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La triste noticia del cierre de Oysho, la tienda de ropa íntima de Inditex, el próximo 31 de julio se suma al goteo de clausuras comerciales que arrastra la capital palentina desde finales del año pasado. La crisis económica, derivada de la pandemia, ... está castigando muy duramente al comercio palentino, que sigue viendo cómo se bajan las persianas de las tiendas y se cuelgan los carteles de 'Se Alquila', una y otra vez.
Zara comenzó en diciembre dando un mazazo a la economía y a la población palentina. Cerraba el 23 de enero, después de cuarenta años en la ciudad del Carrión. Es cierto que desde la multinacional de Amancio Ortega daban la posibilidad de recolocación a las 23 trabajadoras de la plantilla, pero finalmente ninguna accedía al ser en lugares muy remotos (Sevilla, Lanzarote o Ibiza) o más cerca, pero con contratos de muy pocas horas.
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Al anuncio de Zara le seguía el de Punt Roma, que pillaba desprevenidas a sus cuatro trabajadoras y que bajaba definitivamente la persiana el 28 de febrero. La tienda de electrodomésticos y electrónica de Worten seguía la estela de las anteriores y también clausuraba su establecimiento, situado en el centro comercial Arambol, el 15 de enero, sin posibilidad de recolocar a los diez trabajadores de la plantilla. Y Festa también vació su local en la Calle Mayor a finales del mes de marzo.
La clausura de Oysho no es más que la continuación de un goteo de clausuras de comercios por la caída de ventas y por la apuesta por la digitalización, que tanto daño está haciendo a Palencia.
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