Una pareja pasea a sus dos retoños en sendos carrito por una céntrica calle de Segovia. A. de Torre

El 21% de los pueblos de Segovia no celebra un nacimiento desde 2015

La crisis de natalidad se agudiza en el último año, en el que la tendencia descendente ha marcado un nuevo suelo histórico

Sábado, 18 de febrero 2023, 08:44

La salvedad demográfica de la provincia, la única de Castilla y León que ganó habitantes el año pasado, descarta la natalidad como una de sus razones de ser. La natalidad agudizó su tendencia descendente y buscó hasta encontrarlo un nuevo suelo histórico. Desde 1975, época ... a la que se retrotraen las series recopiladas y publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), nunca había habido un número tan parco de recién nacidos.

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Por primera vez en estos 47 años que revisa el organismo oficial, los alumbramientos bajan de la barrera de los novecientos. La crisis de natalidad se agrava, porque este nuevo mínimo no es más que el último eslabón de una cadena de descensos en la cifra de nacimientos que se suceden a lo largo de los últimos catorce años.

Desde 2008 solo hay dos excepciones que confirman la regla de una natalidad a la baja. Los ejercicios 2014 y 2021 rompieron momentáneamente la tónica anual. Los 860 nacimientos del año pasado marcan un hito de mínimos en la evolución de la maternidad. Es, además, la segunda provincia de España en la que más se redujo la cantidad de alumbramientos durante 2022. Los recientes datos del INE señalan que el hundimiento de un año a otro rondó el 11,1%. El único territorio en el que hubo que lamentar menos buenas nuevas por la llegada al mundo de un recién nacido fue Guadalajara, donde los nacimientos se desplomaron un 16,4%.

No hay que irse muy lejos para encontrar otras provincias que arrastran sus respectivas crisis de natalidad y que incluso tuvieron menos motivos para celebrar la llegada al mundo de un nuevo vecino al contabilizar menos nacimientos. Ávila, por ejemplo, también experimentó un descenso el curso pasado, como indican los datos del Instituto Nacional de Estadística, pero la bajada no fue tan agresiva (un 3,7%) como la padecida en Segovia. Esta vecina de comunidad autónoma sí está por debajo en cuanto a la cifra de recién nacidos en 2022, con 842 alumbramientos. Soria, por su parte, tiene el dudoso honor de ser la provincia española que menos nacimientos celebró el pasado año, con 524. También se apuntó una leve caída de la natalidad del 1,7%, lejos del abrupto desplome segoviano.

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CRISIS DE NATALIDAD EN LA PROVINCIA

  • Sin nacimientos entre 2015 y 2021: Adrada de Pirón; Aldealengua de Pedraza; Aldealengua de Santa María; Aldeanueva de la Serrezuela; Aldehuela del Codonal; Arahuetes; Arevalillo de Cega; Bercimuel; Calabazas de Fuentidueña; Castro de Fuentidueña; Castrojimeno; Cedillo de la Torre; Cilleruelo de San Mamés; Cobos de Fuentidueña; Cozuelos de Fuentidueña; Cubillo; Domingo García; Fuente el Olmo de Íscar; Fuentepiñel; Honrubia de la Cuesta; Laguna de Contreras; La Matilla; Melque de Cercos; Monterrubio; Moral de Hornuez; Navares de Ayuso; Orejana; Ortigosa de Pestaño; Pajarejos; Pelayos del Arroyo; Perosillo; Puebla de Pedraza; Riaguas de San Bartolomé; Ribota; Riofrío de Riaza; Santa Marta del Cerro; Sotosalbos; Tolocirio; Torreadrada; Valdevacas de Montejo; Valdevacas y Guijar; Valle de Tabladillo; Valleruela de Sepúlveda; Ventosilla y Tejadilla, y Villaverde de Montejo.

  • Un nacimiento entre 2015 y 2021: Adrados; Aldealcorvo; Aldeanueva del Codonal; Aldeasoña; Aldehorno; Caballar; Castroserna de Abajo; Castroserracín; Corral de Ayllón; Funetesoto; Membibre de la Hoz; Migueláñez; Navafría; Navares de Enmedio; Rebollo; Satiuste de Pedraza; Valdeprados, y Yanguas de Eresma.

Otros convecinos de la comunidad castellana y leonesa, los zamoranos, completan la terna de provincias que, en el ámbito peninsular, todavía registraron menos nacimientos que Segovia en 2022. En concreto hubo 709, con un retroceso similar al de Ávila del 3,1%. Si se amplía el espectro de la comparación geográfica, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla también estuvieron por debajo de los 860 alumbramientos.

En el cómputo regional, Castilla y León vio cómo el curso pasado aumentaba ligeramente la natalidad, un 0,7%, mientras que el conjunto del país acusaba una disminución del 2%, o lo que es lo mismo, 7.011 bebés menos al cierre de 2022 que en 2021.

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Los pueblos más pequeños

La retrospección que brinda el INE a través de sus estadísticas pone de manifiesto la crisis de natalidad que arrastra la provincia en general y el disperso, diseminado y envejecido medio rural, en particular. A tenor de los datos oficiales, 45 de los 209 municipios de que componen el mapa segoviano no han tenido la ocasión de saludar el alumbramiento de un nuevo vecino en siete años, entre 2015 y 2021. A falta de concretar los nacimientos por localidades registrados en 2022, otros dieciocho pueblos han tenido solo un recién nacido en ese mismo periodo de tiempo.

Los términos más pequeños en cuanto al padrón son los que acaparan esta falta de natalidad que arrastra la provincia. Localidades como Perosillo, Aldeahuela del Codonal, Arahuetes, Arevalillo de Cega, Calabazas de Fuentidueña, Pajarejos, Ventosilla y Tejadilla o Villaverde de Montejo, cuyos padrones están por debajo de los treinta residentes son algunas de las que conforman la lista de pueblos sin nacimientos en los últimos siete años. En esta relación solo hay dos poblaciones que poseen más de cien vecinos empadronados, que son Sotosalbos (133) y Cozuelos de Fuentidueña (117), según la estadísticas demográficas del INE correspondientes a 2022.

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En cuanto a los municipios que desde 2015 solo han celebrado una vez la llegada al mundo de un nuevo convecino, el de más entidad por presentar un padrón más nutrido es Navafría, con 290 residentes. Dentro de esta lista figuran otros términos con padrones por encima del centenar de habitantes, que son Adrados, Fuentesoto, Yanguas de Eresma, Migueláñez y Aldeanueva del Codonal; el resto no supera ese listón, siendo el más pequeño Aldealcorvo, con 19 personas registradas como residentes.

Incentivos como en Mozoncillo

Cuatro de cada diez recién nacidos son de la capital segoviana, que también acusa el descenso de natalidad. Encadena tres años de curva a la baja después del repunte que hubo en 2019, justo antes de la irrupción de la pandemia del coronavirus y de la activación de la alerta sanitaria. Las poblaciones situadas en el cinturón metropolitano mantienen un nivel de nacimientos, con altibajos, más o menos constante y constituyen la otra gran 'reserva' de nuevos segovianos. Cuéllar es la segunda localidad con más alumbramientos, a tenor de los datos del INE, con entre sesenta y setenta nacimientos anuales, junto a El Espinar, que también ronda esas cifras.

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Jesús Martín, alcalde de Mozoncillo, enseña una vivienda de titularidad municipal que se ha alquilado a una familia para asentarse en el pueblo. A. de Torre

Hay pueblos que intentan revertir el fenómeno de la despoblación que vacía el medio rural y lanzan iniciativas para fijar residentes de nuevo cuño. Uno de los más insistentes es Mozoncillo, cuyo Ayuntamiento lleva ya algunos años proponiendo ventajas para aumentar su vecindario. El alcalde, Jesús Martín, revela que sí ha habido personas que se han quedado a vivir en la localidad. Tampoco algo excesivo, matiza. «Es gente de fuera y que tenía que ver con el pueblo y se ha terminado empadronando», comenta el regidor.

Ahora, el Consistorio ha promovido una nueva convocatoria de ayudas para contribuir a la natalidad. Entre las condiciones que regulan el acceso a la subvención económica, todos los miembros de las unidades familiares aspirantes han de estar empadronados en Mozoncillo o adquirir el compromiso de estarlo durante los próximos cinco años. El alumbramiento del nuevo vecino o la adopción, fórmula de rejuvenecimiento del censo que también tiene en cuenta la convocatoria, han de producirse desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre del presente año 2023. El Ayuntamiento tiene previsto incentivar con 1.000 euros esta forma de asentar población.

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