Valladolid

Un parche de 1.909 tornillos prolongará la vida útil del viaducto de Argales

Esto último ocurrirá el próximo jueves (1 de febrero), cuando se retirarán las balizas que cortaban el paso de un carril en cada sentido (los más cercanos a las aceras), pero esta vuelta a la normalidad será relativa. El apeo o soporte colocado en el viaducto solo permitirá por ahora facilitar el paso a vehículos ligeros, eso sí, por los cuatro carriles disponibles. De maneras que los camiones, en un área industrial que recibe a diario a decenas de vehículos pesados, y los autobuses (por allí pasan nueve líneas urbanas) no podrán utilizar está vía de acceso a la espera de una solución definitiva, que no se atisba a corto o medio plazo, para asegurar esta infraestructura.

El viaducto en cuestión, que permite salvar el lecho ferroviario para comunicar Zorrilla con la arteria principal de Argales, ha pasado en estos últimos meses por el quirófano para afianzar una estructura de hormigón que hasta ahora soportaba el paso de cientos de vehículos ligeros y pesados a diario. Para ello se han colocado una suerte de tiritas metálicas acopladas a los laterales de sus diez pilares y a los dos muros de sujección que soportan los 110 metros de longitud del tablero, por 16 de ancho. Estas vigas metálicas están acopladas a la estructura con la friolera de 1.909 tornillos de grandes dimensiones.

Este aparatoso apeo, sin embargo, no será suficiente para que el veterano paso de hormigón vuelva a asumir el paso de vehículos pesados. Así que el próximo 1 de febrero se reabrirán sus cuatro carriles, dos en cada sentido, pero solo para vehículos ligeros (léase turismos, furgonetas, motos...).

Fuentes municipales confirman que el paso al tráfico pesado (camiones de más de dos toneladas por eje y autobuses) continuará restringido 'sine die' como viene ocurriendo desde que comenzó la intervención de urgencia para consolidar la estructura el 30 de mayo del año pasado. De manera que, a la espera de una posible solución definitiva, que podría pasar inicialmente por la colocación de un nuevo refuerzo, ya que este punto no está incluido en el actual proyecto de integración ferroviaria, se mantendrá la señalización vertical que advierte de la prohibición de circular por el viaducto para los citados vehículos de más de dos toneladas por eje.

Eso después de ocho meses de obras en los que además, de adosar las citadas tiritas con sus 1.909 tornillos, se han renovado las juntas de dilatación de la parte superior de la calzada para reforzar la seguridad del tablero al paso de los vehículos.

De forma que el polígono de Argales, que viene sufriendo atascos a diario desde hace meses, antes incluso de las restricciones que cortaron dos carriles en el viaducto de Daniel del Olmo, continuará soportando el paso de camiones y autobuses concentrado, sobre todo, en la calle Vázquez de Menchaca, principal vía de entrada y salida al área industrial entre la avenida de Zamora y Daniel del Olmo, debido a las obras de urbanización de la perpendicular avenida de El Norte de Castilla (antigua General Solchaga).

Las obras en la avenida, que comenzaron en noviembre de 2022, continúan cortando un carril entre Daniel del Olmo y el cruce con Forja y entre este último y la avenida de Zamora, sin fecha para su reapertura. Allí están ya prácticamente acabados los trabajos de urbanización (ampliación y adoquinado de aceras, habilitación de aparcamientos...) en el tramo completo entre Daniel del Olmo y la avenida de Zamora. El problema es que el final de la intervención incluye la retirada de los postes de la luz que aún ocupan las antiguas medianas. Y los postes siguen allí.

El proyecto, en este sentido, incluye la eliminación de las medianas, a costa del soterramiendo del tendido eléctrico, con el fin de habilitar un único carril de circulación en cada sentido en viales amplios que facilitarían el paso y las maniobras de los vehículos pesados. Estos últimos ahora no pueden circular por allí, al igual que los autobuses, y tampoco por el viaducto de Daniel del Olmo. Así que Vázquez de Menchaca, sobre todo, se ha convertido desde hace meses en la principal vía de escape y de acceso al polígono para todo el tráfico pesado, y también para el ligero, del área industrial y allí se suceden a diario los atascos en sus cruces con la avenida de Zamora y Daniel del Olmo.

Los empresarios del polígono vienen reclamando desde hace meses la agilización de los trabajos y, en el caso del viaducto, una solución definitiva para recuperar el paso de camiones y autobuses. Las restricciones para la circulación por el paso elevado mantendrán, en este sentido, los desvíos de nueve líneas de Auvasa (C2, 16, 26, H, P1, P2, P7, PSC1 y PSC3). Los coches y el resto de vehículos ligeros podrán, al menos, utilizar el viaducto al completo a partir del 1 de febrero.