Lo primero que dijo el acusado de aspecto más fiero por su tatuaje del rostro y sus más de cien kilos de peso, antes de que la fiscal del caso de la Circular comenzara su interrogatorio este jueves fue: «Quiero pedir disculpas a ... la familia de María y a todo el mundo». Anton Androv Mihaylov, alias 'Tyson', uno de los tres sicarios que asaltaron la vivienda de la Circular, ha realizado un relato pormenorizado del día de autos, todo lo ocurrido el 17 de octubre de 2018 que terminó con un robo fallido y la muerte en el pasillo de su vivienda, atada y amordazada, de María Aguña, a los 73 años, después de varias horas de agonía.
Anton Androv ha situado pormenorizadamente y sin dudar a cada uno de los seis implicados en su papel y ha desmantelado la coartada de que se trataba de una simple 'cuadrilla' contratada para hacer obras en el local del 'dentista', Rubén Alonso Rocher. Solamente ha tenido dos contradicciones en dos puntos respecto de lo que declaró al poco de ser detenido por la Policía ante la jueza de instrucción. Ahora sostiene que los dos Gabrieles (Emilov Kamenov y Miladenov Krasimirov, sus compinches en el asalto al piso, no golpearon a la propietaria de la vivienda, y tampoco que uno de ellos le robara varios anillos de oro. La fiscal Carmen Muñoz Martín pidió entonces al magistrado presidente que se proyectara el video de su declaración en el Juzgado de Instrucción 3 para que el jurado apreciara el cambio de sus declaraciones.
«¿Por qué cambia ahora lo que dijo en el Juzgado?», ha preguntado la representante del ministerio fiscal? «Porque la Policía me dijo que si decía lo que ellos querían me soltarían», ha manifestado el acusado.
Cada vez que se mencionaba a María, el acusado se alteraba, incluso se negó a mirar la fotografía en la que la víctima aparecía tirada en el suelo y aún con la mordaza
Visiblemente alterado cuando tenía que referirse a la dueña de la casa asaltada, ha reiterado varias veces que en ningún momento hubo intención «de hacer daño a la señora», que ese no era el objetivo, sino la caja fuerte, que finalmente no encontraron porque dos timbrazos del telefonillo del portal les asustaron y huyeron precipitadamente. Por eso insiste en que dejaron a María con la cinta americana puesta en boca y parte de la nariz y todavía atada. «Ella respiraba cuando pasé por su lado para irnos y dejé la puerta sin cerrar, entornada». Asegura que pensaba que la iban a socorrer porque cuando bajaron al portal y ya saliendo a la calle, se toparon con dos personas en la puerta, los que habían llamado al timbre del portero automático.
Más información sobre el crimen de la Circular
Según ha relatado el procesado, sobre el día de autos, su participación en el crimen empezó el mismo 17 de octubre de 2018, por la mañana temprano, cuando Emil Artinov Minayan, a quien debía 500 euros y a quien conoció un año antes porque frecuentaba la discoteca de Cuéllar en la que este estaba de portero, le llamó. Emil le recogió en torno a las seis y media de la mañana en San Martín de Rubiales y le trajo a un local en Valladolid. El motivo, ha explicado, es que le iba a presentar a alguien que conseguía créditos para saldar su deuda. En ese local, de Rubén, se juntaron todos los acusados y no precisamente para hablar de la reforma del local, sino de los créditos «y de dinero rápido». Rubén «empezó a hablar de una casa en la que había dinero y Arso iba traduciendo». El 'dentista' (Anton pensó, dijo, que era policía y que les iban a tender una trampa, porque estaba «muy bien vestido») explicó pormenorizadamente lo que tenían que hacer. «Nos dijo que su tía tenía mucho dinero y proponía robar en casa de su tía, dio explicaciones de todo, que conocía a su hijo y a Cristina, la pareja de este, y que fue esta la que le dio la información». El plan parecía sencillo, ha indicado: había que entrar y buscar la caja fuerte tras un cuadro en la pared, que se sacaba fácilmente sin herramientas y llevársela porque pesaba poco. Que tenían que hacerlo con la propietaria de la vivienda dentro porque el piso tenía alarma.
Afirma que el plan era de Rubén Alonso y que toda la información para dar el golpe la obtuvo de Cristina, la pareja del hijo de María
Tras el reparto de tareas y comprar cinta americana y una caja en la que iban a meter la caja fuerte, ha relatado el acusado que se desplazaron en dos coches hasta la Circular. Emil se fue a aparcar el coche y dejó a los tres sicarios en las inmediaciones de la gasolinera y cuando llegaron al inmueble 9 de la Circular ya estaba dentro del portal Arso Atanasov y fue Rubén Alonso, que también les esperaba fuera, quien llamó al telefonillo (porque era el español y su acento no levantaría sospechas, afirma) y dijo a María que tenía un paquete de Correos para ella y tenía que firmar. La mujer abrió. Ya en el descansillo del piso, uno de los Gabrieles se puso delante de la puerta con la caja, el otro detrás de él y 'Tyson' se ocultó para que no le viera la cara. La mujer abrió casi simultáneamente a su llegada, sin que tuvieran que volver a llamar al timbre. Entonces la empujaron y sujetaron, mientras que Anton entraba en el piso. Su misión era buscar la caja de caudales, pero no la encontró. Antes puso más fuerte el volumen de la televisión para que no se oyeran los gritos de la mujer, mientras los dos Gabrieles la maniataban y amordazaban con la cinta para seguir buscando. Revolvieron toda la casa pero no la encontraron. «El plan de Rubén era que la atáramos y cuando consiguiéramos la caja, la desatáramos. Si nos hubiera dicho que había que matarla no habríamos aceptado», ha subrayado Anton.
Muy alterado cuando se le mostró una de las fotografías de la fallecida en el lugar del crimen, tal es así que se negó a verlas, el acusado ha insistido en que «no queríamos hacer daño a la señora». Cuando los timbrazos frustraron el plan, se asustaron, huyeron y se alejaron lo más posible del lugar. Llamaron a Emil Artinov para que les recogiera, lo que hizo en la avenida de Juan Carlos I y en otro coche les seguían Rubén y Arso.
La discusión
En el trayecto, los tres sicarios relataron a Emil lo que había ocurrido en la vivienda. «Emil empezó a gritar cuando le explicamos que dejamos allí a la mujer con el 'celo' y golpeaba el volante». Cuando llegaron al descampado de la Fasa, próximo a Laguna de Duero, salieron de los vehículos y se enzarzaron en una violenta discusión. «En el polígono hemos empezado a discutir porque nos han mentido, pensábamos que nos habían hecho una trampa y nos podía coger la Policía. Arso y Rubén pensaban que teníamos la caja y no queríamos darles el dinero. Rubén y Arso querían volver al piso a buscarla, pero les dijimos que la señora estaba en el suelo, atada y amordazada y la puerta abierta. Arrancaron el coche fuertemente y se fueron».
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