en la colocación de unos pequeños parterres y jardineras y en dos estrechos carriles bici que nadie utilizó. Los propios empresarios pidieron desde el principio que se eliminara este tramo y se igualara con lo ejecutado en los otros seiscientos metros, es decir, con amplias aceras adoquinadas y parterres ajardinados entre las mismas y los espacios de aparcamiento en paralelo.

Y así lo aprobó finalmente el Ayuntamiento justo después del pasado verano, cuando se dio luz verde a este intervención cuando aún no había acabado la obra en el tramo anterior de la avenida de El Norte de Castilla. El plazo de ejecución, a contar partir de octubre, para completar la obra en toda la extensión de la calle, los novecientos metros entre Daniel del Olmo y la avenida de Zamora, era de cinco meses, es decir, que marzo del año que viene debería estar, por fin, concluida una obra iniciada hace veinticinco meses y en la que se previó una inversión inicial de 2,3 millones de euros que a buen seguro se ha disparado. Y todo ello en una calle que ronda las cuarenta empresas.

¿Por qué no se ha rematado antes el primer tramo ya ejecutado para hacerlo transitable? «Cuando retomaron las obras en esta parte final pedimos que acabaran la primera fase, pero la respuesta fue que primero acabarían el tramo de Indnatur para después realizar los remates en el tramo anterior», recuerdan desde la asociación de propietarios del polígono de Argales, cuya sede linda precisamente con la avenida de El Norte de Castilla, en la esquina con Daniel del Olmo.

Los empresarios, en cualquier caso, urgen «la conclusión de las obras de la avenida» y, aunque agradecen que se les haya escuchado en cuanto a la ampliación de la urbanización al tramo de Indnatur, advierten de que sigue pendiente, y con el proyecto hecho desde hace más de tres años, la reurbanización de Daniel del Olmo, la arteria principal del área industrial, y una intervención similar en la calle Vázquez de Menchaca. «Parece ser que los problemas del viaducto pueden retrasarlo todo, pero las intervenciones en estas dos calles son más que necesarias», inciden.