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Lucía Huergo y Ángel Alba 'Lolo', propietarios de la taberna La Valiente, brindan con un vino blanco. José Carlos Castillo
La bodega de El Norte

Una cata de vinos sorpresa solo apta para valientes

Comida tradicional y rotación de vinos constante, esa es la innovadora propuesta de este pequeño establecimiento situado al lado del Mercado del Val de Valladolid

Beatriz A. Casares

Valladolid

Lunes, 7 de octubre 2024, 06:56

Hay un pequeño establecimiento de tan solo 35 metros cuadrados al lado del Mercado del Val de Valladolid, que es todo un templo del vino. Su propuesta se basa en la rotación de vinos constante. Una tarea que sus propietarios, Lucía Huergo y Ángel Alba 'Lolo' desempeñan con esmero, además, no solo se pueden probar, sino que explican todo lo que quieras saber de cada vino, porque ambos son sumilleres y los han catado antes.

La Valiente es una taberna de vinos y tapas, en la que la filosofía es tener vinos diferentes por copas. Por ello, cada semana comparten hueco en el mostrador vinos de Ribera, Cigales, El Bierzo, Australia, Francia y Portugal con el objetivo de acercar estas bebidas a los vallisoletanos.

El funcionamiento es sencillo: le preguntan al cliente que le apetece hoy y escuchando determinan que vino es el que le puede venir bien para ese día. Una vez hecha la elección abren la botella, le dan a probar y la persona decide si le apetece ese vino o no le apetece.

Comida tradicional con el sello de mamá

Para acompañar los vinos tienen una carta de comida tradicional, inspirada la experiencia de cuando ellos vivían fuera de sus casas familiares y llamaban a su madre para hacerle una visita. '¿Qué quieres que te cocine ese día?', la respuesta a esa pregunta materna es la semilla de su elección de comidas. «Hemos intentado recuperar los sabores de la cocina de las mamás y las abuelas. Para que la gente cuando llegue a La Valiente este como si estuviera en su casa», asegura Lolo y reconoce que les gusta sacar propuestas fuera de carta: «Somos muy inquietos».

Una de sus especialidades son las gildas, siempre tienen tres de la casa y otra que la van cambiando cada semana o cada mes, «según vaya funcionando». Otro de los alimentos con más éxito, además, con premio del programa de radio 'En un lugar de la panza', son las croquetas de chorizo y leche asturianos.

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Una veintena de vermuts diferentes

La extensa variedad de vermuts es otro de los detalles que les caracteriza. Empezaron con cuatro botellas y la gente lo demandaba tanto que ya tienen 22 diferentes. Los habituales les preguntan '¿Qué vermut tienes nuevo esta semana?', y al ser un producto que funciona, no dejan de buscar propuestas nuevas. «Preguntamos si les gustan más dulces, más amargos, los damos a probar y el que más les cuadra es el que les servimos ese día», detalla el copropietario de La Valiente.

Una cata de verdejo con Lolo

Para realizar esta cata, el copropietario de La Valiente propone un vino verdejo, concretamente un Clavidor, de Bodegas Vidal Soblechero de la zona de Rueda. Lolo comienza la cata explicando una preparación previa: «Es fundamental tener una buena luz natural o una luz blanca y estar en condiciones para catar, bien hidratado».

Empezamos por la fase visual, acercamos la copa a la altura de los ojos y vemos «un vino limpio, que no está turbio«. Un vino cristalino, que eso es superimportante. Seguimos por la fase olfativa. Lo olemos a copa parada para ver la intensidad del vino, si a copa parada los aromas se aprecian muy bien es un vino que tiene una aromática muy alta. Luego lo tendremos que mover, agitamos el vino para que se caliente en las paredes de la copa y lo que va a hacer es que esos matices suban hacia arriba y nos sea más fácil percibir esos aromas del vino.

En la fase olfativa diferenciamos entre aromas primarios, secundarios y terciarios. Los aromas primarios son los que te dan la variedad del vino, en este caso la uva verdejo y los matices que se aportan en la fermentación. Los matices secundarios los da la crianza del vino dependiendo de si se ha criado en lías, de si ha pasado por barrica o si ha tenido huevo de hormigón. Los matices terciarios, que en este caso no los va a tener porque es un vino joven del 2023, son los matices que el vino va cogiendo a lo largo de esa crianza en la botella. Los blancos suelen tener fruta verde, tropical o cítricas. Luego pueden tener matices herbáceos o herbales como puede ser la menta, el eucalipto, el regaliz y pueden tener especias como la pimienta blanca o negra. Asimismo, hay matices relacionados con los suelos si el viñedo ha tenido siles, calizas o arcillas, que se notan más en boca.

En la fase organoléptica, es decir, cuando probamos el vino, lo oxigenamos un poco en boca, vemos que tiene un sabor afrutado y un largo final. Al tragar el vino vemos el resto de matices que hemos probado con la retronasal. Así es una cata de vino blanco con Lolo, aunque él asegura que el tema de la cata está bien, pero «lo importante es disfrutar del vino y dejarse de tanta tontería».

Y la semana que viene...

Algunos de los viñedos de la zona se iluminan por la noche, se trata de la vendimia nocturna. ¿Por qué y para qué se realiza? ¿Qué costes tiene? ¿Cómo se lleva a cabo? ¿Qué deferencias tiene con la vendimia tradicional?

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