Miguelín cierra su popular frutería de Palencia después de 40 años

Los vecinos de la zona, sus amigos y conocidos se lo repiten una y otra vez. «Me dicen que está extraña la esquina, que ya no parece la misma». Y es cierto. Estos días muchos palentinos se han detenido, extrañados, a observar qué ha pasado. Ya no hay cajas con excelentes productos de la tierra expuestos en la acera, con sus maravillosas escarolas de cabello de ángel, con sus rojos tomates y con lo mejor de la huerta. Algunos leen el cartel de 'Se Alquila', otros miran en el interior del local, con sus figuras de ocas y su mostrador vacío, pero tan ausente ya de clientes y de vida.

La Frutería Miguelín ha bajado la persiana para siempre, después de cuarenta años de atención a los palentinos. Abrió en el puente del Pilar de 1981 y se despidió de su negocio para siempre en la misma fecha cuatro décadas después. «Es un ciclo de la vida, ya llevábamos muchos años trabajando. Ahora tengo que ponerme en otra cosa», afirma Miguel Espinosa 'Miguelín', que ya se había jubilado hace unos años y era su mujer, Lucía, quien estaba al cargo. «Pero ya hemos trabajado bastante», agrega.

Cuatro décadas al frente de un negocio que ha sido referente en Palencia y que tanta alegría daba a la esquina de la avenida Modesto Lafuente con la calle María de Molina. «Es una esquina muy bonita, que siempre ha estado vendiendo alimentos», reconoce. Y es que el tendero al que Miguelín le compró el local, ya llevaba treinta años despachando fruta a los palentinos. En total, setenta años.

Este local, que tantos alimentos ha dispensado a lo largo de los años, se encuentra ahora a la espera de que llegue un nuevo emprendedor, otro negocio, que vuelva a dar servicio a los vecinos.

«Me especialicé en fruta y verdura ecológica, movido por la evolución del tiempo», argumenta Miguelín. «Estábamos en nuestro mejor momento. Yo estoy 100% a favor de las cosas ecológicas», agrega. Miguelín es conocido por su huerta, a la que trata con tanto mimo y de forma tan natural. «Mis productos han estado en las casas de muchos palentinos y algunos venían a la huerta y veían cómo trabajaba la tierra, con ortigas, con cola de caballo...», señala.

Reconoce que siempre ha sido «un poco peculiar» porque se ponía contento cuando abría algún supermercado cerca, como ocurrió con Mercadona en la misma avenida Modesto Lafuente o con El Árbol, que estuvo en María de Molina. «La competencia es buena si la sabes llevar».

No le ha dado mucha pena poner punto y final a esta etapa de su vida porque «aún tengo muchos proyectos en mente». Entre ellos está uno relacionado con los niños y con el medio ambiente. «Mi ilusión es poder enseñarles algo de la naturaleza, mostrarles lo que tengo», reconoce, en referencia a su huerto ecológico, al que seguirá cuidando como hasta ahora.

Otra cosa de la que no se despide es de sus ocas, tan conocidas por desfilar en las cabalgatas de Reyes de distintos puntos de España. Quién no recuerda haber visto pasar por las calles de la capital palentina a sus famosos animales ataviados con las bolas de Navidad a modod de collar. La tarde anterior a la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar volverán a desfilar por la ciudad del Carrión y también en la localidad almeriense de Roquetas de Mar. «Hemos estado en Roquetas ya tres veces y en Almería, Murcia, Toledo, Bilbao...», enumera, con orgullo. En Madrid, en la capital de España, y a través de la televisión en todos los hogares españoles, han desfilado en dieciséis ocasiones. Eso sí, de Castilla y León solo en Palencia. «Se lo he ofrecido a otras capitales de Castilla, pero nunca han querido», agrega. Ahora mismo cuenta con unas setenta, que dividirá en dos grupos para poder desfilar en los dos puntos de la península el mismo día.

Sin ningún resquicio de tristeza y con la vista puesta en nuevas experiencias, concluye: «Esto es un punto y seguido».

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