María Noel Firpo, psicóloga, atiende una llamada en su casa. El Norte

«Las peores consecuencias a nivel psicológico las veremos más adelante»

La psicóloga segoviana María Noel Firpo relata cómo en estas tres últimas semanas se ha ampliado el espectro de las demandas de ayuda al aumentar las muertes y los problemas laborales

Miércoles, 8 de abril 2020, 11:21

«Soy psicóloga y si te encuentras en una situación de alto nivel de estrés, crisis de angustia o ansiedad o si conoces a alguien ... que esté atravesando por esta situación durante este periodo de aislamiento social, no dudes en escribirme. Estoy dispuesta a escucharte, acompañarte y brindarte mi apoyo». María Noel Firpo tiende así su mano a quienes el coronavirus ha puesto a prueba su salud mental. «Definitivamente no se está preparado para una crisis de esta envergadura, y psíquica o emocionalmente», afirma. «Este escenario hace dos meses solo entraría en un argumento de película de ficción». La psicóloga segoviana, de origen uruguayo, precisa que «en mi profesión lo importante es el 'uno a uno', cada persona y qué estrategias desarrolla para afrontarlo».

Publicidad

Cuando se apuntó al teléfono de ayuda con el que colabora, las dos primeras semanas atendió sobre todo las dificultades de la convivencia entre padres e hijos. «Temas sobre cómo instaurar rutinas, cómo compaginar el teletrabajo con las tareas de los chicos, que eso genera mucha desregulación en ambas partes porque tenemos obligaciones los adultos y exigencias hacia los niños, y para ellos no es el ámbito de estudio natural. Eso se puede hacer muy complicado».

Desregulación emocional

Las consultas han evolucionado y la última semana el espectro de la demanda de auxilio se ha ampliado. Quienes piden apoyo ahora son «personas con mucha desregulación emocional, trastornos de ansiedad, hipocondría, muchos síntomas de no tener ganas de hacer nada, que la casa se le cae encima, incluso sensación de perder el tiempo, y por supuesto personas muy angustiadas frente al ingreso de algún familiar, o incluso por la muerte de alguien cercano».

Muchas de esas personas a las que presta ayuda Firpo son trabajadores a los que la crisis ha generado una incertidumbre laboral casi insostenible. «Lo primero es aceptar las emociones». «Lo importante es reconocernos a nosotros mismos, conocer nuestras fortalezas para poder potenciarlas e intentar ser optimistas. Y en momentos de mucha angustia poder hablar con alguien; aunque por otro lado entiendo que no es fácil», apunta.

Publicidad

En un tiempo en el que hay profesionales, como los sanitarios, a los que se les ensalza como héroes, Firpo matiza que «es importante para ellos y para el resto ubicarlos como personas que están dando lo que más humanamente pueden» en este contexto que ha tocado vivir. La fortaleza que muestran día a día al pie del cañón contra el coronavirus es consecuencia de que «ponen por encima de sus necesidades las de los demás, y de ahí es de donde surgen los valores de entrega, de responsabilidad, de compromiso con su profesión y con una llamada social».

El espejo de los sanitarios

La psicóloga, que agradece y alaba el sacrificio y la solidaridad de estas personas, ve «positivo pensar que eso lo podemos desarrollar todos». María Noel Firpo confiesa que «no me gusta la palabra 'héroes', sin quitar que el trabajo que estén haciendo no sea heroico; pero quizás el ubicarlos como héroes nos distancia, como que tienen algo especial o son de otra pasta», reflexiona. El ejemplo de los sanitarios, para Firpo, se debe interpretar en «reconocer todo lo humano que tiene el estar al pie del cañón día tras día, momentos de fragilidad, de cansancio, de cuestionamientos... y eso para ellos es positivo, porque nos acerca; y por otro lado, creo que nos despierta la inquietud de qué podemos hacer o en qué podemos colaborar, que es lo que está pasando porque hemos visto muchos gestos de generosidad».

Publicidad

Una de las caras más crueles de la crisis del coronavirus no es ya el fallecimiento del ser querido, sino la impotencia de no estar con él en esas últimas horas y ni siquiera poder despedirse en velatorio o funeral. «Eso sin duda es muy duro para el familiar y para la persona que está pasando por ese trance.; además, sin poder tener el apoyo o la compañía física de gente querida para amortiguar la pérdida. Es un trauma», asegura la especialista.

En estos casos, «la elaboración de la pérdida es muy costosa». Firpo revela que «hay como una sensación de irrealidad, como que esto no les está pasando, que sería el mecanismo de negación; y a la vez mucha rabia, mucha ira, mucha impotencia y mucho miedo, porque estamos todos en el mismo bombo». Agrega que «las peores consecuencias a nivel psicológico de esto se verán más adelante».

Publicidad

«No creo que alguien no pueda tener miedo porque es una situación de estrés 'per se'»

Una de las frases más recurrentes en estos días es la de quienes desafían el confinamiento y argumentan que 'el miedo es libre'. Para María Noel Firpo, quienes salen de casa sin razón «están pensando solamente en sí mismas y lo que demuestran es un gesto de mucho egoísmo». La psicóloga agrega que en esta situación de pandemia, «no creo que alguien pueda 'no tener miedo' porque es una situación de estrés 'per se', no sabemos qué puede pasar, y pienso que la sensación de inseguridad a muchos niveles planea sobre el planeta, y si eso no genera miedo, me pregunto por qué». Quienes explícitamente dicen que no tienen miedo, quizás puede ser que «tienen la necesidad de representarse como alguien que no está en peligro». Para Firpo, «es un mecanismo de defensa, si hacemos consciente el miedo real que tenemos, quizás nos venimos abajo».

Para pasar lo mejor posible el confinamiento, opina que «podría ser positivo compartir lo más que podamos con quienes convivimos, hablar más entre nosotros, conectar con nuestros afectos como muchos estamos haciendo por videollamadas, tener el propósito de aprender algo nuevo que nos implique un disfrute personal, en fin, realizar con una simple rutina todo eso que siempre dejábamos para cuando tuviésemos tiempo».

Y cuando todo pase...

Y cuando todo esto pase, ¿qué? Firpo admite ser «optimista». «Creo que lo mejor que podemos sacar de esta crisis es la posibilidad de construir entre todos una sociedad y un mundo más humano y humanizador, donde esos valores que hoy aplaudimos los podamos consolidar, que no sean una excepción en un estado de alarma». Argumenta que «somos seres sociales por naturaleza, nadie puede vivir solo».

Publicidad

«Al abrir las puertas el día que se acabe el confinamiento, el mundo no va a ser el mismo, espero que nosotros tampoco. Se nos ha puesto frente a frente con una realidad que nos tiene que hacer reflexionar como personas y como sociedad». Concluye que «el 'todo saldrá bien' es gracias a los que poco a poco lo están haciendo posible poniendo lo mejor de sí mismos al servicio de los demás», sentencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad