El editor de Delibes, Josep Vergés, escucha al novelista. Editorial Destino

Miguel Delibes que no cesa

«'No haga caso del todo a los delibeanos', me deslizó una vez: quería decir que lo académico no nos alejara de la raíz popular de su literatura, de cuidar a los lectores de a pie. Si se admite la ironía del comentario, se verá cuán bien define a nuestro literato: la humildad, la honestidad, el realismo, por delante de la vanidad, del encumbramiento, del elitismo»

Sábado, 12 de diciembre 2020, 08:50

En 2006, al ser nombrado director editorial de Ediciones Destino, tuve el honor de conocer personalmente a don Miguel Delibes. Nos daría tiempo a vernos, en lo sucesivo, un par de veces al año: en su casa de Valladolid y también en Sedano. Surgió una relación franca: devota por mi parte, considerada por la suya. Para cualquier editor habría sido un privilegio serlo de una de las grandes figuras de la literatura española de todos los tiempos –aunque fuera por un corto espacio de tiempo: don Miguel nos dejaría desgraciadamente en 2010–. Formo parte de una generación que ha leído y ha estudiado a Delibes como parte de su formación escolar y académica, en mi caso, filológica, luego se trataba de conocer a un mito, de abrazar la historia literaria reciente. A la satisfacción de conocer a Miguel Delibes se unió la de entrar en contacto con su maravillosa familia. En primer lugar, con su hija Elisa, inseparable de Miguel en aquellos años en que la salud del escritor se resentía tanto de la enfermedad.

Publicidad

En efecto, conocí a un Miguel Delibes ya fuertemente condicionado por los problemas de salud, pero que hacía esfuerzos para mantenerse al día en lo referente a su obra. Así, pudimos contar con su apoyo y su colaboración en el desarrollo de las 'Obras Completas', que coeditamos Destino y Galaxia Gutenberg, y contribuyeron a fijar definitivamente sus textos. Se interesaba, y diría que se ilusionaba, por cada nueva edición que le anunciaba, por los cambios de cubiertas que le proponía, por las iniciativas que llevábamos a cabo con el fin de mantener la vigencia de sus libros. «No haga caso del todo a los delibeanos», me deslizó una vez: quería decir que lo académico no nos alejara de la raíz popular de su literatura, de cuidar a los lectores de a pie. Si se admite la ironía del comentario, se verá cuán bien define a nuestro literato: la humildad, la honestidad, el realismo, por delante de la vanidad, del encumbramiento, del elitismo.

«Recuerdo a don Miguel sentado ante su biblioteca, formada en buena parte por la colección Áncora y Delfín entera. Y es que el binomio Delibes-Destino es una de las grandes historias de éxito cultural de este país: desde que en enero de 1948 se alzara con el Premio Nadal por 'La sombra del ciprés es alargada'»

Emili Rosales

Recuerdo a don Miguel sentado ante su biblioteca, formada en buena parte por la colección Áncora y Delfín entera. Y es que el binomio Delibes-Destino es una de las grandes historias de éxito cultural de este país: desde que en enero de 1948 se alzara con el Premio Nadal por 'La sombra del ciprés es alargada', pasando por una cincuentena de obras de distinta índole, algunas de ellas ya convertidas en clásicos literarios ('El camino', 'Cinco horas con Mario'…) y hasta el gran colofón de su carrera, 'El hereje'. Incluyendo las colaboraciones a la revista 'Destino', en un tiempo en que esa publicación era una ventana abierta en un país cerrado, y que reunió plumas del alcance de Josep Pla, Álvaro Cunqueiro, Néstor Luján, Jiménez Lozano, Francisco Umbral... Testimonio de esta relación excepcional autor-editor es el epistolario Miguel Delibes-Josep Vergés, 'Correspondencia 1948-1996'.

Más allá de la consideración literaria, que ya le ha otorgado la categoría de clásico, uno de los autores imprescindibles de la literatura de todos los tiempos, hoy llama la atención con qué fuerza y amplitud planteó dos preocupaciones que en nuestros días se han vuelto acuciantes: la deshumanización y la amenaza climática. Si buena parte de su obra versa, en realidad, sobre lo primero, sobre la crisis climática escribió un libro específico con su hijo Miguel: 'La tierra herida'.

En cuanto a la pervivencia del legado literario y humano de Miguel Delibes, Destino, fiel a su historia, no se limita a mantener vivos sus títulos en las librerías (en todos los formatos, incluido el digital y el audiolibro) sino que también invita a autores contemporáneos a dialogar con sus novelas: de ahí las nuevas ediciones de 'El camino', 'Los santos inocentes', 'El príncipe destronado' y 'Cinco horas con Mario' prologadas por Sergio del Molino, Manuel Vilas, Berna González Harbour y Aroa Moreno Durán, que son una parte de nuestra contribución al centenario.

Publicidad

«La salvaguarda de tamaño patrimonio literario y espiritual es la razón de nuestra participación como patronos de la Fundación Miguel Delibes desde su creación, y del apoyo a las actividades del centenario»

Emili Rosales

Así mismo, la salvaguarda de tamaño patrimonio literario y espiritual es la razón de nuestra participación como patronos de la Fundación Miguel Delibes desde su creación, y del apoyo a las actividades del centenario, que celebramos en enero con la reedición de 'Miguel Delibes de cerca', biografía elogiadísima, escrita por su amigo y gran conocedor Ramón García Domínguez; y finalmente con la publicación de 'El libro de Miguel Delibes'. Este libro recorre, de la mano de Jesús Marchamalo, comisario de la exposición de la Biblioteca Nacional, su trayectoria vital y las claves de su universo narrativo. Todo ello acompañado de fotografías de su archivo personal, dibujos y documentos, y de una antología de textos seleccionados por Amparo Medina-Bocos.

En suma, 'El libro de Miguel Delibes', ofrece una mirada que permitirá al lector acercarse a don Miguel y a su época, y formarse una idea de la estrecha relación que yacía entre su vida personal y su obra literaria. ¡Larga vida a Miguel Delibes!

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad