Diez lugares que demuestran la importancia de Valladolid en el arte y la literatura

Os proponemos un breve paseo por Valladolid en el que nos acercaremos a monumentos, museos y lugares emblemáticos que hayan conquistado a los turistas y cuya historia no muchos conocen. La literatura y el arte han dado forma a estas leyendas que sirven para aconsejar a los viajeros que deseen rodearse de la cultura de Valladolid y que se dispongan a conocer algunos datos sobre los lugares más idílicos de la ciudad.

El Museo Nacional de Escultura es un referente para las artes en todo el país. Está localizado en el antiguo Colegio de San Gregorio, que fue levantado a finales del siglo XV por Alonso de Burgos, quien fuera obispo de la ciudad de Córdoba, Cuenca, Palencia, y profesor de los Reyes Católicos. Este edificio presenta una arquitectura gótica tardía y es uno de los baluartes del estilo plateresco de nuestro país. Cuatrocientos años más tarde se funda, en 1842, el Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid y no sería hasta en 1933 cuando fuera catalogado como uno de los mejores museos de España, elevando la categoría del mismo a Museo Nacional de Escultura.

En él se puede encontrar el trabajo de muchos de los artistas que se han mencionado a lo largo de esta serie. Pero, sobre todo, las tallas del famoso artista Alonso de Berruguete, hijo del pintor Pedro de Berruguete y que se codeó con los grandes pintores y escultores del Renacimiento. En el Museo Nacional de Escultura se encuentra una preciosa réplica del 'Laocoonte'.

Este lugar emblemático ocupa una de las avenidas más famosas de Valladolid. Al menos lo era durante el renacimiento vallisoletano, cuando Miguel de Cervantes Saavedra acompañara a Felipe III durante la mudanza de las Cortes desde Madrid a esta ciudad al comienzo del siglo XVII.

En esta preciosa casa vivió el autor del 'Quijote' y, mientras la habitaba, se publicó en Valladolid la primera parte de este clásico universal que tanto ha dado a la cultura española. En ella también escribió obras como 'El Coloquio de los Perros', o 'El Casamiento Engañoso'. Hasta en dos ocasiones la Casa de Cervantes fue el centro de las miradas de los ciudadanos. En primera instancia, cuando se viera envuelto en un asesinato del que, por azar o conveniencia, se le acusó. Gracias al sentido común, acabó exculpado de los cargos.

En otra ocasión, Cervantes recibiría en su puerta serias misivas en su contra y en la del antihéroe castellano, don Alonso Quijano. Se cree que estas cartas las había escrito Luis de Góngora.

El Museo se inauguró oficialmente en 1948, habiendo transformado la residencia en un espacio dedicado a la vida y obra de Cervantes y restaurados los interiores para reproducir la vida de Miguel de Cervantes durante el siglo XVII.

La Catedral de Valladolid, o mejor conocida como la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, fue levantada en 1580 bajo el diseño de Juan de Herrera.

Tomó el relevo de las obras Juan Gómez de Mora, quien en 1668 añadiera la torre norte pero la falta de recursos durante el siglo XVII hizo que las actuaciones se vieran retrasadas durante varios años. Aunque durante el siglo XIX se llevasen a cabo diversas remodelaciones, la apariencia de la Catedral permanece prácticamente incólume desde el siglo XVII. En su interior se puede disfrutar del estilo herreriano de su arquitecto, pero destaca una pieza fundamental: la Custodia. Fue confeccionada por Juan de Arfe y Villafañe, quien fuera reconocido junto a Berruguete como uno de los principales exponentes artísticos de la historia de Valladolid.

Esta obra de bronce, realizada por el artista Francisco Coullaut, esconde mucha información sobre uno de los reyes más prolíficos de nuestro país. Felipe II nació en Valladolid y su estatua se sitúa en la famosa Plaza de San Pablo, habiendo sido colocada en 1964.

Felipe II fue quien ordenó construir el famoso Palacio de El Escorial, en Madrid. Su historia es laberíntica y plantea miles de misterios. Uno de ellos, es la creación de una vasta biblioteca en el hastial central de una de las naves laterales. La localización de esta biblioteca de El Escorial es muy curiosa, pues está emplazada en el lugar menos idóneo del palacio, con intención de hacer descender al visitante y poder sentir la presión del conocimiento. A todos los libros de la biblioteca de El Escorial de Felipe II se les dio la vuelta y se pintaron sus lomos del color del oro. ¿Tiene esto una razón? Felipe II fue uno de los reyes más importantes de nuestro país y su obsesión con la numerología y la astrología bien podrían haberlo obligado a darle explicaciones al Tribunal de la Inquisición. Pero si había un libro que le interesaba por encima de todos ese era, sin duda, el misterioso Picatrix.

La Plaza mayor de Valladolid aún conserva el esplendor del que un día hiciera gala en el siglo XVI. Su origen es de sobra conocido, pues en 1561, durante la celebración de la festividad del apóstol San Mateo, un devastador incendio comenzó a destruir cientos de casas, llegando a eliminar del panorama arquitectónico de la ciudad edificios emblemáticos. Felipe II y Francisco de Salamanca, el arquitecto, plantearon un nuevo proyecto de plaza regularizada y armónica muy novedoso puesto que el modelo rectangular y la base porticada no habían sido implantados aún en ninguna otra ciudad de España.

La Plaza Mayor de Valladolid fue una de las primeras en implantar este modelo de arquitectura inclusiva, que permitía a los viandantes, en caso de lluvia, refugiarse bajo los soportales o a los mercaderes colocar su puesto bajo los arcos que adornan la bella estampa.

Esta iglesia, de la que apenas quedan retazos de lo que un día fue, es un importante recuerdo del patrimonio artístico de Valladolid durante la Edad Media. Fue ordenada construir por el conde Pedro Niño, protagonista de varias novelas escritas por su propio alférez, Guitierre Díez de Games, llamadas algunas de ellas El Victorial o Crónica de Pedro Niño. Fue un experimentado explorador y trabajó para la Corona de Aragón y el Papado de Aviñón durante las últimas décadas del siglo XIV.

La Iglesia fue reconstruida en la década de 1980, debido a un colapso del que tan solo sobrevivió su torre principal, aún hoy en día en pie. Vale la pena observar la imponencia de la torre, que se yergue sobre los edificios de viviendas aledaños, construidos sobre el cadáver de la antigua Iglesia.

Posee una importancia espectacular, y así lo determina una placa colocada en la base de la Torre, pues aparece mencionada en 'La Gitanilla', una de las doce novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. «Nuestra reina Margarita salió a misa de parida en Valladolid y se fue a San Llorente (Lorenzo)». Si quieres conocer el simbolismo y los secretos escondidos por Cervantes en 'La Gitanilla', puedes hacerlo en este artículo sobre la obra del manco en Valladolid.

Jorge Guillén, fue un famoso poeta y escritor perteneciente a la Generación del 27 que nació en Valladolid en 1893. Hubo de someterse a una persecución sistemática durante la dictadura de Franco y fue uno de los poetas exiliados a América, donde ejerció como profesor universitario muchos años. Fruto de esta sensación de desplazamiento obligado, su hijo, Claudio Guillén, ha expresado sus teorías sobre el exilio en su libro 'El Sol de los Desterrados'.

Se inauguró, 105 años después de su nacimiento, una bella escultura en el centro de Valladolid, elaborada por el escultor Luis Santiago Pardo, quien también realizase la placa en la casa en la que nació el escritor. Este decía siempre sobre Valladolid: «Mi ciudad es fuego, y yo soy chispa».

Por un estrecho pasadizo, nos adentramos en la primera plaza de toros que tuvo Valladolid. Aunque no se hace mención expresa en la historia, la novela de Miguel Delibes 'Toro' bien podría estar basada en esta pequeña plaza circular a la que se asoman decenas de ventanas de viviendas que son comúnmente fotografiadas por los visitantes.

Fue construida en el siglo XVIII por el arquitecto Manuel Machuca y, aunque estuvo dedicada a las representaciones taurinas, también ha servido para escenificar desfiles militares y funciones teatrales.

Esta es una de las imágenes más imponentes de la ciudad de Valladolid, la escultura levantada en honor al repoblador de Valladolid, Pedro Ansúrez, ubicada en el centro de la ciudad. Esta obra tiene más de 120 años y fue confeccionada por el escultor Aurelio Rodríguez Vicente-Carretero.

Este personaje histórico fue fiel compañero de juegos de Alfonso VI de León, hijo de don Fernando y doña Sancha, quienes levantasen la ermita en la que luego se convertiría la famosa Real Colegiata Basílica de San Isidoro. Este no es el único lugar en el que descansa un retrato de Pedro Ansúrez; en la sala de recepciones del Ayuntamiento de Valladolid, está ubicado otra efigie del fundador de la ciudad. Además de influir notablemente en la creación y fundación de Valladolid, mandó construir un palacio dedicado a sí mismo, un puente sobre el río Pisuerga y la Iglesia de Santa María de la Antigua.

La ruta de la lengua es uno de los itinerarios culturales más importantes del presente siglo. Señala el paso de la lengua y del castellano por la superficie y el territorio español, pasando por cinco localidades importantes que ayudaron a la implantación de la lengua en nuestro país. Esas ciudades son Ávila, Salamanca, Alcalá de Henares, Santo Domingo de Silos y Valladolid. Están asociadas a lugares de la historia y la evolución del idioma español. Buscan promover conocimiento y difundir la sustancial importancia del castellano en nuestra cultura.

La iniciativa surgió en 2002 de la mano de la Fundación Camino de la Lengua Castellana y fue reconocido como Itinerario Cultural Europeo en el mismo año por el Consejo de Europa. Encontraremos, a lo largo de todo el recorrido, las referencias literarias a grandes representantes de las bellas artes, como Elio Antonio de Nebrija, Calderón de la Barca, Unamuno, Rosa Chacel, José Zorrilla o Cervantes entre otros.

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